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jueves, 19 de marzo de 2020

ANEDOCTAS DE PLASENCIA Y SU TIERRA

EL PUTO DE PLASENCIA.

Por el siglo XV - XVI había un refrán o dicho en Plasencia que decía así: “Para el puto que más te alumbre”. Esto venía a cuento de que en la procesión del Jueves Santo había personas piadosas que iban alumbrando o dando luz a los penitentes, los cuales muchas veces llevados por su celo de sufrimiento se salían de la procesión y se encaminaban a alguna de las ermitas que estaban en los alrededores de la ciudad. Entonces el penitente pedía a cualquiera de los hermanos de luz que le acompañase en su camino, cosa que nadie se negaba a realizar. Pero parece ser que uno de estos penitentes eligió a alguien en concreto para que le alumbrase y llegado a las afueras de la ciudad se levantó las faldas con clara intención de realizar algún acto sexual con el alumbrador. Este viendo las intenciones del penitente salió corriendo campo a través volviendo a la ciudad con un buen susto en el cuerpo. Y de este hecho se quedó el referido dicho popular.

GEOGRAFÍA PLACENTINA.

En la última década del siglo XIX, Plasencia y todas las Comarcas estaban alborozadas con la próxima llegada del ferrocarril. A tanto llegó la cosa que, un maestro de la ciudad enseñaba a los niños geografía local de esta manera:
"Niño, serás un bobalicón si no aprendes de porfía, esta sencilla lección de Geografía: Al norte está el Berrocal, al saliente San Antón, la Isla se halla al mediodía, y al poniente la estación de nuestras próximas vías."


LA BALLENA DE NAVACONCEJO.

Cuentan en el valle del Jerte que a los naturales de Navaconcejo se les llama “ballenatos”, con “B”, por un suceso que sucedió en el río a su paso por el pueblo. Dicen que hace muchos años, alguien de Cabezuela, tiró al río una albarda vieja, y que al llegar al puente de Navaconcejo, se quedo flotando en los remolino que hacía el agua en dicho puente, hundiéndose y volviendo a salir a flote. Un vecino del pueblo que lo vio, pensó que aquello podía ser una ballena y empezó a dar voces anunciando el suceso. Se juntó gran cantidad de gente y unos decían que sí, que era ballena y otros que no que era albarda, con tal algarabía los caminantes que pasaban por la carretera camino de Plasencia quisieron ver el fenómeno, pero los de Navaconcejo no los dejaron, alegando para ello que la ballena era suya. Al aclararse el misterio de que era lo que flotaba en el río, los de los pueblos cercanos se reían de ellos.

Los de Navaconcejo cuentan que se les llama “Ballenatos” con “V” por ser naturales del Valle del Jerte.

EL CRISTO DEL PERDÓN, y LA VIRGEN DE LOS DOLORES.

Dos desconocidos que dicen venir de Andalucía y estar recomendados por Fray Gaspar, fraile natural de Tornavacas, que está en un convento en Ronda, se presentan al regidor y vicario de Tornavacas y les proponen esculpir una imagen de Cristo, y ponen como condición que les dejen solos en la iglesia dos meses. El pueblo nos los ve ni entrar ni salir. El 14 de Setiembre las puertas de la iglesia estaban abiertas de par en par y hallaron al Cristo. Los artífices habían desaparecido, porque eran ángeles, según pensaron algunos. Pero en una carta dejada los desconocidos explican que han donado ese trabajo, junto con una bolsa de monedas de oro para los pobres, que quieren que se la llame "Cristo del Perdón" a la imagen, y que ellos son bandoleros de Sierra Morena. A partir de ahí cuentan su propia historia: eran escultores en el taller de Diego Alemán, éste era tacaño y violento, y se van robándole, formando una banda después. Cierto día asaltan un santuario de la Virgen y encuentran que era una Virgen de los Dolores y que estaba llorando. En la huida, llegan a un convento de franciscanos de Ronda y Fray Gaspar les conforta y les pide que hagan el encargo que había recibido de su pueblo. Leída la carta, el Concejo decidió nombrar al Cristo patrón de Tornavacas y pedir el perdón al rey Felipe II por los dos imagineros. Éstos habían sido capturados y condenados a muerte, y la comisión llegó a tiempo para obtener el indulto real. Dichos imagineros murieron como clérigos en la Cartuja de Burgos, y legaron varias imágenes, entre ellas, se dice, la Virgen de los Dolores.


AHIGAL ¿POR QUÉ PALETOS?.

En la comarca del Ambróz, el Paleto es el Ahigaleño. Hay una leyenda que aclarará esto. Ahigal formaba, con otros dieciocho pueblos y ocho concejos la comunidad de la Villa de Granadilla, regida por el duque Álvarez de Toledo (Gran Duque de Alba). Los recaudadores de tributos visitaban los pequeños pueblos reclamando impuestos. Esto llegó a hartar a los moradores, y se enfrentaron a los recaudadores negándose a pagar impuestos. El Señor de la Villa envía fuerzas suficientes para amedrentar a los agricultores firmes en su postura, que se negaron a pagar una vez más.

