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lunes, 6 de mayo de 2019

ESCULTURA DESCONOCIDA EN PLASENCIA.



IMAGEN INÉDITA DE NTRA. SRA. CON EL NIÑO EN PLASENCIA

Representar a la Madre de Dios en una época, la medieval, en la que la imagen de la Virgen María presidía templos, ermitas o palacios. Una época en la que la sociedad vivía en torno a la búsqueda de lo divino y la Virgen representaba, al lado de su Hijo, el papel mediador entre Dios y el hombre.
Ya en el siglo II el icono de la Virgen María pasa de las pinceladas de las catacumbas hasta los ábsides y muros de las basílicas y desde finales del siglo V preside con el Pantocrator las iglesias bizantinas principales, habiéndose convertido en preciado tesoro de culto y protección en batallas. Pero será desde finales del siglo XI y hasta el siglo XIV cuando florezca en el Occidente europeo la veneración a la Madre de Dios, en la proliferación de pinturas y esculturas que representen su imagen.
Es imagen de la Virgen con el Niño que fue descubierta en Plasencia hace años  en el trascurso de unas obras realizadas en la Casa madre de las religiosas Josefinas, al lado de la muralla,  es una imagen pétrea que se encuentra cobijada en una hornacina de granito y sobre un pedestal decorado con motivos vegetales tallados en la piedra, aún se aprecian restos de policromía. Las esculturas representativas de la Madre con el Niño estaban talladas frecuentemente en madera por artesanos ambulantes anónimos.  Nos encontramos ante la Theotókos que en el Medievo evoluciona desde los llamados “Tronos de Sabiduría”, donde la Virgen posa su mano izquierda sobre el Niño. Obra en piedra labrada, posiblemente por algún maestro gremial o por algún artesano ambulante que recorría los pueblos. Es de pequeñas dimensiones , sobre una peana, y se halla entronizada sobre un elemental banco constituido por un madero vertical que va torneado por uno de sus laterales. Sus pies son visibles, calza zapatos puntiagudos, y va tocada con velo y lleva una corona elemental. Viste túnica y manto, cuyos pliegues caen de manera arcaizante. El Niño descansa sentado en el regazo de su Madre, cual trono de Salomón, y ello es síntoma de antigüedad notoria, ya que no está desplazado hacia la izquierda como es normal en otras composiciones más naturalistas y propias del gótico, va descalzo, le falta la mano derecha con la que posiblemente presentaba una actitud bendiciendo, el Niño también se toca con corona elemental, a la manera de gorro, viste túnica talar y los cabellos son muy geométricos y están tratados a modo de casquete.  Es una de las  imágenes más antiguas que se conocen en Plasencia, representativas de la Madre con el Hijo, el grupo acusa en gran medida las leyes de la frontalidad, y erotismo y rigidez propias del estilo románico, no sólo por la disposición general, sino también por la estructura del pliegues de las vestiduras que son poco naturalistas. Estamos ante una obra lignaria, fechable en la segunda mitad del siglo XIII. La Virgen placentina está representada como Madre de un Niño Dios, éste está representado claramente como Rey del Universo, habitual iconografía románica.

José Antonio Pajuelo Jiménez 
José Antonio Ramos Rubio

Hay muchos hombres que son como las cañas por fuera parecen sanos y en su interior solo anida el vacío.  San Agustín,

                                                          " CREANDO CULTURA"


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