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lunes, 8 de abril de 2024

NOS DUELE EL ALMA." LAS CORONAL ROBADAS".

 EL ROBO DE LAS CORONAS.

Durante más de cincuenta años, la corona de la Virgen del Puerto estuvo protegida en una caja fuerte de la Caja de Ahorros de Plasencia. Fue en el año 2015, en que se inauguró en Museo Catedralicio, durante el obispado de D, José Luis Retana, en que se decidió trasladarla a la Catedral dentro de una vitrina de cristal blindado. Fue destrozada para su expolio en la madrugada del día 24 de marzo de este año.

Su peso en oro 2,231 gramos, 85 de platino, 124 brillantes, 1377 rosas, 15 perlas, 175 rubíes que junto al resto de piedras preciosas, hicieron de la corona de la Virgen del Puerto de Plasencia una reliquia tan tentadora como fervientemente adorada. En su reverso la corona con cuatro esmeraldas y la inscripción de los escudos de Pio XII, del obispo de Plasencia, de la Catedral y de la ciudad. Junto a la otra corona sustraída, la del Niño Jesús, y las dos cruces pectorales, bañados en piedra amatista, de color morado, la investigación policial ha cifrado las perdidas en más de un millón de euros, aunque su verdadero valor va mucho más allá del coste económico.


La fabricación de esta exquisita pieza había sido encargada en 1952 a Félix Granda, sacerdote y escultor, pintor y orfebre español, fundador a principios del siglo XX de los Talleres Granda de Madrid. La ocasión lo requería porque el 27 de abril del mismo año iba a ser estrenada en un pomposo acto organizado para la coronación canónica de la Virgen, declarada patrona de la Ciudad de Plasencia por pio X y alcaldesa perpetua, hecho que tuvo lugar en el parque de San Antón, hoy conocido por el parque de la Coronación, acto presidido por el Nuncio de la su Santidad Pio XII. Gaetano Gicognani y obispos de otra provincias. En este acto se congregaron más de 50.000 personas, placentinos y de otros pueblos de la comarca.

El fervor popular de la gran mayoría de los habitantes de la ciudad y comarca de los más pudientes a los que nada tenían, realizaron donaciones para su adquisición. Se ofrecieron multitud de objetos valiosos… todos los recursos posibles de hace 72 años para la advocación de la virgen, una talla de madera del siglo XV de autor desconocido, de carácter gótico influido en el flamenco, y que mantiene al niño, desnudo con las piernas cruzadas, en posición de alimentarse del seno materno. A Plasencia le duele el alma, así lo describe nuestro obispo D. Ernesto Brotóns Tena.


Duele en el alma. No solo han robado, entre otras piezas, una joya preciada y preciosa, de incalculable valor, sino un pedacito, no pequeño, del corazón de los placentinos. Dos coronas robadas la de la Virgen y la del Niño, forjadas gracias al cariño y devoción de nuestros mayores ricos y pobres. Dos coronas robadas, testigos de muchas lágrimas, oraciones, súplicas…recuerdo y memoria tierna agradecida de nuestros antepasados, de nuestros mayores.

Aun siendo consciente de que suena a ingenuo, y quizás los ea, ruego a quién nos ha arrebatado este tesoro que recapacite y lo retome. Me uno a la invitación del Cabildo a orar por la pronta recuperación de los bienes robados, también con una plena confianza en la acción policial. Estamos a plena disposición de la investigación en curso.

Ruego a nuestra Madre, en esta tarde del Domingo de Ramos, que acepte nuestro dolor y nuestra oración en desagravio de este hecho. Haciendo suyo nuestro disgusto y dolor, y, sin que ello suponga negar un ápice de la importancia de lo sucedido. Ella nos dice hoy con amor de Madre “vosotros soy mi corona”. Lo habéis sido desde siempre y lo sois. La robada nos representa, representa a nuestros mayores y por eso nos duele. Más, no lo olvidemos nunca, la más preciada corona para Nuestra Señora del Puerto somos nosotros, sus hijos, el mayor regalo que podemos seguir ofreciéndole no es otro que nuestro cariño, nuestra fe, nuestra entregada por los demás, una vida en fraternidad. Y Ella, por más que nos hayan arrebatado su corona, siempre será nuestra Madre y nuestra Reina.

Placentinos, en el Puerto y en nuestros corazones, fijó su trono. A ella no dejamos de encomendarnos.

 

                       José Antonio Pajuelo Jiménez – Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado

 

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sábado, 23 de marzo de 2024

CRISTO DE LOS DOCTORES Y CRISTO RESUCITADO.

 



CRISTO DE LOS DOCTORES

 Actualmente esta situado en la nave del evangelio de la catedral vieja de la S. I. Catedral placentina, se encuentra esta imagen en madera policromada del Cristo de los Doctores (116 x 105 mts.), que gozó de capilla en el citado templo catedralicio y de una gran devoción por parte de los fieles, también es conocido como el Cristo de los Estudiantes, ya que se encomendaban a el antes de leer sus tesis doctorales.

