Escritor y sacerdote, nacido en Plasencia el 15 de marzo de 1802, al menos así consta en la partida de bautismo que rubricó el párroco de san esteban de Plasencia, don José Ovejero, quién bautizó al infante el 22 de marzo y al que puso el nombre de José.
Era hijo de Manuel Barrio y Manuela Rufo, ambos naturales de Plasencia. Placentinas eran también sus abuelas y sus abuelos de Garganta de la Olla y el materno del Barrado.
De este matrimonio nacieron que tengamos conocimiento tres hijos. El mayor de edad, Antonio María. El segundo José, nuestro biografiado. Un tercero, Juan Sabino, bautizado en plena guerra de la Independencia. Posiblemente naciese otro pero no se ha conseguido averiguar nada en concreto que su mera existencia.
Una familia modesta, Manuel Barrio tintorero de oficio, que habitaba en la casa numero 6 de lo que entonces llamaban calle de san Esteban, y en nuestros días rincón de San Esteban. El padrón de habitantes de Plasencia en 1812, dice que Manuel Barrio tenía entonces 48 años. En el padrón de 1827 todavía lo consideran jefe y cabeza de familia, vecino con él quien habitualmente convivían cuatro personas más. En Cambio en 1838, once años más tarde, asigna la misma casa habitación a José barrio, presbítero, de 38 años, a quién acompaña entre otros su padre, Manuel, viudo, de 60 años de edad.
De los primeros años de su vida, nos ha conservado el mismo Barrio en sus manuscritos un recuerdo para él ciertamente imborrable: su presencia y testimonio en la recogida del copón que robaron al templo de San Esteban, su propia iglesia y parroquia. A este suceso le dedicaremos otro artículo.
Los estudios para la iniciación del sacerdocio no fueron, ni más ni menos, que los de otros muchos placentinos de la época. Cursó latín y moral en el Seminario de la Purísima Concepción y privadamente hizo los estudios de filosofía y teología dogmáticas, recibiendo después las órdenes.
Los estudios de filosofía y teología los cursó en el centro oficial, en las clases que se daban dentro de la biblioteca del palacio del prelado placentino. Cuando llego a ser clérigo (en aquellos días del gobierno liberal estaban suspendidos los privilegios clericales), solicito en 1822 la exoneración del servicio militar alegando el padecimiento de hernia. Al memorial contestó el ayuntamiento ando orden al cirujano municipal para que lo reconociese y certificara en qué condiciones se hallaba de utilidad o inutilidad para el servicio en la milicia local.
Tras un paréntesis de ocho años, reaparece José María en las aulas del palacio episcopal, el curso 1829-1830, Barrio no acudía en calidad de profesor, sino de presbítero. Por entonces tenía una capellanía en la catedral que asistió todo el curso. En 1832 finaliza sus estudios oficiales para acreditarse capellán de memorias, y convertirse en lo que entonces decían sacerdote de carrera corta.
En los estudios teológicos no fue ninguna notabilidad, en cambio se distinguió como rebuscador de manuscritos y antigüedades placentinas, dejando huellas más profundas en nuestros investigadores de finales del siglo XIX. Por encima de obstáculos, dificultades y pequeñeces, continuó su labor de recopilación de datos y revisión de archivos, a los que le llevaba una afición natural, que cultivaba con afán. Porque la vida de los archivos le llegaba al alma.
Hombre sencillo y sumamente curioso, aunque sin crítica, reunió infinidad de apuntes referentes a la historia de su ciudad natal. Sus manuscritos, que eran bastantes, desaparecieron a su fallecimiento y solo se conservan de él dos opúsculos, uno en cuarto mayor titulado:
Apuntes para la historia general de la M.N. y M.L ciudad de ^Plasencia, de Extremadura. Recogidas y coordinadas por el presbítero D…, capellán de número de la Santa Iglesia Catedral, los dedica al señor marqués de Mirabel, conde de Berantevilla.
Se imprimió en la imprenta que tenía la ciudad de D- Manuel Ramos en 1851, y el autor dedicaba su trabajo al marqués de Mirabel, siendo esto opúsculo (obra de extensión reducida) el primero del resumen histórico que tenía preparado para darlo a la estampa y que abrazaba hasta nuestros días, 1850. No publicó más que un primer opúsculo. U segundo libro es el que lleva por título:
Historia de la milagrosa imagen de N.S. del Puerto, patrona de la M.N. y M. L. ciudad de Plasencia que se venera en su ermita, sita en lo alto del Puerto que va a las Castillas y á media legua de la ciudad etc.
Como el anterior, se imprimió en la imprenta de Tamos en 1854, dedicado al Marqués de Mirabel en igual tamaño que el anterior opúsculo. Es lástima que los parientes y herederos del presbítero Barrios y Rufo hayan dejado perder los muchos apuntes que conservaba, entre los que no faltaban datos curiosísimos para ilustrar la historia de Extremadura.
Otros de los escritos son “Fundaciones y Acontecimientos” de la época en que vivió, entre estos últimos tenemos el robo del copón de San Esteban, la visita del obispo Cipriano Varela 13 de marzo de 1831, el incendio de la casa de la obra lindando con el palacio del obispo que sucedió en miércoles santo de 1832, o bien la caída del retablo de la Asunción cuando se celebraba la misa, falleciendo el oficiante, así como otros acontecimientos que ocurrieron por aquel entonces.
Capellán, nada más que capellán, fue sacerdote investigador, acumulo muchísimos datos para recomponer la historia de su ciudad natal: Vicente Paredes nos dice que falleció después de 1880, aunque hay diferentes criterios respecto al año de fallecimiento.
Jose Antonio Pajuelo - Pedro Luna Reina.
"CREANDO CULTURA"
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