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sábado, 30 de noviembre de 2019

FUNDACIÓN DEL COLEGIO DE HUERFANOS.


LA FUNDACIÓN DEL COLEGIO DE HUÉRFANOS.
Don Calixto, como ya hemos dicho, siempre había tenido una salud “endeble”, como así se especificaba en su hoja de servicios expedida en Valencia de Alcántara el 27 de agosto de 1812.
Desde su llegada a Plasencia en el año 1830, sus achaques fueron continuos, como se refleja en la correspondencia que mantenía con sus hermanas y amigos, y las visitas constantes a un médico de Cáceres, don Natalio Medrano, y su médico en Plasencia don Pedro Pérez. Las visitas de este médico a don Calixto fueron varios cientos, como lo atestiguan los recibos que se conservan entre sus papeles.
El marqués de la Constancia, don Calixto Payán, en ningún momento pensó hacer o fundar un colegio de huérfanos, de hecho, en su primer testamento, realizado en el año 1856, - es decir, 26 años después de llegar a Plasencia -, dejaba sus bienes a su hermana doña Francisca Payán, (los demás hermanos habían fallecido), y a su ama de llaves, doña Soledad Peroni.
La hermana de don Calixto, doña Francisca, mandaba en su testamento que, si moría después de su hermano, los bienes que le correspondieran por herencia serían entregados a los pobres y viudas de Badajoz, dándoles una cantidad que no fuese inferior a 20 reales y superior a 200 reales.
Si hubiese sido así, la fundación del colegio no se habría realizado nunca.
Pero doña Francisca murió antes que su hermano (1859), por lo cual no se llevó a efecto su testamento y fue don Calixto el que heredó sus bienes.
Uno de sus amigos, don Vicente de Silva, había sido el abogado del Marqués de Mirabel y pieza fundamental en el proceso de la fundación del colegio de San José.
Este don Vicente, le expuso al Marqués que, como no tenía hijos, a la muerte de doña Soledad se fundara un colegio de niños huérfanos, ya que el de niñas huérfanas ya existía.
Doña Soledad y don Calixto están de acuerdo con la idea y don Calixto hace un codicilo el día 27 de marzo de 1862, en el cual manda que doña Soledad disfrute de sus bienes, en usufructo, hasta su muerte, y después, con los mismos, se haga el dicho colegio.
Este codicilo, don Calixto no lo pudo firmar pues su enfermedad se lo impedía.
Como patronos del colegio designa a Doña Soledad Peroni Ortega, a don Joaquín de Silos Guillén y a don Vicente de Silva.
A doña Soledad, le gustó la idea que les propuso don Vicente y también hizo testamento quedando todos sus bienes para la fundación del dicho colegio.
En el año 1863, don Calixto se casa con doña Soledad Peroni, parece ser que por motivos referentes a los bienes que poseía y problemas con las herencias de la familia.
Pero doña Soledad muere el 9 de marzo de 1864, nueve meses antes que su marido, quedando la fundación del colegio en manos de sus albaceas don Vicente de Silva y don Joaquín de Silos.
Una vez que muere don Calixto, 31-12-1864, se reforma su casa para hacer en ella el colegio.
Los albaceas convirtieron los bienes de don Calixto en efectivo, para poder realizar la fundación del Colegio.
El capital inicial de la fundación fue de 612.464 pesetas.