Es una imagen de Cristo muerto y sujeto a la cruz con tres clavos, propia del estilo gótico. Pero tiene un carácter amable, como es habitual a lo largo del siglo XIII, hasta mediados del siglo XIV. El peso del cuerpo de Cristo recae sobre los brazos que se elevan por encima de la cabeza, formando casi un ángulo agudo. La cabeza se inclina apaciblemente sobre el hombro derecho. Todos los elementos formales están utilizados para destacar el dolor. Las manos están abiertas, el cabello cae sobre los hombros, formando abundantes mechones puntiagudos, al igual que la barba bífida. El aspecto físico muestra las huellas de terribles padecimientos durante la Pasión que han dado lugar a deformaciones abundantes. Es un Cristo doloroso que impresiona por su veracidad: es de tamaño natural, tiene el cuerpo tenso y la superficie de la piel cubierta de llagas ensangrentadas, la sangre resbala de las heridas en gruesos goterones, es de un realismo impresionante. Se cubre con paño de pureza anudado en la cadera, cubriendo ambas rodillas. El plegado busca sobre todo los efectos plásticos con abundantes pliegues diagonales.

Es un Cristo del dolor que ilustra muy bien la descripción que del Crucifijo hizo Santa Brígida en sus Revelaciones: “Entonces se le pusieron los ojos medio muertos, las mejillas hundidas y el semblante fúnebre, la boca abierta y la lengua llena de sangre, el vientre estaba pegado a las espaldas, como si en medio no hubiera entrañas..”. Es una forma de representar a Cristo en la cruz, para despertar los sentimientos del fiel hacia Jesús que ha muerto por nosotros, de acuerdo con la visión dada por la literatura de la época, como hemos visto.


Es un destacado ejemplo lígneo de fines del siglo XIII, sobre cruz de gajos, que se asocia a tipos franceses. Según la Dra. Franco Mata: “Estos Crucificados muestran un dolor sumamente diverso de los derivados de la corriente clásica francesa, cuyo paradigma se manifiesta en el Cristo de la Catedral de Sens, importante a tener en cuenta por lo que de contraposición de estilos representa, y cuya repercusión en España se aprecia en los Crucificados de Carbonero el Mayor (Segovia) y, derivados así mismo de Francia y de caracteres afines son el Cristo de la catedral de Plasencia (Cáceres) y el de S. Andrés de Cuéllar (Segovia), ambos de finales del siglo XIII y de la misma escuela”.


Por todas estas características, podemos fechar este Crucificado a mediados del siglo XIV. Esta imagen procede de la localidad de Segura de Toro, fue traída a Plasencia por el prelado don Pedro Zarranz y Pueyo, en 1945.

 

En el museo  se conserva un relieve en alabastro que representa al Señor resucitado (69 x 56 cms.), sentado sobre su sepulcro, dentro de una hornacina de nubes. Se halla incrustado sobre una pila de agua bendita en el panderete que ciega una de las ventanas de la Sala Capitular, lo que permite advertir la transparencia del alabastro. Se nos ofrece Cristo desnudo, tan solo cubierto con un paño de pureza. Nos muestra con la mano derecha la llaga de su costado. Se encuentra en lamentable estado de conservación, ha perdido su brazo izquierdo. Parece ser obra de la segunda mitad del siglo XV.


              José Antonio Pajuelo Jiménez – Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado

 

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Biografía: JOSE ANTONIO RAMOS RUBIO.LOS CRUCIFICADOS MEDIAVALES EN PLASENCIA.

sábado, 2 de marzo de 2024

LUIS DE MORALES Y PLASENCIA

LUIS DE MORALES.” EL DIVINO”.

Luis de Morales fue longevo para su tiempo, se manejan como sus fechas de nacimiento y muerte el 1510 y 1586, pero sobre su vida no hay demasiados datos, aunque vivió y pintó en Extremadura, se atribuye su ciudad natal a Badajoz y durante medio siglo fue el pintor más prolífico de nuestra región. También realizó encargos para las ciudades de Évora y Elvas hoy portuguesas y entonces españolas y en 1539 se estableció en Badajoz, tras haber trabajado en Plasencia durante un periodo decisivo en su carrera.

El Divino Morales fue un pintor virtuoso, autor de una veintenas de retablo muy originales aunque inspirados en estampas, y también de obras de gran formato para altares y de piezas devocionales a las que debió en vida si popularidad. Cuidó con esmero la elección de los materiales y el tratamiento técnico. Destaca su potente iluminación, que contrasta con los fondos oscuros también intensos, y repitió temas, sí, pero incorporando a cada pieza notas personales que otorgan a cada una entidad propia.

