En los años anteriores, durante las turbaciones de Castilla, cuando algunos grandes y prelados dieron a la Monarquía aquel escándalo en Ávila, el desgraciado Rey D. Enrique IV. Fugitivo en sus mismos estados, determino acogerse a la generosidad del Conde y vecinos de esta Ciudad, los cuales le recibieron como a su Rey alojándose en el Alcázar, donde estuvo muy obsequiado por espacio de cuatro meses, hasta que Toledo le abrió las puertas .Sin duda por este acto de lealtad, tiene Plasencia los títulos de muy Noble y muy Leal.
Asentada en una loma suave, cuyos lados de E. S. y O bañada por el Río Jerte con sus aguas y hermosea con sus orillas vestida de arbustos, presenta una vista alegre y caprichosa, ya por la catedral, que con su agujas parece un buque empavesado, descollando el caserío y las torres de iglesias y conventos, ya por los bellos paisajes que ofrecen sus alrededores. Su planta se acerca a la de las poblaciones modernas, pues sus calles estrechas como todas las de aquellas épocas, son rectas y bien trazadas, desembocando las principales en la plaza mayor, que es cuadrada y rodeada de soportales y colocada en el centro de la Ciudad. Para el desahogo del vecindario se hallan repartidas en el casco de la población, siete plazuelas, casi todas con su fuente publica, siendo nueve el numero de estas en esta Ciudad. Las casas por lo general son de tres pisos, blanqueadas interior como exteriormente, lo que hace que las calles sean bastante claras.
Los edificios mas principales que se encuentran además de la Catedral, son siete parroquias, cuatro conventos de Religiosas, habiéndose suprimido uno en la época de la exclaustración y tres de Religiosos, tiene además Seminario Conciliar, una casa de Hospicio ,dos Palacios el Episcopal y el de los Marqueses de Mirabel y varias ermitas dentro y fuera de la Ciudad, siendo muy bellas entre estas, la de la Salud edificada sobre la puerta de Trujillo donde se venera una hermosa Imagen con el titula de la Salud, y la de N. S. del Puerto a media legua de la Ciudad, en medio de riscos que la hacen una situación muy pintoresca.
En gracia de la brevedad, diremos algunas cosa más notables que encierran sus templos y establecimientos. En la parroquia de San Nicolás el Real al lado del Evangelio hay una capilla con una cúpula, retablo de buena arquitectura y un suntuoso sepulcro del Obispo de Coria D. Pedro Carvajal, natural de esta Ciudad, cuya estatua de mármol se ve arrodillada detrás de un reclinatorio, también se ve la capilla de S. Ansano diferentes sepulcros del siglo XIII pertenecientes a los antiguos Sres. de Monroy. La parroquia de San Martín tiene notable la parroquia de San Blas con sus elegantes columnas corintias istriadas, pero en las parroquias del Salvador, San Pedro, San Esteban y de San Juan no hay cosa que ver: Los conventos de Religiosas no contienen cosa notable, si exceptuamos el de la Encarnación, que tiene una tabla de la escuela de Rafael y las Capuchinas, donde se ven algunas pinturas del estilo Carreño.
De los conventos Religiosos el único dedicado al culto es el de S. Vicente de PP. Dominicos, su magnifico templo de estilo gótico y uno de los mejores que poseía esta orden en España; le fundaron los Condes de Plasencia D. Alonso de Zúñiga y Doña Leonor de Pimentel su mujer. En el crucero esta enterrado el cardenal D. Juan de Zúñiga, arzobispo de Sevilla y ultimo gran maestre de Alcántara. En la capilla del Rosario esta el enterramiento de los Marqueses de Mirabel entre los cuales se halla sepultado D. Luís de Ávila y Zúñiga, segundo marques, general de nuestra caballería en Alemania y autor de los comentarios de las guerras del Emperador Carlos V a quien acompaño en todas sus expediciones. Hay también en una capilla en el cuerpo de la iglesia un magnifico sepulcro de D. Martín Nieto, comendador de Yébenes, cuya estatua de mármol muy elogiada por Ponz, fue mutilada por los franceses.
El palacio unido al convento es de los Marqueses de Mirabel, antes Condes de Plasencia y tiene un grandioso patio con galerías y fuente en el medio. El hospital General o de Doña Engracia es el mejor de la provincia, gracias al Ilustrísimo Sr. D. José González Laso, Obispo de esta Ciudad, que entre otras obras dignas de los Romanos, como fueron calzadas y puentes con que enriqueció a Plasencia a principios de este siglo, hizo un aumento de consideración á dicho Hospital con cuatro grandes y espaciosas salas, que forman un cuerpo unido á lo principal del edificio, todo de mejor gusto y que respira magnificencia. En el se da asistencia a cuantos enfermos se presentan, para lo cual tiene buenas rentas, con qué están dotados los correspondientes facultativos y una excelente botica. El hospicio fue anteriormente Colegio de la Compañía de Jesús; la iglesia es de una sola nave y en su fachada tiene dos estatuas de Santa Ana y la Virgen con el Niño de regular ejecución; lo demás de edificio corresponde a su destino; y ya que estamos cerca hablaremos del magnifico acueducto que surte de agua a la Ciudad. La fuente de donde se traen nace en unas sierras a tres leguas de distancia, viniendo en cañadas por espacio de siete, a causa de las vueltas y recodos que hace el terreno montuosos, al llegar a la ermita de San Antón junto á la cual se ha hecho un bello paseo con una frondosa alameda, atraviesa sobre mas de ochenta arcos hasta venir a parar a un arca o receptáculo general situada cerca de la fortaleza, y desde la cual se distribuye a las fuentes publicas, Conventos, Seminario, Palacio, Cárcel, Hospital y bastante numero de casas particulares. Olvidásemos decir, que en el Palacio Episcopal que es espaciosos pero de una arquitectura extravagante y moderna, se encuentra una copiosa Biblioteca, parte que fue de los Jesuitas y lo demás de diferentes donaciones.
Seis son las puertas y dos los postigos que dan entrada a la Ciudad, y por tres de ellas la del Sol, Trujillo y Coria se sale a tres puentes de piedra que hay sobre el Jerte. La ronda plantada en algunos parajes de arboleda, además del cómodo paseo que proporciona, tiene la ventaja de las hermosas vistas, que ofrece de viñas con caseríos, olivares y huertas y el delicioso sitio de la Isla, por la parte E. y S. y por N. y O .pintorescas colinas de canchos y alcornoques, que ofrecen un variado contraste con las vistas anteriores.
Plasencia ha sido madre de hombres celebres en armas y en letras, contándose entre ellos varios Cardenales, dos grandes Maestres de Alcántara y algunos generales. En el día a pesar de verse reducida a la segunda población de la provincia, conserva el rango que tan dignamente ocupo en lo antiguo, cuando sus procuradores tomaban asiento el las Cortes de Castilla, y sus corregidores eran la primera grandeza. Sus mercados son los primeros de Extremadura y los delicados frutos de su Valle y Vera tienen nombradía en todo el Reino.
SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. 1848
Jose Antonio Pajuelo Jimenez.
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