INAUGURACIÓN DEL COLEGIO DE SAN CALIXTO
El día 14 de octubre de 1869, se inaugura oficialmente el colegio, con 20 niños huérfanos.
El colegio tuvo como primer director al Presbítero, D. Santiago María Lasnana, y como primer profesor de Enseñanza Primaria a D. Valentín Izquierdo
La buena gestión inicial hizo que a los 30 años de la fundación, es decir, a finales de 1899, el capital pasaba de “Un millón de duros”, es decir, más de 5.000.000 de pesetas, más la casa del fundador y tres casas aledañas que se habían comprado, todas ellas valoradas en más de 2.000.000 de pesetas.
En el año 1878, el Gobierno quiso fiscalizar las cuentas de la Fundación, a lo cual se opusieron los patronos, consiguiendo ganar los juicios, con lo cual quedaban libres de tener que rendir cuentas al Estado, y evitar que el mismo pudiese quedarse con las rentas benéficas sobrantes.
En el año 1885, 16 años de su fundación, el capital del Colegio era de 1.600 acciones del Banco de España, las cuales tenían un valor total de 5.672.211 reales.
A finales del siglo XIX, los alumnos eran más de 100.
Uno de los elementos más distintivos del edificio del colegio es, sin duda, la placa conmemorativa del ensanche del colegio que se puede ver en la fachada principal del mismo.
Los patronos que la encargaron demostraron un gran desconocimiento sobre el fundador, pues en su primer apellido cambiaron el Payán por Payans, y el escudo que está debajo del busto de don Calixto colocaron el escudo de los Melos en vez de poner el de los Payán. Este error de los escudos viene porque este edificio había pertenecido a la familia Melo, y dentro de él había varios escudos de esta estirpe, a la cual también pertenecía don Calixto.
En este año de 1890, es cuando se emplean todos los ahorros de la Fundación en 360 carpetas de acciones de la Arrendataria de Tabacos, y 1.703 del Banco de España, ya que los intereses eran bastante elevados.
En septiembre de este año, el presidente de la Fundación, el obispo don Pedro Casas y Souto, firma un poder, con la venia de los patronos, a favor de su amigo el médico cirujano don Celso García Monge, para que compre las acciones de  las Tabacaleras, y del Banco de España.
Las acciones de Tabacalera y del Banco, “por ahorrar tramites” se emitieron al portador. El señor García Monge, las depositó en el Banco de España, pero en vez de hacerlo en una cuenta a nombre del Patronato, las ingresó en una cuenta a su nombre, por lo cual solamente él podía acceder a la cuente y recibir los réditos de las 360 carpetas de Acciones, y de las 1.703 acciones del Banco de España, las cuales tenían un valor de varios millones de pesetas.
Pasaron varios años donde el Patronato recibía de don Celso las rentas de las acciones sin ningún contratiempo, nadie del mismo se interesó dónde estaban las acciones, ni quien era su titular.
En el año 1893, el obispo Casas y Souto, propone al Patronato, del cual él era presidente, traer a la Congregación de los Salesianos para que se hagan cargo del Colegio. Se le autoriza y se llama a los frailes para negociar las condiciones, pero las que estos pusieron eran inasumibles por el patronato y se fueron sin llegar a ningún acuerdo.
El obispo Casas, dimitió de su cargo de presidente de la Fundación san Calixto.

EL NUEVO EDIFICIO “SAN CALIXTO” 1887
La Junta de Patronos, a pesar de las críticas y razonamientos en contra, aprueban construir un nuevo colegio en las afueras de la ciudad, en la zona del Coto de san Antón.
Los Patronos deciden comprar unos terrenos, los cuales comprendían dos olivares de particulares y dos parcelas de propiedad municipal. En estas parcelas estaba incluida una calleja pública la cual no se utilizaba. Se pagó al Ayuntamiento la cantidad de 1.230 pesetas por los 1.640 metros cuadrados.
El total de terreno adquirido era de 21.646 metros cuadrados.
La venta de terrenos públicos por el Ayuntamiento era más que discutible, pues parte de lo vendido era Cañada Real y, por lo tanto, no le pertenecía.
Lo que hoy es el Parque de la Coronación, que también entró en la venta, era un descansadero del ganado trashumante, con charcas y abrevaderos para los animales.
De hecho, en este espacio se celebraban las ferias de ganado antes de tener que trasladarlas a los Cachones del rio Jerte, por vender el terreno el Ayuntamiento.
La falta de defensa de nuestras cañadas dio como resultado la apropiación indebida por parte de particulares y entidades locales.
 En todo lo que es la calle, Manuel Bermejo, Sor Valentina Mirón, Parque Infantil, Parque de la Coronación, Calle Cañada Real, etc.…  tienen derecho de paso las manadas de animales trashumantes, antes que las personas o los vehículos.