 

ECCE HOMO.

 

Óleo sobre tabla, perteneciente al siglo XVI, mide 53 x 35 cms. Se encuentra en el Museo de la S.I. Catedral de Plasencia.

De las dos tablas de Luis Morales que posee la catedral traemos aquí la que representa a un Ecce Homo, la otra es una Piedad, temas ambos muy tratados por el Divino Morales.


De minuciosa técnica obtiene resultado de primitivo flamenco, logrando el efecto de profundidad a base de pronunciados escorzos, prefiriendo las formas esfumadas de la escuela leonardesca, colocada sobre un fondo neutro, en este caso el negro, para que las miradas de los fieles se concentren en lo representado.

La figura se alarga y languidece, pero permanece erguida, característica del manierismo de Morales. Esta tabla presenta al Cristo amarrado a la columna, en solitario.

CRISTO CON LA CRUZ A CUESTA

Cuadro de Morales, realizado con técnica mixta sobre tabla de 67 x 55 cms., conservándose en mal estado, con repintes oscuros en las zonas mas deterioradas. Presenta una inscripción en el marco con fragmentos bíblicos en parte perdidos, pero que se han podido identificar:

“O VOS OMNES QUI T – RANSITIS PER VIAM, ATTENDITE E VIDETE SI EST DOLOR SICVT DOLOR EVS”. - (Oh, todos vosotros que vais por el camino, prestad atención y observad si hay sufrimiento como el sufrimiento mío).

“VERE LANGVORES N(OST)ROS IP(S)E TVLIT ET PECCATA NOSTRA PERTVLIT INCORPORE SVO SVPER LINGNVM”. (En verdad, él soportó nuestro sufrimientos y padeció nuestros pecados en su propio cuerpo sobre la cruz).


La obra presenta soberbias calidades en el modelado de las fracciones, fundamentalmente en los ojos, dramatizados por profundas sombras. El cabello que orla el rostro no tapa la oreja, dispuesta como una superposición tan frecuente en la obra de Morales. La mano se dispone sobre el madero de la cruz con la estilizada elegancia que solía prodigar el pintor pacense. La composición se limita a una gama de tonos castaños y pardos; las carnaciones del rostro y manos son las manchas de color más luminosas, que destacan sobre el fondo neutro con el único acompañamiento de los travesaños de la cruz.

La alta calidad del cuadro merece incluirlo en el catálogo de las obras del pintor, al menos en lo que al rostro de Jesús se refiere. La relación de Morales con Plasencia es más intensa entre los años 1565 y 1570, en que realiza el retablo de San Martin y tasa las vidrieras de la Catedra, siendo éste un marco temporal quizás más probable.

 TABLAS DEL RETABLO SE SAN MARTIN.



Junto a las piezas escultóricas del maestro entallador local Francisco Rodríguez se encuentra el verdadero tesoro de la parroquia las ocho famosas tablas que pintó el Divino Morales por las que cobro 38.600 mrs.

Estas tablas están dotadas de gran sentimentalismo, sus escenas son tiernas y emotivas, presentando a los personajes sagrados en actitudes cotidianas y cercanas, con la intención de despertar la devoción y simpatía del espectador.



 El autor extremeño fue bautizado por sus coetáneos como el “Divino”, por ser de los mejores que había en el reino. En su época de esplendor, llegó a estar verdaderamente abrumado de tantos encargos que recibía, sobre todo de la nobleza eclesiástica y de la Corte, también de la vecina Portugal. Se cifran en 20 los retablos pintados por el artista extremeño, de los que solo se conservan res, en Arroyo de la Luz, en Higuera la Real y el de la parroquia de San Martin amenazado por el fuego de agosto de 2020, las tablas quedaron ennegrecidas y con graves deterioros, y actualmente en restauración.

Las tablas tienen como temática central los misterios de la Virgen y a mitad de la elaboración de ellas, todas fueron construidas por madera de nogal y atribuidas especialmente al pincel del artista (La Anunciación. San Martin, y el Mendigo, la Visitación y la Circuncisión). El reto bajo su superstición, a dos de sus mejores discípulos flamencos de sus taller, Juan Flores y Jorge de la Rúa, las tablas de San Jerónimo, y San Agustín, la Natividad y la Epifanía.


Todas estas piezas están realizadas en el momento cumbre del pintor entre 1565-1570, la mayor parte de ella construidas sobre una base de madera de nogal y realizadas al temple y al aceite, tienen idénticas medidas (125 x 83 cms.), menos las dos del sotobanco que miden (80 x 50cms).

  Fotografías de German Corcho.                                            

                 José Antonio Pajuelo Jiménez – Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado

 

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lunes, 19 de febrero de 2024

LA VIRGEN DEL BUEN SUCESO, LAS BODAS DE CANA Y NUESTRA SEÑORA DE LA QUINTA ANGUSTIA.

