En la calle del Borrego, en la fachada e la casa de la fotografía, hoy demolida por ruina, se conservaba la única fresquera urbana, que se conservaba en la ciudad, consistía en una lancha de pizarra que sobresalía de la fachada y a la que se acedía a través de una ventana. Allí se colocaban los botijos, cantaros y otros alimentos principalmente cuando no les daba el sol. Hoy intentamos hacer homenaje a estas fresqueras ,y si alguno llevado por la curiosidad, podemos decir que en el patio interior del palacio de Carvajal Girón, aún se conservan un par de ellas. También en algunos pueblos como en Casas de Don Gómez podemos apreciarlas en las fachadas de sus casas.
Fresquera en la Calle del Borrego
HOMENAJE AL BOTIJO:
En tiempos de mi niñez
para aliviarse la sed
El
botijo, lejos de ser un invento exclusivamente español o íbero, tiene raíces
profundas en la antigüedad, extendiéndose desde Oriente Próximo hasta la
Península Ibérica. Su creación se debe a la observación y la necesidad de
mantener líquidos frescos en climas secos. A lo largo de la historia, diversas
culturas adoptaron esta ingeniosa invención, demostrando su valor universal y
su legado perdurable en la historia de la humanidad. El botijo es un
recordatorio de la creatividad y la adaptabilidad de nuestras antiguas
civilizaciones en busca de soluciones prácticas para las condiciones de su
entorno.
EL MECANISMO DEL BOTIJO.
Si dejamos un botijo a una
temperatura ambiente de unos 30 grados centígrados y una humedad del 40%,
logrará enfriar el agua de su interior unos 10 grados en apenas una hora. ¿Cómo
consigue hacerlo?
En principio, el material que se
utiliza en su fabricación es la arcilla, ya que su porosidad permite que el
botijo sude, es decir, que se filtre agua poco a poco hacia afuera. Esta agua
sudada se evapora en cuanto entra en contacto con el aire del exterior, pero
para que el agua pase de un estado líquido a gaseoso (evaporación) necesita
energía (calor), que la robará del agua contenida en el interior, produciendo
el enfriamiento progresivo de la misma.
Por esta razón en las zonas donde hace más calor y el aire es más seco, la
evaporación será más rápida y los botijos tendrán un mayor rendimiento,
pudiendo hacer descender la temperatura del agua hasta 15 grados. Si en el
exterior hay mucha humedad, no funcionan tan bien.
José Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina- Jose Gutiérrez Delgado
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