CONSTRUCCIÓN DEL EDIFICIO.
En el año 1.887 se empieza a construir el nuevo colegio.
El veinte de octubre de este año de 1887, se presentaron en Madrid los planos del edificio. La Junta de Patronos los aprobó en junio de 1888, y se pagaron por ellos 14.937 pesetas.
En lo que hoy es el Parque de la Coronación, se pensó hacer un parque cerrado con rejas, parecidas a las que rodean el colegio. El cerramiento lo haría el patronato, y el Ayuntamiento nivelaría el suelo y sembraría los setos y los rosales.
El muro del cerramiento se empezó a construir, pero las rejas que iban sobre ellos nunca se llegaron a poner. El Ayuntamiento realizó la explanación del terreno, pero   los setos y rosales no se llegaron a sembrar.

El proyecto del nuevo edificio se encargó al arquitecto Joaquín de la Concha Alcalde, el cual vivía en Madrid, y contaba entre sus proyectos la reforma del Teatro Real de Madrid, el monumento funerario a Goya, Meléndez Valdés  y  Donoso Cortés.
El proyecto comprendía un edificio principal y los anexos (talleres, lavaderos, cocheras y cuadra) los cuales estaban ubicados en las traseras del principal. El total de lo edificado ocupaba 8.211 metros cuadrados, de los cuales 6.243 correspondían al colegio, y el resto a los anexos. Los 13.434 metros restantes se destinaban a jardines y huertas. El importe de la obra, según el presupuesto era de 1.313.714,80 pesetas.
Se comentaba que el darle el proyecto del nuevo edificio a don Joaquín, estuvo influenciado porque era hijo de don Juan de la Concha y Castañeda, el cual era abogado de la Fundación san Calixto y había intervenido en procesos importantes que había tenido la institución.
En el edificio se emplea el hierro fundido para las columnas interiores (el cual estaba muy de moda entonces) y en el exterior se emplea ladrillo visto y piedra.
Las obras se realizaron por el procedimiento de contrata, dividiéndose en lotes que se sacaban a subasta a medida que se iban concluyendo los anteriores.
Fue un revulsivo extraordinario para la economía local, pues la clase jornalera atravesaba un momento muy difícil, por falta de trabajo.
El desmonte del terreno y cimentación, se adjudicaron a Juan Payá, de Mérida, por un importe de 127.801,26 pesetas rebajando el presupuesto de salida que era de 159.800 pesetas. En julio de 1890 estaba concluido.
En mayo de ese mismo año se empezaron a levantar los zócalos de cantería de las fachadas exteriores. La piedra se extrajo de las canteras de Almaraz, exigiéndose que no presentasen defecto alguno. Para evitar excesivos costes se decidió construir los muros a base de dos alineaciones de sillares y un relleno de mampostería y ladrillo entre ellas, en vez de hacerlo con un gran sillar de piedra, el cual sería muy costoso de transportar desde la cantera a la ciudad. En los huecos de los sótanos se colocaron rejas encastradas en cajas realizadas en la cantería.
El presupuesto de estas obras ascendió a 254.367,66, y se adjudicó al mismo contratista de Mérida, el cual lo realizó por 254.000 pesetas. Se termino esta fase de construcción en diciembre de 1893.
Las rejas que rodean a este edificio son, sin duda, la obra de cerrajería civil más importante de Plasencia, se componen de 55 tramos de hierro y cinco puertas de dos vanos, y se apoya en 55 pilastras de cantería. Los tramos (catorce) que hacían de pasadizo para llegar a lo que fue la vivienda del coronel, estaban en lo que fueron las caballerizas, y se quitaron al hacer estas, en el año 1.923. Se pueden ver las pilastras que se quitaron de las caballerizas en la Plaza Mayor, en los soportales de lo que fue el Casino de los Señores, en la esquina de la calle de los Quesos con la Plaza Mayor, aunque las pilastras fueron modificadas en su ejecución.
La piedra que se utilizó en todo el edificio procedía de las canteras de Almaraz, y se trajo a Plasencia en carretas, teniendo que hacer, en muchos tramos, el camino para ello.

