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lunes, 8 de febrero de 2021

RESTAURACIÓN DEL ORGANO DE LA CATEDRAL.DATOS PARA LA HISTORIA.

CAMPAÑA DE RESTAURACIÓN DEL ÓRGANO DE LA CATEDRAL
EL ÓRGANO DE FR. DOMINGO AGUIRRE
DATOS COMPARATIVOS CON EL IMPORTE DEL RETABLO MAYOR


         Por el célebre pleito de las Ollerías (año 1694, no 1657, como en otros escritos se ha dicho), tenemos un conocimiento aproximado de lo que importó la construcción de aquel órgano grande que exigió un concurso. Oposición para encontrar un organista adecuado al instrumento.
         Frente a la torre de la catedral habían sido instalados unos Hornos de cocer que, por el humo y el calor que despedían y que se introducía en la catedral, impidieron con frecuencia los actos del culto con el consiguiente daño para el dorado de los retablos y obra del órgano grande encomendada al famoso organero franciscano Fr. Domingo de Aguirre.
         De este pleito seguido por el Cabildo contra los dueños de dichos hornos, tenemos las siguientes noticias:
         1º.- ACUERDO CAPITULAR, “Acordaron que los Sres. D. Diego Fermín de Balanzá, Arcediano de Trujillo, y D. Diego Antón Gómez, Canónigo, estén con el Sr. Corregidor y le informen el grande perjuicio que el retablo y órgano nuevo reciben con el humo de las Ollerías contiguas a esta Santa Iglesia, haciéndose el requerimiento que el Sr. Doctoral tienen entendido sobre insistir en que los hornos se deshagan”, (Archivo Catedral, Actas Capitulares, Libro 37, sin foliar, 14 mayo 1694.)
Fotografía  de Jose Gutiérrez Delgado.

         2º.- INICIACION DEL PLEITO. Unos días después, el 17 de mayo del citado año 1694, se inicia el pleito por medio del procurador del Cabildo D. Antonio Calderón, “ Hallándose como se hallan los hornos de las Ollerías en el barrio de la Corredera de esta ciudad inmediatos al losado y paredes  de la dicha Iglesia Catedral de ella, se ha experimentado y experimenta que con el humo, fuego y mayor humo que de sí despiden en las continuas ocasiones que se encienden para cocer los de Ollería, se ahúma y deshace lo dorado y maderas del retablo del altar mayor y los demás colaterales y sucederá lo mismo al órgano que nuevamente se esta fabricando y que se comienza a poner sobre la puerta inmediata y que sale a la parte donde dichos hornos se hallan, pues el calor y el humo destemplarán sus voces, como en efecto las destemplan, pues ausentaranse los maestros que allí asisten, , ni pueden templarlas ni tampoco trabajar… ha costado más de  DIEZ Y SEIS MIL DUCADOS, como es notorio y lo alego por tal… juntándose lo referido de haber consideración no menor como es la de que en ello no se pueden celebrar los oficios divinos y horas canónicas el día y días en que se encienden dichos hornos o cualquiera de ellos por el gran calor y humo se que introduce en la dicha Iglesia…” (Archivo Catedral, Legajo 26, pieza 24.)
 Se pide en la demanda la demolición de los hornos y que los dueños paguen todos los perjuicios ocasionados con inclusión de costas judiciales. Siguen varios informes, entre ellos los de los organistas y el de Fr. Domingo Aguirre.
         Por fin, en 15 de febrero de 1695 se dicta sentencia a favor del Cabildo por el corregidor de la ciudad don Francisco Salcedo y Aguirre en estos términos: “Deben derribarse los hornos y se da un plazo de tres meses para que elijan otro sitio.” (Arch. Cated., documento anteriormente citado.)
Ya tenemos la cantidad que importó la construcción del órgano grande: más de 16.000 ducados, a pesar de que en la fecha de la sentencia aún no había terminado la obra, que se llevó a efecto tres meses después.
        
 No es nuestra intención hacer comparaciones entre el retablo mayor y el órgano grande de Fr. Domingo de Aguirre, porque se trata de cosas diversas, aparte de que, siguiendo el refrán latino, “omnis similitudo claudicat”, “toda comparación falla”. No obstante la diferencia y distancia de tiempo: noviembre de 1624 para el contrato de los ensambladores, mayo de 1625 para el contrato con Gregorio Fernández y mayo de 1653 para el contrato de los cuadros y dorado del retablo, pero teniendo en cuenta la calidad y fama de algunos artistas que trabajaron en dicho retablo, como Gregorio Fernández y Francisco Rici, y la obra del órgano años después, en 1695, fecha de su terminación, a los artistas que intervinieron en el retablo mayor se les pagan las siguientes cantidades:

a)   A los arquitectos Alonso Balvas y Andrés Crespo y a los hermanos Cristóbal y Juan Velázquez, ensambladores: 4.000 ducados;

b)   A Gregorio Fernández por la escultura del retablo: 7.000 ducados;

c)  A Luis Fernández, Mateo Gallardo y Francisco Rici por los cuadros y a Simón López por el dorado: 1.421 ducados. Total del retablo a los artistas que en él trabajaron: 12.421 ducados. (Archivo Catedral, Legajo 91, pieza 11). Total del nuevo órgano de Aguirre: más de 16.000 ducados. Cifras ciertamente muy significativas que quedamos constatadas.

Aquel órgano ha desaparecido, conservándose su monumental caja, en la que está instalado el actual órgano.
Román Gómez Guillén.- Canónigo Prefecto de Música


José Antonio Pajuelo Jiménez . Pedro Luna Reina.

                          "CREANDO CULTURA".

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