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miércoles, 25 de noviembre de 2009

HUMANISTA E INQUISIDOR


PEDRO PONCE DE LEÓN (1560-1573)
El sepulcro de Pedro Ponce de León, se encuentra en la Catedral de Plasencia en el presbiterio al lado del Evangelio, cubierto por el dosel del trono pontifical, encuadrado en arco de medio punto entre dos pilastras de orden compuesto y entablamento en cuyo friso está grabado el primero de los epitafios y en el centro de mismo el escudo del prelado. Monumento sepulcral del obispo atribuido a Pompeio Leoni por algunos, otros al artista granadino Mateo Sánchez de Villaviciosa (que probablemente realizó la obra arquitectónica), aunque la obra escultórica va más en consonancia con las características estilísticas de Francisco Giralte. Se encuentra el obispo de rodillas en un reclinatorio orando con las manos juntas y revestido de casulla. El segundo de los epitafios está en el basamento.

Nació en el año 1510 en Córdoba, hijo del Marqués de Priego y doña María Ponce de León. Fue educado por su tío que era canónigo en la Catedral cordobesa. Estudió Derecho en Salamanca y ganó una canonjía en Córdoba. Fue nombrado obispo de Ciudad Rodrigo, asistió al Concilio de Trento. En 1560 fue elegido obispo de Plasencia y miembro del Consejo Superior de la Inquisición, poseyó una de las más importantes colecciones de manuscritos italianos, así lo cita ANDRÉS MARTINEZ, G.: Carta de Pedro Ponce de León, obispo de Plasencia, a Felipe II sobre las reliquias y librerías de su obispado y sus actividades literarias. Badajoz, Diputación Provincial, 1967.
Murió en Jaraicejo en 1573.