En el año 1896, llega a la Alcaldía de la ciudad don Juan Sánchez Ocaña y Clavijo, el cual, como Patrono, se interesa por las acciones y viendo como estaban, solicita a los demás patronos que se denuncie el caso.
El señor Díaz de la Cruz, abogado y jefe local del Partido Conservador, llegó al Patronato como representante de su primera mujer, doña Ana Silos, hija de don Joaquín Silos. Pero al morir esta, perdería el derecho de ser patrono del Colegio.
Don Felipe Díaz de la Cruz, se había casado en segundas nupcias con la madre de Eustaquio Campos Barrado, el Muerto Resucitado.
Justo el año que muere don Calixto, detectan los primeros trastornos de Eustaquio, el cual estando en Madrid, se dedicaba a ofrecer agua con su sombrero de copa a los viandantes de la fuente de la Cibeles, por lo cual deciden traerlo a Plasencia.
El Patronato del colegio le pide a don Felipe que deje su cargo en el mismo y, ante la negativa de este, lo denuncian por usurpación del cargo.
El día 30 de mayo de 1896, por una Real Orden del Ministerio de la Gobernación, se decreta la incapacidad para ejercer el patronato a don Felipe Díaz de la Cruz, el cual recurrió contra el Patronato y, después de tres años, consiguió revertir la sentencia y tener que ser admitido otra vez como patrón.
El abogado defensor del Señor Cruz fue don Francisco Silvela que ya era Presidente del Consejo de Ministros, cobrando por la defensa de don Felipe 2.000 pesetas.
Los gastos del pleito ascendieron a 5.000 pesetas, las cuales pagó el Patronato.
¿Qué interés podía tener ser Patrono de san Calixto?, cuando para serlo tenían que poner una fianza de 50.000 pesetas, y ganaban al año solamente 2.000.
En el año 1900, debido a la mala gestión y vigilancia de los Patronos y administradores, se produjo el robo de los 4 millones de reales (1.000.000 de pesetas).
Parece ser, que el hijo mayor de don Celso García Monje, llamado Justino, el cual era corredor de bolsa, y por este motivo se le había dado un poder para poder manejar las acciones, se apropió de las de Tabacalera, o del dinero de ellas y se dio a la fuga. También se llevó 100.000 reales del señor Díaz Cruz, y 50.000 de un sobrino de este.
Pero hay un factor que no encaja; Don Celso había recibido el poder del obispo Casas y Souto para convertir el dinero en acciones de Tabacalera, y estas acciones ponerlas a nombre de la Fundación, cosa que don Celso, nunca hizo sino que, como ya dijimos las puso a su nombre sin informar al Patronato. ¿Por qué hizo esto?
Cuando don Germán Silva le pide cuentas al administrador, don Emilio Monge, que era el alcalde de Plasencia, y patrono, se encuentran otro descubierto de 192.000 peseta, que también se achacaron a Justino.
Don Emilio le contesta a don Germán Silva que “yo responderé de las rentas que faltan, mi hermano Augusto que responda de las Tabaqueras”.
Este don Augusto García Monge, estaba autorizado para el cobro de las rentas de 600 acciones que estaban domiciliadas en Cáceres. Al enterarse del defalco, se presentó en Plasencia y entregó a su hermano Emilio 42.000 reales que acababa de cobrar de los intereses de las 600 acciones que él administraba.
Debido al escándalo que se originó, don Emilio tuvo que dimitir de alcalde y, por lo tanto, de Patrono y Administrador del Colegio.
Debido al mal cálculo del coste del edificio, la sustracción de las acciones, la mala administración de las obras, que provocó errores graves, como las columnas de hierro fundido que se encargaron a Sevilla, y vinieron más cortas de tamaño, con lo cual hubo que volver a fundirlas de nuevo, retrasando las obras más de un año. Todo esto dio como resultado que no se terminase y se vendiese al Ministerio de la Guerra.
El día 12 de junio de 1.904 se expulsaron a diez alumnos del colegio debido a realizar actos de indisciplina y ser los cabecillas de una especie de motín que se realizó en el colegio exigiendo mejoras en las comidas, ropas, y trato personal.
