IMAGEN
INÉDITA DE NTRA. SRA. CON EL NIÑO EN PLASENCIA
Representar a la Madre
de Dios en una época, la medieval, en la que la imagen de la Virgen María
presidía templos, ermitas o palacios. Una época en la que la sociedad vivía en
torno a la búsqueda de lo divino y la Virgen representaba, al lado de su Hijo,
el papel mediador entre Dios y el hombre.
Ya en el siglo II el
icono de la Virgen María pasa de las pinceladas de las catacumbas hasta los
ábsides y muros de las basílicas y desde finales del siglo V preside con el
Pantocrator las iglesias bizantinas principales, habiéndose convertido en
preciado tesoro de culto y protección en batallas. Pero será desde finales del
siglo XI y hasta el siglo XIV cuando florezca en el Occidente europeo la
veneración a la Madre de Dios, en la proliferación de pinturas y esculturas que
representen su imagen.
Es imagen de la Virgen
con el Niño que fue descubierta en Plasencia hace años en el trascurso de unas obras
realizadas en la Casa madre de las religiosas Josefinas, al lado de la
muralla, es una imagen pétrea que se
encuentra cobijada en una hornacina de granito y sobre un pedestal decorado con
motivos vegetales tallados en la piedra, aún se aprecian restos de policromía.
Las esculturas representativas de la Madre con el Niño estaban talladas
frecuentemente en madera por artesanos ambulantes anónimos. Nos encontramos ante la Theotókos que en el Medievo evoluciona desde los llamados “Tronos
de Sabiduría”, donde la Virgen posa su mano izquierda sobre el Niño. Obra en
piedra labrada, posiblemente por algún maestro gremial o por algún artesano
ambulante que recorría los pueblos. Es de pequeñas dimensiones , sobre una
peana, y se halla entronizada sobre un elemental banco constituido por un
madero vertical que va torneado por uno de sus laterales. Sus pies son
visibles, calza zapatos puntiagudos, y va tocada con velo y lleva una corona
elemental. Viste túnica y manto, cuyos pliegues caen de manera arcaizante. El
Niño descansa sentado en el regazo de su Madre, cual trono de Salomón, y ello
es síntoma de antigüedad notoria, ya que no está desplazado hacia la izquierda
como es normal en otras composiciones más naturalistas y propias del gótico, va
descalzo, le falta la mano derecha con la que posiblemente presentaba una
actitud bendiciendo, el Niño también se toca con corona elemental, a la manera
de gorro, viste túnica talar y los cabellos son muy geométricos y están
tratados a modo de casquete. Es una de
las imágenes más antiguas que se conocen
en Plasencia, representativas de la Madre con el Hijo, el grupo acusa en gran
medida las leyes de la frontalidad, y erotismo y rigidez propias del estilo
románico, no sólo por la disposición general, sino también por la estructura
del pliegues de las vestiduras que son poco naturalistas. Estamos ante una obra
lignaria, fechable en la segunda mitad del siglo XIII. La Virgen placentina
está representada como Madre de un Niño Dios, éste está representado claramente
como Rey del Universo, habitual iconografía románica.
José Antonio Pajuelo Jiménez
José Antonio Ramos RubioHay muchos hombres que son como las cañas por fuera parecen sanos y en su interior solo anida el vacío. San Agustín,
" CREANDO CULTURA"
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