"AQUI YAZE EL ILUSTRISIMO SEÑOR DON PEDRO PONCE DE LEON
OBISPO QUE FUE DESTA SANTA IGLESIA E INQUISIDOR GENERAL
FALLECIO EN
LA VILLA DE XARAJCEJO A XVII DE ENERO DE MILL
Y QUINIENTOS Y LXXIII AÑOS’.
GARCÍA Y GARCÍA, A.: Synodicon Hispanum. BAC. Madrid, 1990, p. 32.
AMBROSIO MORALES.:
Plasencia y sus Antigüedades. Madrid, Manuscrito de la Biblioteca Nacional, núm. 1223. Citado también por SENDIN BLAZQUEZ, J.: Las catedrales de Plasencia, Cáceres, 2003, p. 155.
DOMINUM PETRUM PONTIUM A LEONE SANCTAE HUIUS
PLACENTINAE PRAESVLEM PIENTISSIMUM ET MERITISSIMTJM OMNI
VIRTATE GENERIS OBILITA PRAECLARUM INQUISITOREM
GENERALEM SANCTA FUNCTUM VITA POST
INSTITUTA SIBI ANNIVERSARIA ET CAPELLANIA ET EPISCOPATUS
PAUPERES TESTAMENTO HAEREDES RELICTOS ET VIRGINES
ORPHANAS IN PERPETUUM HONESTÍSIMA
DOTE JUVATAS HAEC BRE VIS CAPIT URNA
VIXIT ANNOS 63, OBIIT D.IIANVARII MDLXXIII.
La trascripción de la segunda inscripción se encuentra en el Catálogo de la Provincia de Cáceres, tomo II, p. 297, de Mélida, trae confusa la fecha del fallecimiento del obispo, pues Mélida indica el 1 de enero de 1573, cuando en realidad fue el 17. MELIDA, J. R.: Catálogo monumental de España. Catálogo Monumental de la provincia de Cáceres y Badajoz. 2 tomos. Láminas. Madrid, 1914-1918. Tomo II, p. 297.
Fue un gran aficionado al estudio y recopilación de los libros antiguos y, más de las cosas eclesiásticas, recogió muchos libros llegando a formar una gran librería de obras excelentes y escogidas, que por esta cualidad y por ser muy curiosa, mando el Rey Felipe II, después de la muerte de dicho prelado se trajese e incorporase a la biblioteca del Escorial, como así se ejecutó. El padre benedictino Guillermo Antolín publicó en 1909 un opúsculo sobre la librería del obispo Ponce de León, en el que encontramos noticias interesantes sobre la faceta humanística del prelado placentino. En su testamento don Pedro dona a Felipe II, para la biblioteca de El Escorial -que se estaba formando entonces-, “algunos códices y manuscritos de su escogida y notable librería... Uno de ellos, acaso el más preciado de todos, fue el códice Emilianense que se conserva todavía en dicha biblioteca. Recuérdese que don Pedro falleció en Jaraicejo el 17 de enero de 1573. Pues bien, Jerónimo de Zurita recibe una carta, fechada el 28 de enero de aquel año, de su amigo Antonio Agustín, en la que podemos leer: “Hanme dicho que es muerto el obispo de Plasencia, el cual tenía muchos libros antiguos, y especialmente de concilios; procure V. m. de verlos, o la lista, y, si no están confiscados para El Escorial, vea si me puede ayer algunos”. Unos días antes, el 23 de enero, el monarca manda al Corregidor de Plasencia que procurase se pusieran a buen recaudo y bajo llave los libros y papeles del obispo y que haga un inventario de ellos y le mande una copia. Efectivamente, el corregidor envió a mediados de febrero de aquel año el inventario de la librería al secretario Antonio Gracián. El rey encargó a su cronista Ambrosio de Morales el 4 de marzo de 1573 que fuese a Plasencia a examinar y escoger los libros no incluidos en el testamento, que mereciesen ser comprados para la biblioteca escurialense. Éste escribió una memoria de los manuscritos y de los libros impresos, que, a su juicio, debían adquirirse por compra para la Biblioteca de El Escorial, al mismo tiempo que recogía los que el prelado había dejado en su testamento destinados al Real Sitio Para examinar y hacerse cargo de los papeles tocantes al Santo Oficio “Ponce de León había sido nombrado Inquisidor General”, a un notario de la Inquisición. El monarca encargó a su comisionado que separase los libros, objeto del legado episcopal, y que luego seleccionase los que deberían comprarse por estimarlos muy interesantes, -“los raros y exquisitos, que él entendiere que no se hallarían en otra parte a vender”- así los manuscritos como los impresos, a no ser que ya hubiese ejemplares de ellos en la Real Biblioteca. Todos los libros incluidos en la memoria de Ambrosio de Morales se compraron y fueron a parar a la citada Biblioteca, aunque la mayor parte de los manuscritos adquiridos perecieron en el incendio de 1671. El 10 de noviembre el secretario Antonio Gracián escribe: Oy me acabará Ambrosio de Morales de entregar los libros y papeles del obispo de Plasencia don Pedro Ponce”. Después añade que las cinco cajas de ellos se entregaron a Hernando de Briviesca, guarda-joyas de S. M. “para enviar a S.lorenzo del Escorial” y él se quedó con la caja de papeles “para irlos viendo mejor”. La memoria de Ambrosio de Morales comprende los manuscritos, los libros impresos y las monedas, que eran propiedad del obispo Ponce de León.
Según un biógrafo de don Pedro, Felipe II apreciaba y distinguía al obispo de Plasencia “en tanto grado, por sus méritos literarios y personales, no menos que por su virtud, erudición y ciencia, que casi siempre, y por lo regular, le consultaba en los casos más arduos y de más difícil solución, pidiéndole su dictamen”. Como prueba de esta afirmación transcribe literalmente una extensa carta de Ponce de León al monarca, escrita en Plasencia el 9 de diciembre de 1567, en la que desaconseja la fusión de los Premostratenses con la orden de san Jerónimo. El 16 de julio de 1572, en contestación a otra carta del secretario del monarca, aconseja al rey que mande imprimir las obras de San Isidoro, empezando por las Etimologías. Gracias a Ponce de León, se encontraron la obras de San Eulogio, de cuya impresión se encargo Ambrosio Morales, a costa de la hacienda del difunto.


Jose Antonio Pajuelo Jimenez -Pedro Luna Reina