El día 14 de diciembre del año 1913, llega a Plasencia como obispo el cordobés don Manuel Torres y Torres, el cual solamente estuvo algo más de 6 meses al frente del obispado placentino. Murió repentinamente en Alba de Tormes el día 3 de julio de 1914.
Este obispo había manifestado su interés por el funcionamiento del Colegio de san Calixto como Patrón que era del mismo.
En Plasencia, debido al oscurantismo administrativo del Colegio, empezó a correr el rumor de que había sido envenenado para evitar que investigase. Esto por supuesto, es falso, fueron solamente rumores, pero nos da una idea de la opinión que tenía el pueblo de la Fundación san Calixto.
El edificio del nuevo colegio se valoró por el Ministerio en 1.050.000 pesetas, precio que aceptó la Fundación y, el día 13 de noviembre de 1.920 se formalizaron las escrituras de venta. El día 24 de marzo de 1.921 se firmaba el contrato de venta del edificio.
El dinero obtenido fue invertido en acciones lo que permitió al Patronato sanear su maltrecha economía.
A pesar del funesto defalco de los cuatro millones, la institución se recuperó y siguió funcionando con normalidad.
En el año 1930, la Fundación contaba con un capital de 8.170.360 pesetas en acciones del Banco de España y valores del Estado.
Las rentas sobrantes este año de 1930 después de gastos, fue de 120.160 pesetas que, sumadas a las rentas de 1931, dan una cantidad de 468.081 pesetas. Para atenciones y gastos se utilizaron 265.745 pesetas, y 125.000 para la compra de Títulos de Deuda al 4% de interés, quedando un sobrante para imprevistos de 77.336 pesetas.
En el año 1934, entran de Patronos don Eugenio Calzada y don Juan Delgado, los cuales, como es natural, revisan la situación económica del Colegio.
Es tan desastroso el estado económico que, para evitar verse implicados en el, editan un libreto con el estado de las cuentas de la institución.
En el año 1932, era Patrono el alcalde don Julio Durán Pérez, y de Secretario don Joaquín Rosado Munilla.
Con esta nueva dirección, no solamente se gastaron las rentas anuales que eran de 367.320 pesetas, sino que, se gastan 77.336 pesetas de los sobrantes del año anterior, dando un total de gastos de 416.094 pesetas, con lo cual ese año solamente quedaron 28.562 pesetas de sobrante.
En el año 1933, las rentas fueron de 366.215 pesetas, que con el sobrante del año anterior hacían un total de 394.778 pesetas. Los gastos de este año 34 fueron de 439.571 pesetas, con lo cual se originó un déficit de 44.793 pesetas.
El secretario del colegio, Joaquín Rosado, al pedirle las cuentas solamente dio un listado de los cheques que se entregaron al Administrador, sin especificar para que era dicho dinero. Así mismo presentó como ingresos las ventas de parcelas de la Fundación, ventas realizadas al maestro de obras don Francisco Mirón, a don Félix Durán Pérez, a don Julio Rodríguez y otros más, cuando con esta operación lo que se había hecho era cambiar el valor de las parcelas por dinero, sin generar ningún beneficio.
Estas parcelas, no tenía sentido venderlas, cuando la Fundación gozaba de suficiente capital y rentas para su funcionamiento.
Al seguir investigando los nuevos patronos, se encuentran que se habían abierto dos cuentas bancarias, una en el Banco del Oeste de España y otra en el Banco Hispano Americano, viendo que había numerosos reintegros los cuales no habían pasado por la Administración del Colegio, y que sumaban 4.550 pesetas.
Se requiere al señor presidente del Patronato, don Julio Durán Pérez, y al secretario don Joaquín Rosado Munilla, a que den explicaciones de estos hechos.
Al requerir al señor Rosado que explicase estos hechos, contestó con una carta en la que decía: que 1.000 pesetas estaban justificadas en Administración, y las otras 3.500, las había cogido el y que para reintegrarlas entregaba un recibo por valor de 3.550 pesetas contra el Ayuntamiento, el cual le debía dinero de los medicamentos que este había retirado de su farmacia para la Beneficencia Municipal.
