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viernes, 26 de febrero de 2021

MARIANO CEFERINO DEL POZO.


Mariano Ceferino del Pozo. ALIAS: “BOQUIQUE”

Otro personaje que tomó partido Carlista en nuestra ciudad, fue el famoso bandolero "Boquique", este “bandido” representaba al sector socio-rural de la ciudad.
Este personaje era D. Mariano Ceferino del Pozo, capitán de los ejércitos “realistas” y fue el único militar placentino que tomó partido por Don Carlos, pues las tropas de la ciudad se pusieron de parte de Isabel II.

D. Mariano había sido el encargado del personal que trabajaba en las obras de la Ronda del Salvador, este cargo se lo había dado el Obispo Laso, porque fue una época de mucha hambre, y se daba trabajo a mucha gente de la comarca. También fue el encargado de las obras del camino viejo del Puerto, realizadas al estilo de las antiguas calzadas romanas.
La "partida" de Boquique resistió pocos años en la zona, aunque se tienen noticias que la Diputación de Cáceres se queja al Gobierno de los gastos que le seguían ocasionando mantener una infantería de 1.100 hombres y 200 caballos para combatir a los "aliados" del “bandolero”.
Cuando se terminó la llamada "Primera Guerra Carlista" (1.833-1.840) este militar se convirtió en “bandolero”, y es cuando se le persigue como tal. Se le consiguió acorralar y detener en la cueva que lleva su nombre, la cual está en el monte de Valcorchero. En el archivo municipal se conserva una carta con fecha de 7 de marzo de 1.834, en la cual se comunica al Subdelegado de Policía de Plasencia (que estaba en Cabezuela del Valle de visita), la detención de capitán-bandido. Fueron detenidos en la cueva llamada de Boquique, lugar que utilizaban para refugiarse.
No fue solo este “bandido” el que asoló la zona de Plasencia, pues también actuaban las partidas de Los Jaras, Pecos, Tercero, Montejo etc., los cuales con la excusa de defender los derechos dinásticos de D. Carlos se permitieron toda clase de tropelías.
Cueva de Boquique.
Una de las más famosas fue la cometida por las partidas de Basilio, Pulido y Patagorda, los cuales se unieron, juntando entre las tres partidas mas de trescientos cincuenta bandidos, y atacando el pueblo de Serradilla, el cual quedó destruido, pues quemaron el Ayuntamiento y la mayoría de las casas de la población, y asesinaron a todos los que eran partidarios de los realistas, y a los liberales. También se llevaron a los más acomodados del pueblo y pidieron un rescate de 25.000 reales por cada uno de ellos. Los daños que hicieron en el pueblo se calcularon en más de un millón de reales.
Como curiosidad apuntaremos que la palabra “bandido” se aplicó a los malhechores y salteadores de caminos a partir de 1.663, año en que el rey Felipe IV aprueba unas leyes llamadas “Las pragmáticas” en las cuales se mandaba que se llamase a los malhechores mediante tres bandos y, si no acudían ante el Justicia, fuesen declarados “bandidos” y sus nombres fuesen puestos en carteles para que cualquier persona que los viese los prendiese o matase y los condujese al Justicia, vivos o muertos, por lo cual recibirían una recompensa.
A los bandidos se los condenaba al arrastramiento, horca y descuartizamiento, con la colocación de trozos de sus restos en los cruces de los caminos por donde habían actuado, para que sirviese de escarmiento a los demás malhechores.

Jose Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina.

                                                    "CREANDO CULTURA".


lunes, 8 de febrero de 2021

RESTAURACIÓN DEL ORGANO DE LA CATEDRAL.DATOS PARA LA HISTORIA.

CAMPAÑA DE RESTAURACIÓN DEL ÓRGANO DE LA CATEDRAL
EL ÓRGANO DE FR. DOMINGO AGUIRRE
DATOS COMPARATIVOS CON EL IMPORTE DEL RETABLO MAYOR