 

VIRGEN DEL BUEN SUCESO.

 

De madera policromada, 57 cm de alto. Siglo XIV. Se encuentra en la casa madre de las RR.MM. Josefinas de la Santísima Trinidad de Plasencia.

Imagen de la Virgen de pie con corona y cetro de plata en la mano derecha y el Niño en la izquierda. Esta sujeta con la mano izquierda la bola del mundo, símbolo del poder divino, y bendice con la diestra EL cuerpo del niño esta desplazado del centro de la composición, en actitud más avanzada que en épocas románicas anteriores.

El hecho de que la túnica de la Virgen sea recta sin pliegues, mientras que la del Niño esté plegada nos induce a pensar que probablemente fuera una imagen de vestir. Barrio Rufo hace referencia a esta imagen considerándola de las más antigua de Plasencia y fechándola en el siglo citado anteriormente.

 Procedía de la ermita de San Cristóbal en el barrio de San Miguel de Plasencia, desconociéndose el momento exacto en que llegó a este colegio.


Sin duda pertenece a otra advocación que la del Buen Suceso. Su denominación le viene con motivo de la fundación del obispo Pedro González de Acevedo, el cual compra unas casas en la calleja de la Pardala por 700 ducados, en el año 1594, para poder cobijar y adoctrinar en ellas a los niños de la ciudad y la puso bajo la protección de Nuestra Señora del Buen Suceso, dejándole una renta de 200 ducados. En esta casa hoy colegio de las Madres Trinitarias, se mantiene la heráldica del prelado y algunos otros detalles y aquella fundación en lo que se encuentra la imagen que se estudia.[i]

 

LAS BODAS DE CANA. (ANONIMO).



Óleo sobre tabla. De medida 100 x 100 cm. Siglo XVI. Hoy lo podemos ver el   museo de la Santa Iglesia Catedral.

Tabla de estilo flamenco, copia fiel del cuadro de Gerard David, ultimo Pintor de la escuela de Brujas del siglo XV (1460-1523), que realizo en 1503 y se conserva en el Museo del Louvre. Se encontraba en la Sala Capitular alta de la Catedral. Es interesante versión de escuela, según Elisa Bermejo, con algún añadido anecdótico como el perro. A través d ella podemos conocer el estilo del pintor David, atraído por un gran sentido narrativo, compositor de figuras y espacio arquitectónicos o paisajes con dominio de la verticalidad, a los que trata ya con ciertos claros oscuros. Son característicos los plegados de sus telas,

 

LA PIEDAD o NUESTRA SEÑORA DE LA QUITA ANGUSTIA.

En la parroquia del Salvador de Plasencia, nos encontramos una imagen de madera policromada perteneciente al siglo XVI.



Perteneciente a la capilla del Santísimo Cristo que estaba compuesto por un retablo de madera con talla y cuatro cuadros de madera con la pasión de Jesús.; en la parte inferior, Nuestra Señora de la Quinta Angustia; en el centro del segundo cuerpo, la imagen de Jesús crucificado. Todos estos datos expuestos son dados a conocer en el año 1562 por el inventario que hiciera el visitador de este obispado señor doctor Sánchez. En esta obra se reflejan las mismas características de la imaginería española del momento. La Virgen muestra un canon normal con pliegues de buena factura estofados con motivos vegetales. El Cristo se representa en una postura forzada y de proporciones menores que la Virgen, si bien el estudio anatómico y la policromía son buenos.

 

                                              José Antonio Pajuelo Jiménez.

 

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[i] Barrio Rufo. J. M. Apuntes para la historia general dl la M.N. y M.L. ciudad de Plasencia.1851.

  Fernández, fray Alonso Historia y Anales de la Ciudad y Obispado de Plasencia 1983.

  Matías Alejandro. Las Sietes Centurias. 1877.

jueves, 1 de febrero de 2024

VISITA AL MUSEO CATEDRALICIO.

 

En una visita por el Museo Catedralicio, he seleccionado algunas piezas que he encontrado más interesantes para hacer un breve articulo sobre ellas, y animar a los placentinos a visitar este museo, no solo de objetos religiosos, sino también de la exposición de retablos cerámicos de diferentes iglesias y ermitas placentinas; así también, en próximos artículos daremos a conocer algunas tablas del siglo XVI y cuadros de diferentes autores como Morales y Ricci.

Hoy destacamos las diferentes piezas.

 

BACULO (PARTE SUPERIOR)


Medidas. - 43 cm. de alto. Cobre. No tiene marcas. Primera mitad del siglo XIV o finales del XIII.

Museo de la S.I. Catedral de Plasencia.

Parece ser que este báculo apareció en el enterramiento de Don Nicolas obispo placentino  que fue elevado al solio episcopal de Plasencia en el año 1367.

