Fueron sus fundadores
dos placentinos, Andrés de Plasencia y Juan de Robledillo que anteriormente
habían vivido dentro de los mismos arrabales de Plasencia, en una ermita
dedicada a San Cristóbal.
El terreno fue donado por el vecino de la
villa de Cuacos Sancho Martín, que era un hombre devoto y de buenas costumbres.
Le otorgo escritura pública y autentica para que nadie pudiese ponerla a
pleito. Por ella consta que fue en el año 1402 a 24 de Agosto. Cuacos en aquel
entonces pertenecía a la jurisdicción de Plasencia.
El obispo de Plasencia Don Vicente Arias de Balboa,
informado por otros religiosos, se ignora de que orden, movidos por la envidia
e interés y sin pedir más explicaciones, ordena que fuesen echados de allí y
les tomasen la casa, posesiones y cuanto tuvieren. Todo se ejecutó con el
máximo rigor y los sencillos hombres salieron sin oponer resistencia.
Informaron al infante don
Fernando de este suceso y este les remitiría a su justicia mayor, que, a la
sazón era el arzobispo de Santiago y metropolitano de Plasencia, don Lope de
Mendoza, que se encontraba en Medina del Campo, y viendo la escritura de
donación de Sancho Martín y la bula de fundación de Papa, se dirigió a Don
Garci Álvarez de Toledo, señor de Oropesa, para que, sin demora, fuese con los
ermitaños al sitio de Yuste y los restituyese en su casa, los amparase y no
consintiera en que nadie los hiciese agravios. Esto sucedía durante el año
1409.
En el año 1415, en el primer Capitulo General, con el fin de unir la Orden de los Jerónimos, para elegir su primer general y eximirse de la obediencia de los Ordinarios, y a instancia de Don Garci Álvarez de Toledo, que prometió ante el capitulo dar y proveer de todo lo necesario a los ermitaños de Yuste, para que viviesen en la observancia de la Orden sin quebrantar la clausura y mucho menos tener que vivir de limosna. De esta forma, y a los seis años después de fundado el monasterio, fue aceptado como uno más de la Orden de san Jerónimo en España.
La arquitectura de Yuste es sencilla y austera, destaca su iglesia de estilo gótico, con una sola nave pero de gran sencillez, con bóvedas de sillería y arcos apuntados. En sus dos claustros, uno gótico y otro plateresco, donde puede apreciarse la gran serenidad en el silencio de sus arcadas. La importancia de este monasterio, le viene que, unido a su iglesia por la parte sur, existe el palacio mandado construir por el emperador Carlos V, reproduciendo en pequeño su palacio de Gante. Se asciende a este por una rampa, ya que se trasladaba en sus viajes en litera o en silla de mano. Constaba de dos plantas con una misma distribución: cuatro piezas en cada una separadas por un pasillo central con el que todas se comunican, nos basta con describir una, la más alta, en principio pensada para el invierno, pero que seria prácticamente usada para todo el año. A la izquierda del pasillo está la antecámara y la cámara imperial; esta con ventana dando sobre el interior de la iglesia, para que el Emperador pudiese asistir a los oficios divinos los días en que sus achaque le tenían postrado en el lecho. Al otro lado del pasillo nos encontramos con otras dos piezas, de mayor tamaño, que eran la que servían de comedor y como sala de audiencias. Y de cara al estanque, la solana desde donde gozaba el Emperador de la vista de ese paraíso perdido, lo que sin duda era lo que había estado buscando y lo que acabo por atraerle.
Hay otras cuatro piezas, dos de ellas a un lado y a otro de la solana, una servía de retrete y otra donde posiblemente se aislase con algún visitante, para conversaciones secretas.La tercera pieza, esta muy recogida y fácil de caldear, era la estufa donde Carlos V, combatía mejor el frío, y la cuarta pieza, es la que pudo servir como dormitorio a su hijo Felipe II, cuando a visitar el lugar a la muerte de su padre, no quiso utilizar su cámara como homenaje a su memoria.
¿Cuáles fueron los motivos por lo que el Cesar, escogiera este lugar?, se sabe que en 1542 había ordenado a una comisión que eligiese un sitio y un convento adecuado para retirase del mundo; y examinando varios entre ellos el de Salvatierra de Barros, se decidieron por Yuste, como más apartado y de clima menos riguroso. Y lo cierto que en este año, estando Carlos V en las Cortes aragonesas de Monzón, tuvo la visita del conde de Gandia, aquel noble tan prendado de la Emperatriz y que había acompañado su cadáver desde Toledo hasta su primer enterramiento en Granada. Y ambos, el Cesar y el Duque se hicieron sus confesiones, de cómo cada vez les pesaban mas las cargas mundanas y deseaban cambiar de vida.
También el Emperador prefirió Yuste, sin conocerlo por ser convento jerónimo y por las alabanzas que hizo alguien de la Vera, en quien mucho confiaba y que conocía bien la tierra; nos estamos refiriendo a Don Luis de Ávila y Zúñiga, el compañero de armas de Carlos V en la guerra de Alemania, marques de Mirabel y vecino de Plasencia, que tenía un hermoso palacio que todavía podemos admirar.
