LOS ARTIFICES DE LA CATEDRAL DE PLASENCIA
En
su construcción trabajaron los más acreditados arquitectos del siglo XVI. No
resulta fácil determinar el tiempo que trabajó cada uno, ni señalar con
exactitud las obras que realizaron, por lo que daremos los datos de los que
tengamos con mayor certeza.
Enrique de Egas, que
trabajó en las catedrales de Toledo, Sevilla y Salamanca, entre otras, hace los
primeros planos en el año 1497, se le cita en los archivos de la catedral como
maestro mayor haciéndose cargo de la obra de la catedral nueva, también hizo un
informe sobre la sillería que para el coro proyectaba Rodrigo Alemán y en la
que consta entregó unos planos al obispo Álvarez de Toledo.[i]
Fue sustituido por Francisco Colonia.
En
1513, aparecen como arquitectos Juan de Álava y Francisco de Colonia. No fueron
muy cordiales la relación de ambos arquitectos por lo que en 1522 queda Juan de
Álava, hay que hay que atribuir el trazado de la Capilla Mayor y la portada
principal de la sacristía.
Juan de Álava su
nombre era Juan de Ybarra, nacido en Larrinoa (Álava) 1480 y fallecido en
Salamanca 1537, Maestro de Cantería. En 1517 aparece su nombre vinculado por
primera vez a las obras de la catedral, que se había iniciado en 1498; sin
embargo, es posible que ya estuviera en ella desde 1513, en que se retoman las
obras. A ella estaría ligado el resto de sus días, visitándola anualmente; por
lo tanto, no solo es la obra que más tiempo ocupó al artista, son también donde
mejor pudo plasmar sus ideas y preferencias en materia artística,
convirtiéndola partir de 1522 en una iglesia de salón, con naves a igual
altura, aunque nunca llegaría a ser concluida.[ii]
En
1523, acude a la cita anual a Plasencia, momento en que el ayuntamiento le
solicita su intervención en la polémica sobre las casas consistoriales; se discutía
sobre si la fachada había de ser ras, que era la opción de Álava, o con
soportales, como quería el pueblo.
En 1537 el Cabildo de Plasencia decidió reemprender las obras que había interrumpido en 1534, por lo que termina en llamar a Juan de Álava. Esta fue su última salida de Salamanca, ya muy enfermo, lo cual no le impidió demostrar su fidelidad con la obra que más le ocupó.
Francisco de Colonia: Burgos (1470-1542). En 1516, interviene en la catedral nueva de Plasencia, de la que, en opinión de Mélida, pudo hacer el proyecto y comenzó la obra, pero se le retiró de la misma por no desarrollarse satisfactoriamente, siendo sustituido por Juan de Álava.[iii]
En 1537 figura al frente de las obras Alonso de Covarrubias, que trabajó en las obras del Alcázar de Toledo. En ese mismo año tras la muerte de Juan de Álava se hace cargo de la prosecución de las obras que en ella se estaban realizando. Presentó su proyecto, que fue aprobado, y se le nombró maestro mayor de las obras de la catedral, con el mismo salario de su antecesor.[iv]
En este mismo año se habla de Pedro de Ibarra (Hijo de Juan de Álava), aunque fue muy poco el tiempo que estuvo al frente de las obras. Su presencia en la diócesis fue más bien tardía, probablemente en 1560 fue contratado por el obispo Ponce de León para dar trazas y condiciones a la iglesia de Santiago de Miajadas y plateando la solución de crucero y cabecera que no llegó a ejecutar. En 1562 dio las condiciones para la iglesia parroquial de Logrosán, construyendo la capilla mayor y la sacristía. También intervino en la construcción de una capilla y cuatro arcos en la iglesia del Monasterio de San Francisco de Trujillo.
En
1538 durante el pontificado de Gutierre de Vargas Carvajal la obra ozo de un
gran avance si bien paralizada durante varios años en los trabajos. La muerte
de Juan de Álava obliga al cabildo a buscar un nuevo arquitecto siendo elegido
en el año citado a Diego de Siloé (1495 -1563), aceptadas sus trazas en 1539, tras una intervención de Rodrigo Gil
de Hontañón y quizás la contratación no culminada de Alonso de Covarrubias
(1488-1570).Sin embargo, las frecuentes ausencias de este maestro obligan al
Cabildo a dejar la dirección de las obras a Juan Correa y Martin Rieta, hombres
de confianza de los capitulares, aunque debían seguir el diseño de Siloé. A él
se le debe la portada sur del enlosado de un naciente estilo clasicista.
Finalmente
en el año 1544, vuelve hacerse cargo de la obra Rodrigo
Gil de Hontañón quien en 1555 presentó los planos del último cuerpo de
la fachada principal y de las cresterías. Gil de Hontañón permaneció en su
cargo hasta 1558, año que fue inaugurada la parte construida de la catedral
nueva, en su etapa de madurez más próxima al estilo herreriano pertenece esta
notable creación.
Toda
una relación de insignes maestros. A su pericia y competencia debemos este
legado de arte.
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