Es un notable ejemplar báculo gótico que, en el caso de haber correspondido al mencionado prelado, podría haber pertenecido a algún obispo precedente, o bien tratarse de una obre arcaizante. Corresponde a una tipología de báculo bien definida durante el siglo XIII, que perdura durante la siguiente centuria. Este tipo de báculo bajomedievales son piezas raras en el conjunto de la historia de las artes del metal españolas y casi siempre están realizadas en bronce, no usándose la plata hasta épocas más tardías.

 

CUSTODIA.


Medidas. - 82x 23,5 cm. de diámetro de base. Plata sobredorada y esmalte. Np tiene marcas. Tercer cuarto del siglo XV. Museo S. I. Catedral de Plasencia.

Custodia portátil de templete de estilo gótico. De base cuadrilobulada con una concavidad semicircular en cada lóbulo, flaqueada por castilletes con chapiteles piramidales. El astil es turriforme sobre una base almenada, formando tres picos de planta decreciente y rematando con torrecillas cilíndricas culminadas por conos y bolas. La base inferior del templete octogonal está almenada por torrecillas con saeteras cruciformes. El remate de la custodia adopta de nuevo forma de templete, culminando con una cruz de galos en la que está clavado el crucificado de anatomía sumaria y la cartela con la inscripción INRI.

La factura de la custodia nos sugiere una cronología de fines de la Edad Media, lo que está confirmado por l presencia de dos escudos cardenalicios con el emblema de la familia Carvajal. Parece corresponder al cardenal Juan de Carvajal V. que fue obispo de Plasencia en 1450 y 1469.

 

CALIZ.


Medidas. - 24,7 x 10,2 x 17,8 cm.

Plata sobredorada. No tiene marcas. Fines del siglo XV. Museo de la S. I. Catedral.

Notable ejemplar propio del gótico final. Responde a la tipología característica de la platería de fines del siglo XV o principios del XVI como se ve en la base lobulada, en el astil hexagonal partiendo de arquitectura gótica, o en los abultados motivos vegetales repujados en pie. Se podía apuntar una posible filiación castellana de esta obra, sin descartar la posibilidad de la que se debiera a los entonces pujantes talleres placentinos.

 



CRUZ PROFESIONAL


Medidas. - 76 x 43,5 cm.

Azabache, madera, y plata en su color y sobredorada. No tiene marcas. Siglo XV con añadidos del XVII.

Parece una pieza reconstruida en el siglo XVII, aprovechando elementos de platería del siglo XV. El árbol de azabache y madra, arranca de un templete de cuarto puertas con relieves de Xto., San Pedro, San Pablo, y San Juan, bajo doseles flamígeros. El nudo es volado, de plata octogonal, rematado por crestería calada y en los ángulos, contrafuertes con columnas salomónicas.

 

Biografía: ANDRES ORAAX, S. Y GARCIA MOGOLLÓN F.J.: La platería de la catedral de Plasencia, Cáceres, 1983.

 

                    José Antonio Pajuelo Jiménez – Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado

 

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jueves, 18 de enero de 2024

LA PIEDRA DE LA LIBERTAD.

Hoy comenzamos a describir en diferentes capítulos, las inscripciones de la Ciudad según su ubicación, se encuentran dispersas en los diferentes lugares, y edificios emblemáticos de  la ciudad.
 Ha sido un trabajo de varios años, al que se le ha dedicado muchas horas para poder entender los que nos dicen estas piedras labradas; que en en su día quisieron nuestros antepasados dejar para el recuerdo los acontecimientos y significado de los hechos ocurridos en la localidad.
Es una guía cuya única intención es  de enseñar a conocer la interpretación y para que a los que les interesen, sepan lo que nos quieren decir, y el motivo de la misma. Ya muchas de ellas casi borradas, cubiertas de líquenes, dañadas, enterradas, ocultas o perdidas etc. hacen con el tiempo, que no llamen la atención y pasan inadvertidas y olvidadas. perdiéndose el motivo de porque están ahí, cual fue el de su colocación o el significado de la misma. 
Han pasado a ser un motivo decorativo para la mayoría, de los que intenta saber o leer su significado. Algunas se las conoce por su nombre, y hoy dedicamos parte del articulo a transcribir su significado. Hoy hablamos de la llamada "PIEDRA DE LA LIBERTAD". Llamada así, porque conmemora la liberación de la ciudad del poderío de los Zúñiga, y pasó a ser realenga. Es decir: bajo la tutela de los Reyes Isabel y Fernando. Cuando Plasencia salió triunfante de sus tres días de lucha contra el Conde, en memoria de su triunfo y grabando en ella el escudo de las armas de los Carvajales, que fueron los que le dieron la libertad, se erigió sobre la puerta Talavera, en recuerdo que por allí salieron sus libertadores.