Ante tal actitud queman algunas viviendas y parte de las cosechas. El Duque les delimitó el término dejándoles el peor y más frío terreno de pastos y siembra. A partir de este momento, los tributos debían ser pagados puntualmente en Granadilla y el pago era en "paletadas" de trigo. Esta medida podía ser mayor o menor a capricho del recaudador, pues esta pala utilizada para medir el cereal podía oscilar, por lo que tenían que llevar caballerías cargadas para que sobrase.

Ante las burlas de que eran objeto en Granadilla estos labradores ahigaleños, optaron por mandar a sus esposas, hijas, etc. Puntualmente se formaban caravanas en los días de pago indicados, cargadas de cereales. A su llegada a Granadilla, los vecinos de la Villa comentaban: "ya están aquí las de las "paletás". De "paletás" paletas, y de paletas, paletos. 
El apodo real de este pueblo es paletos, ya que hubo una revolución contra los Duques de Alba a la que se unió el pueblo y como otros tantos perdieron, por lo que se les condenó a pagar 100 palas de trigo al año a los Duques y es por ello por lo que hoy día se los conoce como paletos. El gentilicio de las personas oriundas de este pueblo es ahigaleños pero en ningún caso ahigalens

EL BANDIDO CABRERÍN.

Según cuenta la leyenda, don Julián Siva, el hombre más rico de Extremadura, fue secuestrado por los bandidos y llevado al Puerto de la Serrana con exigencias de dinero y amenazas de muerte. Al tener noticias de ello Cabrerín fue allí, le salvó la vida y le puso en libertad. Se presentó a don Julián diciéndole: "yo soy Cabrerín, el jefe de los bandidos de la sierra y usted es el dueño de muchas tierras de la comarca y de los ganados que pastan en ellas; ambos podemos vivir aquí, pero nos interesa ponernos de acuerdo porque los dos nos podemos ayudar y servir mutuamente respetando ciertas condiciones. Si usted se compromete a darme en dinero o en comida lo que yo necesite para mantener a mis hombres en la sierra, yo le prometo que sus ganados y tierras serán respetadas por nosotros y en nosotros encontrará usted el mejor guarda para su hacienda".

Don Julián que no esperaba tal ofrecimiento quedó contento y conforme con el acuerdo, rubricándole los dos con un apretón de manos. De aquí nació la sincera amistad que mantuvieron como dos buenos amigos durante su vida. Los bandidos con el jefe al frente, fueron a tierras andaluzas a realizar alguna de sus hazañas; pero tuvieron mala suerte porque fueron sorprendidos y apresados por la justicia. El Cabrerín fue enviado al penal de Ceuta a cumplir su condena. Cuando Juan Morales González, alias "El Cabrerín", salió de la cárcel con 79 años y volvió a su pueblo natal, Serradilla (Cáceres), se encontró sólo, ya que sus compañeros estaban dispersos, y la gente del pueblo no confiaba en él. Necesitaba un amigo de verdad que fuera sincera que supiera escuchar y aconsejar a la vez: no tenía otro mejor que don Julián Silva por la confianza y la antigua amistad que les unía. Fue a verle al palacio que tenía en la dehesa del "Haza de la Concepción" a orillas del río Tiétar. Cabrerín rogó a don Julián que estuviera presente en la confesión de sus aventuras el guarda de la finca por lo bien que se había portado con ellos.

Les contó con detalles cómo fueron sorprendidos por la Justicia y sus aventuras en el penal, la desilusión que se llevó al no encontrar los tesoros escondidos y el cansancio que acusaba por su ya avanzada edad...

Don Julián, que estaba agradecido por los servicios que Cabrerín y sus compañeros le habían prestado en la vigilancia y protección de su agencia, le abrió las puertas de su casa. Y para que no le faltara nada le ingresó en el asilo de los ancianos de Plasencia. En este centro benéfico pasó el resto de su vida Cabrerín, el bandido generoso más valiente y honrado que ha tenido Extremadura. Murió en el Asilo el día 9 de Abril de 1902 a los 89 años de edad.

CLAVES-COMENTARIO: Historia recopilada por FERNÁNDEZ GARCÍA, Bautista. En la revista Aires Chinatos, nº 26.

   Jose Antonio Pajuelo Jiménez- Pedro Luna Reina.

                                                        "SEMBRANDO CULTURA"





1 comentario:

Miguel Angel dijo...

Hola buenas, buscando información sobre mi apellido encontré este documento que habla de un tal D. Francisco Claramon.- Capitán de Infantería de línea, y no comenta nada mas, yo tengo ese apellido soy de Badajoz, se que vino aqui por mi tatarabuelo que era de Mataró en Barcelona, Narciso Claramón , fijo que este sr. Francisco Claramón era familia, me gustaria saber algo mas si dispone de esa información se lo agradeceria o me dijese como podria hacerme de ella, puesto que se ve que este señor tiene que aparecer en documentos del ejército o en la historia de plasencia. Saludos y gracias anticipadas. Miguel Angel Claramón