En el Banco Español de Crédito, había varios cheques firmados y retirados por los señores Durán y Munilla, sin pasar su importe por Administración, los cuales sumaban 3.600 pesetas.
A mediados del mes de mayo de 1933, se habían gastado todos los ingresos hasta esa fecha, (196.500 pesetas) teniendo que mandar un comisionado a Madrid para negociar un crédito de 50.000 pesetas.
Este comisionado solo consiguió que les diesen 27.232, a cuenta de los intereses del mes de julio siguiente.
Ante los requerimientos de aclaración de cuentas, el señor Rosado presentó su renuncia al cargo.
En 1933, por acuerdo de la Junta de Patronos, se decide poner a la venta los materiales y herramientas que ya no se usaban, previa tasación del maestro de obras, don Francisco Mirón.
Días después, aparece en el acta tachada la palabra “venta” y escriben sobre ella “cedan”, con lo cual se retiran estos materiales sin saber dónde iban a parar.
Todos los materiales del derribo de 3 casas contiguas al Colegio, vigas, cuarterones, entarimados, ventanas, puertas, etc., solamente quedaron un saldo de sesenta y tres pesetas con cuarenta y cinco céntimos.
Investigando a los obreros se informaron que los entarimados habían ido a parar a la Plaza del Mercado, que entonces se estaba construyendo, para el encofrado de la misma, ya que fue uno de los primeros edificios de la ciudad hechos con hormigón.
Así mismo se enteraron de que varios carpinteros de la ciudad habían hecho lotes de vigas, cuarterones, palos, tablas, etc., y se los habían llevado con autorización de don Julio Durán, o del maestro de obras, don Francisco Mirón.
Que la piedra de los derribos se la llevaron para hacer un muro en el cercado del colegio, (antiguo campo de futbol).
En un corral de san Antón, encontraron gran cantidad de maderas y materiales, al preguntar al dueño de este, contestó que estos no eran suyos, que él solamente había dejado a Julio Durán que los depositara en su corral.
Otra vez los rumores de la calle hablaban de que las carnes de reses de mala calidad, o por cualquier otro motivo terminaban hechas embutidos que iban a parar al colegio.
Se comentaban las subastas amañadas para el suministro de enseres, muchos de ellos de ínfima calidad o averiados.
Los alumnos que protestaban se les imponían rigurosos castigos.
Aunque estos hechos eran solamente rumores, nadie de la institución salió a desmentirlos, a pesar de que los periódicos se hicieron eco de estas noticias.
Al publicarse estos rumores en la prensa, el Director General de Beneficencia, pidió informes para hacer una visita al colegio, visita que nunca se realizó sin saber la causa.
Durante la Guerra Civil Española, el edificio del colegio fue requisado para hospital de sangre, pasando los huérfanos al Palacio del Marqués de Mirabel, de donde muchos marcharon al frente.
En este espacio de tiempo, al no cobrar los beneficios de las acciones, se endeudó el patronato, y al terminar la contienda estaban en una situación lamentable.
Para poder seguir funcionando se redujeron los huérfanos admitidos, y se permitieron alumnos de pago. En el año 1.962 el Estado nacionalizó el Banco de España, pagando las acciones a su valor nominal, por lo que esta institución recibió muy poco dinero por ellas.
El 15 de junio de 1927, los antiguos alumnos de San Calixto, habían solicitado la llegada de los salesianos a los patronos del Colegio (Obispo, Alcalde y Síndico), pero no se llegó a ningún acuerdo y no vinieron los frailes.
Es en 1943, cuando el colegio inicia una nueva singladura bajo la Dirección y Gestión de los Hermanos Maristas, que alcanza hasta 1986, en este periodo su alumnado lo forman: huérfanos pobres internos bajo la tutela del Patronato de la Constancia, medio pensionistas y externos con dependencia exclusiva de Hermanos Maristas.
Los Hermanos Maristas se marchan de Plasencia el día 14 de octubre de 1986.
Su marcha fue un poco precipitada, sin saber realmente el motivo de ella.
En el año 1984, se traslada el colegio a la Avda. de la Virgen del puerto 12. En el edificio que fue el antiguo Asilo de las Hermanitas de los Pobres.

