LA
ENSEÑANZA DEL ÓRGANO EN LA CATEDRAL DE PLASENCIA
EL
ORGANISTA DIEGO GONZÁLEZ
Dentro de la actividad musical del culto
divino, es muy frecuente la enseñanza
del órgano en nuestra catedral durante los siglos pasados. “Los
mozos de coro” han constituido
hasta bien entrado el presente un siglo
un estamento musical de suma
importancia. Su oficio era entonces la salmodia, antífonas e himnos en el canto
de las horas canónicas y reforzar la voces de la capilla música catedralicia.
Con frecuencia los mozos de coro pedían al Cabildo que se les enseñase a tocar
el órgano, peticiones que eran casi siempre atendidas. Bien se lo podía
permitir la catedral al contar con tres órganos, cosa que ahora no es factible
al contar con un solo órgano cuya pronta restauración todos anhelamos. En ello
hemos de poner nuestra más espléndida cooperación económica.
De estos mozos de coro, así como de
los seises, salieron magníficos organistas. He aquí unos datos acaecidos en el
siglo XVIII.
“Leyóse petición de Francisco González,
mozo de coro, en la que suplica al
cabildo le dé licencia para aprender a organista, mandando a los de esta
Santa Iglesia le enseñen en toda forma. Y acordaron, concediéndole dicha
licencia, que, respecto de ser los dos organistas iguales aun en sus empleos
como para esta obligación, acuda a cualquiera que eligiere de ellos para que le
enseñen” (Actas Capitulares, Libro 47, 27 de febr. 1715.)
Otro mozo de coro, Diego González,
del que vamos a tratar en este trabajo, hace idéntica petición en el año 1716.
“Leyóse petición de Diego González, mozo de coro de esta Santa Iglesia, en que suplica al Cabildo se sirva mandar a
cualquiera de los dos organistas de ella que, en conformidad con el Estatuto, le
enseñen a tocar el órgano. Y acordaron se encargue al Sr. Deán tome a su
cuidado disponer le enseñen al suplicante dicha facultad.” (Act. Cap. Libr. 47,
22 may… 1716). Tanto interés tuvo el Cabildo en favorecer esta promoción
organística que días después “acordaron que el Sr. Deán, continuando su
comisión, tome a su cuidado el que uno
de los dos organistas dé lección a los mozos de coro que quieran aprender
dicha facultad.” (Act. Cap. Libro 47, 29
may. 1716.)
Diego González, fue natural de
Serradilla y llegó a ser organista en la catedral de Coria y más tarde en la de
Plasencia por bastante tiempo: desde primero de enero de 1736 hasta finales del
año 1779. No era sacerdote sino seglar, casado con Rosa Garay. Dejemos que
Actas Capitulares nos relaten algunos detalles de su vida.
“Leyóse petición de Diego González
Bermejo, natural de la villa de Serradilla y organista que ha sido en la Santa
Iglesia de Coria, en que expresa se halla en la villa de Madrid y con noticia
de estar vacante una de las dos plazas de organista en esta Santa Iglesia por
muerte de Antonio Valeriano, desea servir al Cabildo en dicho ministerio
estando a disposición de pasar a esta ciudad
a solicitarlo con el rendimiento debido, exponiéndose al examen que sea
necesario, lo que de presente no ha podido efectuar por hallarse enfermo. Y enterado
el Cabildo de que el susodicho tiene suficiente habilidad para el ministerio:
acordó recibirle con plena conformidad para desde primero de enero próximo,
consignándose por ahora el salario de dos mil reales de vellón.” (Actas Cap.
Libr. 54, 24 dic. 1735.)
Ya por aquel tiempo los cargos
musicales de la catedral se llamaban “ministerios”. Ahora que el Concilio
Vaticano II ha declarado que los que forman parte de la “schola cantórum”
desempeñan un auténtico ministerio litúrgico (C.D.S.L. art. 29), tras la
lectura del anterior documento podemos afirmar que nuestros antepasados se
adelantaron a la nomenclatura conciliar en dos siglos.
No fueron fáciles las circunstancias
económicas por las que atravesó en su vida Diego González. He aquí unos datos
al respecto: “Leyóse memorial de Diego González, organista de esta Santa
Iglesia, haciendo presente haberse lastimado una pierna y con este motivo verse
en la precisión de suplicar al Cabildo se digne mandarle librar 400 reales a
cuenta de su salario o como sea de su agrado y habiendo informado el Sr.
Arcediano de Béjar, Obrero de la Fábrica, que con este motivo le tenía
anticipado 100 reales, acordó se le den otros 100 y que para reintegro a la
Fábrica vaya dejando en sus Mesadas a cuenta de dichos 200 reales que se le
conceden lo que parezca conveniente a dicho Sr. Arcediano” (Act. Cap. Libr70,
26 enero 1779.)
En otra ocasión Diego González “
suplica al Cabildo se digne hacerle el favor de que se le adelanten 200 reales
para poder aviar a su hijo para la Universidad de Salamanca y reintegrará en la
dos Mesadas de enero y febrero”, ( Act. Cap. Libr. 70, 9 oct.
1779), cosa que no pudo efectuar por morir antes de esas fechas. Así lo acredita
en hecho de que su esposa a finales de 1779 pidió ayuda económica al Cabildo en
us viudedad. “ Leyóse memorial de Rosa Garay, viuda del organista Diego
González, en que expone la suma pobreza en que ha quedado y suplica al Cabildo
se digne ayudarla del modo que fuere de su agrado: en cuya inteligencia acordó
que se la dé de limosna 200 reales de cuenta de Mesa.” (Act. Cap. Libr. 70, 24
dic. 1779.)
Datos Obtenidos de D. Román Gómez Guillén, "Canónigo
Prefecto de Música".
José Antonio Pajuelo Jiménez.
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