A la entrada del ayuntamiento en su zaguán se encuentra la conocida piedra, cuya inscripción en letra gótica redactamos en latín. 


 LIBERTAS: URBIS: CELORVM: GLORIAM: PANDIT
INFERNIS: MISEROS: CIVESQ: OBTRUDIT: INIQVOS
LIBERTATEM: URBIS: PACEMQ: IMPONERE: ET MORES
JUSTITIA: ALTISSIMI: DECREVERUNT: REGES: HISPANIE
DIVUSQUE: HERNANDUS: DIVA: ELISABET: SANTA: CONIVNX
DUM REGINVM: ET URBIS: GRANATE: SVB.EGERINT. ARMIS
ISMAHELIS.TERROR-HERESVM.FORTISSIMI. VLTORES
QVOS PATER: OMNIPOTENS: FELICES.SEMPER.CONSERVET.
VICTORESQ.VALEANT. TOTVM.  REGNAGRE: PER ORBEM
LAUDIBUS  ANGELICIS CAELESTIA REGNA SEQUANTVR.

"La libertad de la ciudad amplió la gloria de los cielos. Envió a los infiernos a los ciudadanos míseros e inicuos. Sus altezas los reyes de España, el divino Fernando y la divina Isabel, su santa esposa,  decidieron con justicia establecer la libertad, la paz y las normas a esta ciudad, cuando marchaban a someter con las armas al reino de la ciudad de Granada. Ellos son el terror de Ismael y los valientes azotes de los herejes. Que el padre omnipotente los conserve siempre felices, y que, vencedores, puedan reinar a lo largo de todo el orbe; que consigan los reinos del cielo en medio de cantos de ángeles".

 Su transcripción ha sido realizada por el departamento de Historia Moderna y Antigua de la Universidad de Extremadura, Eustaquio Sanchez Salor catedrático de historia moderna y Julio Esteban Ortega profesor de historia antigua. para ellos el equipo de investigación y fotográfico de esta asociación cultural, después de indagar la transcripciones realizadas por dos diferentes escritores de nuestra historia y no viendo una concordancia entre los autores, nos dedicamos a fotografiar la laude, en diferentes ángulos con el fin de poder visualizar las letras góticas.
Con todo esta documentación remitimos el trabajo a los diferentes departamentos de la Universidad. remitiéndonos la mejor transcripción de la misma. Hoy la divulgamos para su conocimiento.
                     
  Esta inscripción estaba colocada sobre el arco de la puerta Talavera, unos años más tarde fue colocada en la fachada del ayuntamiento y hay otra de  igual latitud y longitud  en la Puerta del Sol muy deteriorada.
 Sobre el arco, y campeando en su costado las armas de la ciudad, y sobre la misma el escudo de los Reyes Católicos, hay otra lapida ilegible y de alto relieve como las que citamos, y que es presumible se refiere a estos acontecimientos ocurrido en el año 1488, porque en lo poco que se conserva en sus caracteres, se evidencia la misma fecha,




 Aún podemos  leer, la primera linea y parte de la segunda,
                                    EN EL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE 1.488 
                               ............................................ FERNANDO  I (ISABEL 


En la Puerta de Trujillo,  bajo el escudo de los Reyes Católicos, por encima del arco se encuentra otra inscripción de letra gótica, bien labrada, y que también fue transcrita por los mismos profesores.




 LIBERTAS VITAE, GEMMIS, AUROQUE PREFERTUR.
LIBERTAS NOBILEM REDDIT, PLASENTIAE URBEM.
QUAM FORTUNA SPREVIT, REGIAMQUE IN LUCEM REDEMIT.
NOBILES PROPTEREA PLASENTIAE, URBISQUE ET HEROES
DEVICERUNT HOSTES, SUB REGIO MARTE, FEROCES.
REGIBUS QUIPPE DECET HOMINESQUE SUBDITOS FORE.
 I K MENSI{IS} OCTOBRIS ANNO MIIII.LXXXVIII

La libertad está por encima de la vida, de las joyas y del oro; la libertad hizo noble a la ciudad de Plasencia. A esta ciudad la fortuna despreció y luego a la luz regia devolvió. Y es que los nobles de Plasencia y héroes también de la ciudad vencieron, bajo la bandera real, a sus enemigos feroces. Y ciertamente es justo que los hombres se sometan a los reyes. Uno[1] de Octubre del año 1488.


[1] Las historias de Plasencia dicen que fue el 20 de Octubre. Lo que está claro es que en la inscripción no pone 20. Hay una I y luego, parece una X o una K, de Kalendas.


