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martes, 19 de abril de 2011

EL CRISTO DE LAS BATALLAS Y LA VERA CRUZ

EL CRISTO DE LAS BATALLAS Y LA VERA-CRUZ
(Articulo publicado en la revista de la Vera Cruz). Semana Santa 2011

Uno de las imágenes más cercanas a nuestra cofradía de la Vera Cruz es sin duda, el Cristo de las Batallas. Este Cristo fue uno de los primeros en recibir culto en Plasencia, ya que la imagen original, fue mandada hacer por el obispo don Bricio, primer obispo de la ciudad entre los años 1.189–1211 y que era una copia del famoso Cristo de Burgos, de donde era natural don Bricio y gran cantidad de los primeros pobladores de Plasencia.  Para alojar esta Santa Imagen se hizo la ermita de la Cruz.
La importancia de esta imagen se demuestra en que, ante ella, se hacía el juramento de los caballeros y mesnadas placentinas cuando iban a partir a la guerra.

Hay varias leyendas referentes a este Cristo; aquí recogeremos alguna de ellas.
En el siglo XIII, un soldado de las Mesnadas Placentinas al irse a luchar contra los moros, recibió de su madre un pequeño crucifijo; pasó el tiempo y al volver el soldado, su familia notaba que estaba siempre pensativo, angustiado, y con la mirada perdida en el infinito se le oía decir con frecuencia: " ¡ Oh si yo pudiera ! ¡Si yo pudiera!"... y sacaba el crucifijo del pecho y se le quedaba mirando.
También le extrañaba a la familia los grandes leños que había traído al patio de su casa, y a los cuales se quedaba mirando y decía: " ¡Yo no puedo! ¡ Yo no puedo !.
Una mañana que estaba contemplando los maderos, vio que se abría la puerta del corral y en el dintel estaba un hombre.
Era un viejo que solía cantar por las calles los avatares de las guerras, aunque nadie sabía de dónde había salido.
El soldado se acercó a darle una limosna, pero el viejo se queda mirando los troncos y le dice: " De este leño podría salir"... "¿Qué? le pregunta el soldado con voz angustiada. " Una imagen " ¡Un crucificado!" "¡Oh si como este!" y le enseña el que lleva colgado al cuello. ", el viejo le dice: ¡Yo te lo construiré!".
El viejo se cerró en el patio con los maderos, y al día siguiente como no contestaba, rompen la puerta de entrada y se encuentran ante una imagen de grandes proporciones, "¡Es mi Cristo de las Batallas!, así es como yo lo vi siempre cuando íbamos a pelear".
Empezaron a buscar al viejo cantor de romances, pero nadie lo había visto, y nunca nadie lo volvió a ver.
Algunas personas pensaron que aquel anciano podía ser un Ángel, o incluso el mismo Jesucristo.
El caso conmovió a toda la ciudad, hasta el punto que el obispo mandó que la imagen fuera trasladada a la iglesia de la Cruz (Santa Elena).
Años más tarde se le trasladó a la ermita de Santiago, que es la que ocupa en la actualidad, al estar el crucifijo en esta ermita, dejó de llamarse de Santiago y pasó a llamarse Ermita del Santísimo Cristo de las Batallas.

La ermita de la Cruz al no tener la imagen del crucifijo, se dedicó a la advocación de Santa Elena, y así se la conoce desde entonces.
La casa donde sucedió este hecho estaba en la calle del rey, frontera a la iglesia de Santa Ana. Sobre esta casa levantaron los Trejos su morada. Y en esta misma casa estuvo San Francisco de Borja mientras se realizaban las obras del convento de la Compañía de Jesús, y allí le visitó San Pedro de Alcántara. Esta casa fue años más tarde el Colegio de San Calixto, y en la actualidad son viviendas particulares.

(Otra de las leyendas, muy similar a la anterior, coloca la milagrosa construcción de la Imagen en la calle de Caballeros, quizás en el Colegio de san Andrés, el cual se ubicaba en la dicha calle, esquina a la Plazuela de Carreteros).
La Imagen se trasladó en solemne procesión desde esta casa a la cercana iglesia de Santiago, donde sigue en la actualidad.
Como se ve hay dos versiones del traslado del Cristo
Una explicación lógica podría ser que la talla que era copia del Cristo de Burgos y que estaba en la ermita de la Cruz, se llevó a la ermita de Santiago por estar la suya en mal estado, y estando allí sucedieron estos hechos de la construcción de esta imagen del Cristo de las Batallas. Al llevarlo a la ermita de Santiago se llevaría el de Burgos a su antiguo emplazamiento, aunque la ermita no recobrase ya su antiguo nombre y se siguiese llamando de Santa Elena.
Y de la imagen de este Cristo de Burgos se halla perdido el rastro.

José Antonio Pajuelo Jiménez y Pedro Luna Reina,
Hermanos cofrades de la Santa y Vera Cruz de Plasencia -
Semana Santa de 2011.