El motivo de este traslado fue que el antiguo colegio de la calle del Rey estaba en “ruina técnica”, y la única solución sería derribarlo, y hacerlo nuevo.
Ante esto el Patronato decidió, vender el edificio y los terrenos que tenía al lado del Cuartel Militar, el antiguo campo de futbol y la huerta, y con el dinero obtenido, se compró el antiguo asilo de las Hermanitas de los Pobres.

La dirección del nuevo colegio se encomendó a la Sociedad Cooperativa Limitada de Enseñanza San Calixto, creada en 1984, por los padres, madres, y 16 profesores asociados.
Adaptándose a los tiempos, se empieza a admitir a alumnos de ambos sexos.
Este año de 2019, celebramos el 150 aniversario de la fundación de esta Institución Placentina.


CONCLUSIÓN.

Debido a una serie de circunstancias, en este caso favorables, llega a nuestros días, con sus luces y sus sombras, la Fundación de Niños Huérfanos San Calixto.
Se dieron las casualidades de que su tío Antonio dejase a don Calixto como heredero.
De que los bienes raíces heredados, estuvieran en Plasencia y los pueblos de su entorno, haciendo que tuviese que venir a la ciudad para poder administrarlos.
 Que a pesar de estar siempre enfermo, sobreviviera a sus cinco hermanos.
El no tener descendientes directos.
Que entre sus amigos estuviese don Vicente de Silva, el cual fue quien aconsejó a don Calixto la fundación de un colegio de niños huérfanos, como había aconsejado al marqués de Mirabel, años atrás, fundar uno de niñas huérfanas.
Este don Vicente de Silva es el verdadero fundador del Colegio y, sin embargo, para los “Calixtos” permanece totalmente ignorado cuando, como hemos dicho, don Calixto no debió tener muchos estudios, mucha relación con la cultura, ni con la docencia.
Nunca tuvo en su mente fundar ningún colegio, ni se sabe que tuviese ninguna relación con niños, ni de su familia, ni de la ciudad.

Esperamos haber contribuido a clarificar un poco la vida de don Calixto y su Fundación, tan beneficiosa para la ciudad, pero tan oscurantista en su administración.

BIBLIOGRAFÍA:

Todos los datos aquí reflejados, han sido recopilados de la siguiente Bibliografía:

El Colegio de la Constancia – Robo de cuatro millones. – Juan de Plasencia. Imprenta de Evaristo Pinto – 1900.

Periódico La Bandera Regional – 20-05-1900.

Periódico La Bandera Regional – 26-08-1900.

Folleto conmemorativo de la construcción del monumento en honor de don Calixto. Septiembre de 1932.

Colegio de la Constancia – Relación de los hechos que aparecen comprobados sobre la situación económico-administrativa del Colegio durante los años 1932 y 1933 – Imprenta G. Montero – Junio de 1934.

Datos Biográficos del Excmo. Sr. Don Calixto Payán y Vargas – 1944.

El Colegio de san Calixto de Plasencia y su arquitecto Joaquín de la Concha Alcalde. Francisco Javier Pizarro Gómez.M.I. Garcia Gutierrez– Revista Norba número 10, 1990, págs. 161-178.

El Arte y la Historia en los centros educativos placentinos entre 1750.1900 – Rocío García Rodríguez – Coloquios Históricos de Extremadura, 2017.

 

Información oral de antiguos alumnos del Colegio San Calixto.

 

VV.AA. Datos extraídos de Internet.

 


Conferencia impartida en el Centro Cultural las Claras de Plasencia, el día 9 de octubre de 2019, dentro de la XVIII Semana Cultural del C.I.T. Plasencia.

José Antonio Pajuelo Jiménez   -   Pedro Luna Reina.

"CREANDO CULTURA"





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