El Señor de Torrejón, Francisco de Carvajal y su hermano Gutierrez de Carvajal, y otros aliados, acordaron levantarse contra el señorío de los Condes, y apoderarse con las armas de Plasencia. Para ello enviaron a Hernando de Carvajal, a que en Valladolid, de entrevistase con el rey, agradeciendo la intención de los placentinos.
Con los aliados de Caceres que llegaron a la ermita de Fuentidueñas, capitaneados por Juan de Sande y con los de Plasencia, asi como con un grupo de labradores con hachas y segurones, con lo que rompieron la puerta de Trujillo, y con los conjurados que había dentro de la ciudad, que eran muchos y bien armados, tomaron la voz del Rey y empezaron a clamar...Plasencia...Plasencia por los reyes Don Fernando y Doña Isabel.
Con la sorpresa se adueñaron en la misma noche de media ciudad; pero la fortaleza estaba en pié de guerra y bien defendida. Tres días duro el combate, los de la fortaleza defendían su posición, pero por mandato del duque se entregaron a los del rey.
Plasencia lucho por su independencia y contra el vasallaje de los condes, y dicen las crónicas de la ciudad que el 20 de octubre, llego el rey a Plasencia, y este mismo día, tomo posesión de la ciudad, acompañado de los independientes y nobles caballeros, de los regidores y de la gente del pueblo.
Plasencia adquirió por estos memorables acontecimientos, el titulo de MUY LEAL, sobre el de MUY NOBLE que tenía.


               José Antonio Pajuelo Jiménez – Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado

 

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miércoles, 13 de diciembre de 2023

ANEDOCTARIO.DON PEDRO "EL CRUEL"

DON PEDRO JIMENEZ RECIO


Se llamaba don Pedro, y le apandillaban “el Cruel”, con esa crueldad propia de la gente que se aviene a poner apelativos con similares históricos a personas que por su carisma pudieran tener alguna relación comparable, pero que luego, en este caso, difiere notablemente del modelo.

Don Pedro Jiménez Recio fue un personaje muy señalado en nuestra ciudad. Era conocido, por aquellos que decía de los apodos injustos, como don Pedro “el Cruel”. Se cree que se le colgó este sambenito en su época de juez militar, en las que sus actuaciones se Caracterizaron por aplicar la ley sin apelativo alguno,, con estricto rigor , cuando se acostumbraba, como siempre sucede, ha sucedido y sucederá, a que por presiones políticas, sociales o económicas, muchos delincuentes se liberan de la justicia con un pirueta descarada.

Habitaba en una casa de la Plaza, señalada con el número 33, donde en su planta baja tenía la droguería Emilio Ovejero desde el año 1935, anteriormente y que sirva para el recuerdo de las tiendas placentinas, estaba la sombrerería Carrillo. Ocupaba toda la casa pero hacia su vida en el segundo piso. Vivía solo, atendido por una vieja sirvienta que realizaba las labores del hogar.

Manolo Muñoz Palomino y Teodoro Vallinoto a quien debemos este articulo, iban muchas noches a visitarle, entre los tres recopilaban verbalmente la historia de la Ciudad. La conversación de don Pedro era fluida y amena, su memoria prodigiosa. Se sentaban alrededor de una pequeña camilla con suave falda de terciopelo, alumbrados por una hermosa lámpara que les rozaba las cabezas. Don Pedro presumía de enorme bigote que se escapaba protuberante en su cara enjuta y pálida. Apenas salía a la calle, había nacido en 1880, y conservaba la mirada fría, dura, como el acero. Sus movimientos habían perdido elasticidad, había perdido mucho aquel vigor que le fuera característico. Se trasladaba por los aposentos del piso con acusada lentitud y su voz profunda, que fuera atronante en otros tiempos, era suave y hondo murmullo con tonalidades bastante agradables. A veces se le disparaba y retumbaban las paredes con sus maldiciones, pero ello no era frecuente, solo cuando relataba alguna injusticia o algún atropello.

Desde su balcón se veía la plaza desierta, barrida por un viento que hacía remolinos con las hojas secas de los arboles. Contaba muchas cosas, algunas no publicables entonces otras la que formaron parte de la entrevista publicada en la revista de Navidad del año 1955, de la Asociación Cultural Placentina “Pedro de Trejo”.

Don Pedro Jiménez Recio, nació en Plasencia y a los diecisiete años era oficial de caballería, dio muchas vueltas por esos mundos de Dios, hasta que por los años veinte del siglo pasado, se estableció definitivamente en Plasencia. Fue Alcalde de esta ciudad y a los ochenta días le echaron por diversidad de criterios; su honradez y rectitud de ideas era incompatible con los “galipucheos” habituales de la administración. Aparece como presidente de la Comisión Gestora del 9 de septiembre de 1936, aunque ya había sido nombrado anteriormente por la autoridad militar. Después fue juez militar durante cinco años, con ello se creó infinidad de enemistades, pues no se doblegaba a recomendaciones ni a favoritismos. Era una consecuencia inevitable.