         Por el célebre pleito de las Ollerías (año 1694, no 1657, como en otros escritos se ha dicho), tenemos un conocimiento aproximado de lo que importó la construcción de aquel órgano grande que exigió un concurso. Oposición para encontrar un organista adecuado al instrumento.
         Frente a la torre de la catedral habían sido instalados unos Hornos de cocer que, por el humo y el calor que despedían y que se introducía en la catedral, impidieron con frecuencia los actos del culto con el consiguiente daño para el dorado de los retablos y obra del órgano grande encomendada al famoso organero franciscano Fr. Domingo de Aguirre.
         De este pleito seguido por el Cabildo contra los dueños de dichos hornos, tenemos las siguientes noticias:
         1º.- ACUERDO CAPITULAR, “Acordaron que los Sres. D. Diego Fermín de Balanzá, Arcediano de Trujillo, y D. Diego Antón Gómez, Canónigo, estén con el Sr. Corregidor y le informen el grande perjuicio que el retablo y órgano nuevo reciben con el humo de las Ollerías contiguas a esta Santa Iglesia, haciéndose el requerimiento que el Sr. Doctoral tienen entendido sobre insistir en que los hornos se deshagan”, (Archivo Catedral, Actas Capitulares, Libro 37, sin foliar, 14 mayo 1694.)
Fotografía  de Jose Gutiérrez Delgado.

         2º.- INICIACION DEL PLEITO. Unos días después, el 17 de mayo del citado año 1694, se inicia el pleito por medio del procurador del Cabildo D. Antonio Calderón, “ Hallándose como se hallan los hornos de las Ollerías en el barrio de la Corredera de esta ciudad inmediatos al losado y paredes  de la dicha Iglesia Catedral de ella, se ha experimentado y experimenta que con el humo, fuego y mayor humo que de sí despiden en las continuas ocasiones que se encienden para cocer los de Ollería, se ahúma y deshace lo dorado y maderas del retablo del altar mayor y los demás colaterales y sucederá lo mismo al órgano que nuevamente se esta fabricando y que se comienza a poner sobre la puerta inmediata y que sale a la parte donde dichos hornos se hallan, pues el calor y el humo destemplarán sus voces, como en efecto las destemplan, pues ausentaranse los maestros que allí asisten, , ni pueden templarlas ni tampoco trabajar… ha costado más de  DIEZ Y SEIS MIL DUCADOS, como es notorio y lo alego por tal… juntándose lo referido de haber consideración no menor como es la de que en ello no se pueden celebrar los oficios divinos y horas canónicas el día y días en que se encienden dichos hornos o cualquiera de ellos por el gran calor y humo se que introduce en la dicha Iglesia…” (Archivo Catedral, Legajo 26, pieza 24.)
 Se pide en la demanda la demolición de los hornos y que los dueños paguen todos los perjuicios ocasionados con inclusión de costas judiciales. Siguen varios informes, entre ellos los de los organistas y el de Fr. Domingo Aguirre.
         Por fin, en 15 de febrero de 1695 se dicta sentencia a favor del Cabildo por el corregidor de la ciudad don Francisco Salcedo y Aguirre en estos términos: “Deben derribarse los hornos y se da un plazo de tres meses para que elijan otro sitio.” (Arch. Cated., documento anteriormente citado.)
Ya tenemos la cantidad que importó la construcción del órgano grande: más de 16.000 ducados, a pesar de que en la fecha de la sentencia aún no había terminado la obra, que se llevó a efecto tres meses después.
        
 No es nuestra intención hacer comparaciones entre el retablo mayor y el órgano grande de Fr. Domingo de Aguirre, porque se trata de cosas diversas, aparte de que, siguiendo el refrán latino, “omnis similitudo claudicat”, “toda comparación falla”. No obstante la diferencia y distancia de tiempo: noviembre de 1624 para el contrato de los ensambladores, mayo de 1625 para el contrato con Gregorio Fernández y mayo de 1653 para el contrato de los cuadros y dorado del retablo, pero teniendo en cuenta la calidad y fama de algunos artistas que trabajaron en dicho retablo, como Gregorio Fernández y Francisco Rici, y la obra del órgano años después, en 1695, fecha de su terminación, a los artistas que intervinieron en el retablo mayor se les pagan las siguientes cantidades:

a)   A los arquitectos Alonso Balvas y Andrés Crespo y a los hermanos Cristóbal y Juan Velázquez, ensambladores: 4.000 ducados;

b)   A Gregorio Fernández por la escultura del retablo: 7.000 ducados;

c)  A Luis Fernández, Mateo Gallardo y Francisco Rici por los cuadros y a Simón López por el dorado: 1.421 ducados. Total del retablo a los artistas que en él trabajaron: 12.421 ducados. (Archivo Catedral, Legajo 91, pieza 11). Total del nuevo órgano de Aguirre: más de 16.000 ducados. Cifras ciertamente muy significativas que quedamos constatadas.

Aquel órgano ha desaparecido, conservándose su monumental caja, en la que está instalado el actual órgano.
Román Gómez Guillén.- Canónigo Prefecto de Música


José Antonio Pajuelo Jiménez . Pedro Luna Reina.

                          "CREANDO CULTURA".