El día 7 de Febrero, de 1905, los jóvenes placentinos José García Morgado, Pedro Muñoz Carrero, José Rodríguez Polo, José Baera, Marciano Izquierdo y Miguel Díaz, dirigieron una solicitud al Ayuntamiento, pidiendo una protección oficial para solemnizar dignamente en Plasencia el tercer centenario de la publicación del Quijote.
Alguien hubo de censurar a los firmantes de la solicitud citada, por ser demasiado jóvenes para el empeño de tanta monta, pero el cronista de la época no compartía esa opinión, y se mantuvo a favor del empeño de estos, aplaudiendo su objetivo.
Un objetivo, que no habrían hecho y ni si quiera lo hicieran las personas y entidades locales.
A estos jóvenes citados, se les debe, el honroso suceso, de que esta ciudad, celebrara el centenario del inmortal Hidalgo manchego.
En sesión del 27 de Marzo de 1905 acordó el Ayuntamiento de Plasencia conceder el apoyo solicitado por la comisión de jóvenes, para conmemorar el centenario.
Concedió el Municipio doscientas pesetas y nombró depositario de los fondos que recaudara la Comisión y del donativo, al conocido profesor de instrucción primaria D. Andrés López Canalejo.
El día 6 de Mayo, de este mismo año, dieron principio los festejos del Centenario del Quijote, organizado por los cinco jóvenes qué hicieron a Plasencia el gran beneficio de que no hiciese mal papel en este concierto nacional en honor a Cervantes: en este día se repartieron en las escuelas públicas y particulares medallas y tarjetas conmemorativas, con pasajes del Quijote.
Por la noche hubo en la Plaza Mayor música por la banda de la Ciudad que dirigía D. León Moreno.
El día siete por la mañana, a las once se verificó el solemne descubrimiento de la lápida Conmemorativa que la comisión había encargado para este acto, estaba ubicada en la fachada de Casa Consistorial en un templete de excelente gusto artístico hecho por los obreros Sres. Gálvez y Nieto, los que adornaron también el balcón con mucho arte. El Orfeón placentino dirigido por D. Luis González, debutó cantando un Himno a Cervantes escrito por el Sr. Morgado y con música de la distinguida señorita Marina Sánchez.
Desde el balcón del Ayuntamiento, pronunció un atinado y elocuente discurso el iniciador de la idea D. José García Morgado, que fue muy aplaudido por la concurrencia.
Por la tarde hubo una novillada en la Plaza de toros y en la noche del mismo día, se celebro en el teatro Romero, una Velada Literaria. Musical, con el siguiente programa:
Clamores de un Genio, monologo en versión original del Sr. Morgado, y representado por el Sr. Mirón.- Celebridad de Cervantes. Discurso de D. Julián Rodríguez Polo. Aria de las Flores, de la Zarzuela el Milagro de la Virgen, que cantó el joven Manuel González, acompañado al piano por el maestro D. Lorenzo Espada y violín por la señorita Marina Sánchez.- A Cervantes, poesía leída por el autor D, Marciano Izquierdo.- Vals fantasía, interpretado al piano y violín por la señorita Marina Sánchez y D. Luis González Pérez,. Cervantes y el Quijote, discurso leído por su autor D. Miguel Díaz,- Salve del Molinero de Subiza, cantada por el Orfeón placentino con acompañamiento de orquesta.- Influencia Social del Quijote, discurso leído por su autor D. Juan Martínez Lorenzo, director del Colegio del Salvador.- Una flor, poesía de José Rodríguez Polo, leída por el mismo.- Roberto el Diablo, fantasía para piano y flauta, ejecutada por la niña Josefa Pérez y D. León Moreno.- Cervantes como Católico y como Moralista, discurso de D. Fernando G. Escribano, leído por D. Antonio Blázquez.- La Aragonesa, concierto para piano y violín por la Señorita Marina Sánchez y el Sr., González.- Estudio esotérico del Quijote, leído por D. Pedro Muñoz.- El Sueño, vals por el Orfeón placentino, letra de D. Casimiro Trilla, música de D. Lorenzo espada.- Sugestión que ejercía D. Sancho la idea de la ínsula, discurso del Sr. Morgado.- Al manco de Lepanto, poesía del Sr. Morgado leída por el mismo,- Discurso por el Prefecto literario D. Manuel Revilla Castan, Catedrático del Colegio de San Francisco, leído por el autor.- Lucía, aria final para piano a cuatro manos, violín y flauta; ejecutada por la niñas María espada y Josefa Pérez y los Sres Gonzalez y Moreno.- Un Suspiro, vals, por el Orfeón.
Todo este programa dividido en tres secciones, dio por resultado una fiesta agradable y simpática.
Jose Antonio Pajuelo Jimenez -Pedro Luna Reina
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