Se veía solo y viejo…, nunca pensó seriamente en casarse; sin más amistad que unas pocas personas, que eran la que constituían su mundo, y de la espiritual de la Asociación Cultural Placentina “Pedro de Trejo”, que por obrar en pro de Plasencia, ya les unía algo en común.

Recordaba el hecho de más resonancia que tuvo Plasencia fue la vuelta del “muerto resucitado”, suceso que ya hemos relatado anteriormente en otro artículo. Decía: Se hizo hasta un suceso político. Los liberales estaban de una parte, defendiendo al muerto resucitado “Eustaquio Campos”, mientras los conservadores negaban su autenticidad. Había verdaderas peleas familiares. En la Plaza donde entonces había una fuente en el centro, se formaban tales discusiones que no era extraño personas que caían de cabeza en la fuente, tiradas por los de la opinión contraria- Incluso se cerraban las puertas de la ciudad.” Me parece estar viendo la de la Puerta Talavera”, a fin de controlar quien entraba y salía. Y hasta hubo un muerto victima de la exaltación. Lo que nos hace pensar que por aquel tiempo, habría algún postigo que permitiera cerrarse, pues la puerta junto con la muralla había sido derrumbada años atrás.

Manolo y Teodoro, seguían día tras día recopilando anécdotas, en una de las preguntas que le formularon a don Pedro, le indagaron sobre la diferencia de aquellos años a los de los años cincuenta, y contesto que en lo que respecta a la densidad, a la parte material de su conjunto, ha habido un crecimiento considerable. Pero ni la moral, ni la vergüenza, ni la dignidad humana han corrido a la par. ¿Que diría hoy día don Pedro?

Recordaba con nostalgia que Plasencia hubiera perdido el Cuerpo de Bomberos, la Audiencia, la Banda de Música, lamentándose también de la agonía del Colegio de san Calixto,” que tuvo 114 alumnos de donde salieron hombre de la talla de don Idelfonso Prieto, Auditor de la Rota, amén de sacerdotes, maestros e instruidos artesanos, como se habían sumado desatinos desapareciendo monumentos e instituciones, por desidia, incompetencia, abulia, intereses, desinterés, expoliación… Hoy hubiese acabado reventado.

Con desaliento recordaba aquellos versos de Francisco Gregorio de Salas dirigidos al pueblo extremeño.”Bien pudiera cogerlos y lanzarlos sobre Plasencia”:

Espíritu desunido
domina a los extremeños;
jamás entran en empeño
ni quieren tomar partido.
Cada cual en sí metido
y contento en su rincón
huyen de toda instrucción;
y aunque es mucha su viveza
vienen a ser, por pereza
los “indios” de la nación”

Luego se le perdió la vista atravesando los cristales de su balcón y permaneció largo tiempo en silencio. Amaba a Plasencia y le dolía la indolencia tradicional en que se mantenía.

No se sentía viejo, ya que los viejos según dicen, se mueren de una de estas cuatro “C”; catarro, caída, casamiento, o cagalera. En estos tiempos tendríamos que incluir alguna “C” mas, cáncer, corazón, carencias, confusión, crisis etc-

Lo que no se sabe de don Pedro, era su afición a la fotografía. Tenía una cámara estereoscópica con dos objetivos que impresionaban fotos dobles en cada negativo, entonces de cristal, con distinta distancia focal. Una vez positivados, también en cristal, se contemplaban a través de un visor de especial, parecido a los prismáticos, que mezclaba las dos imágenes y producía un efecto tridimensional tan real que las figuras se veían con una impresionante separación vestido con el traje típico de cada lugar de planos- Su relieve era perfecto; apetecía pasar la mano por detrás del artilugio para tocar las imágenes.

En Plasencia según mis conocimientos después del estudio de los fotógrafos de la ciudad, había cuatro cámaras de tales características, una de Don Pedro, la de José Diez, la de Pedro Sánchez, y la de José Cepeda sacerdote que vivía por los años cuarenta en la calle las Morera. Sabemos que don Pedro tenía un gran número de fotos con variados motivos del tradicional mercado de los martes placentinos. Entonces venían de los pueblos los “marteros” y en aquellas fotografías se observan con perfecta nitidez todas las vestimentas, desde la de Montehermoso, que son la más destacadas por la original gorra con la que se tocan las mujeres, hasta la de los pueblos del Valle y de la Vera. Este gran archivo documental, parece que lo regalo aún amigo, no sabemos a quién, pero seguimos indagando y en un mañana tal vez no muy lejano lo encontremos abandonado en una caja de cartón en un rincón de un desván olvidado esperando ser resucitado para la historia.
            Agradecimiento a Manuel Muñoz Palomino (+) y a Teodoro Vallinoto (+)
    
                Jose Antonio Pajuelo Jiménez  - Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado

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