En este monasterio vivió el emperador hasta su muerte, acaecida el 21 de septiembre de 1558, menos los meses de noviembre de 1556 a febrero de 1557, en que vivió en el castillo de Jarandilla, alojamiento que le ofreció el Conde de Oropesa.
Pusieron los restos mortales en una caja de plomo, que guardaron en ora de madera de nogal forrada de terciopelo negro. Durante tres días se celebraron en la iglesia del Monasterio, solemnes funerales, oficiando el Arzobispo de Toledo, a quien servían de ministros el prior de Yuste y el confesor del Emperador; cada uno de los días predicaron el Villalba y los priores de granada y Santa Engracia de Zaragoza.
En el monasterio, fue sepultado en una pequeña cripta situada debajo del altar mayor, dando así cumplimiento a su testamento, para que los sacerdotes, al celebrar la misa, estuvieran pisando su cuerpo, por lo que hubo que hacer reformas en el altar, quedando en la extraña disposición que se aprecia en su estrecho presbiterio
A los dos días de enterrado, se persono en Yuste el corregidor de Plasencia, acompañado del escribano y alguaciles para reclamar el cuerpo del Emperador, que había muerto en territorio de su jurisdicción. Después de muchas consultas y acaloradas disputas, vinieron al acuerdo de que permaneciese en poder del Prior, en calidad de depósito. Pero no se pudo disuadir al Corregidor de su empeño de ver el cadáver, para identificar la personalidad del difunto, según era costumbre. Fue necesario tirar el tabique, abrir los féretros y descoser la mortaja para reconocer el rostro, quedando de todo ello constancia y testimonio.
Aquí permanecieron sus restos, hasta febrero de 1574, en que fue trasladado al Real Monasterio de El Escorial por su hijo el rey Felipe II. Trás el fallecimiento del emperador, su hijo Felipe II, encarga el retablo mayor del templo del monasterio de Yuste para alojar la copia de Antonio Segura de la Gloria de Tiziano, unas de las obras preferidas de Carlos V.
Después de la muerte del emperador, el Monasterio y la Orden de San Jerónimo pasaron por numerosos avatares. En la Guerra de la Independencia, sus estancias fueron incendiadas por las tropas francesas y quedaron prácticamente destruidas, los Jerónimos fueron expulsados de Yuste y posteriormente con la desamortización y en virtud del decreto del 13 de septiembre de 1813, puesto en vigor más tarde por Fernando VII, que mandaba enajenar en pública subasta de los monasterios y conventos, comenzó la ruina y destrozos de su fábrica. En 1820 una irrupción de los llamados patriotas de los lugares inmediatos, completó la obra devastadora, los papeles que aún quedaban en los archivos, fueron entregados a las llamas, robaron cuantos objetos de valor que aún quedaban y la iglesia fue convertida en retablo y las habitaciones donde vivió y murió el Emperador, para depósito de trigo. Las obras de arte y mobiliario fueron a parar a las parroquias vecinas. por ejemplo, a Casatejada fue a parar el retablo del Altar Mayor, a Majadas un altar-relicario, que regalo el obispo de Plasencia D. Gómez de Solís, a la ermita de Belén próxima al Monasterio. A Serrejón fueron a parar dos altares dorados, a Cuacos 37 sillas del Coro, el facistol con casi tres metros de altura y un hermoso terno del siglo XVI de terciopelo negro; a Garganta de la Olla 19 sillas del Coro, un órgano con 17 registros y un relicario de alabastro etc.
El palacio de Emperador y el Monasterio excepto la Iglesia, fueron adquiridos por un tal Bernardo de Borla y Tarrius, en 1821, por mil pesetas y unos años más tarde, en 1838, compro también la Iglesia por la cantidad irrisoria de cincuenta duros, siendo destinadas sus dependencias a la cría de gusanos de seda, el coro para secado de capullos.
Años más tarde el propietario puso en venta el Monasterio, tratándolo de comprar algunos franceses, que pretendían regalárselo a Napoleón III, siendo denunciado por los intelectuales de la época, por lo que el Marqués de Mirabel tuvo el gesto de adquirirlo por la cantidad de 20.000 duros, dedicándose desde entonces a la protección y mantenimiento, reedificando algunas partes y evitando la destrucción de otras.
El 3 de junio de 1931 se declaró el Monasterio “Monumento Histórico-Artístico”, comenzando la recuperación del inmueble. En julio de 1941 se constituyó la Fundación Mirabel-Patronato del Monasterio de Yuste para su reconstrucción: González Valcárcel puso un hito en la recuperación patrimonial no sólo española sino europea.
En 1958, una vez recuperado el edificio, la Comunidad Jerónima volvió al Monasterio para mantener viva la memoria del Emperador.
En el V Centenario del nacimiento de Carlos, se puso en pie el “Proyecto Yuste”, con un amplio programa científico y técnico para revitalizar el Monasterio y su entorno.
En 1992, la Junta de Extremadura lo convirtió en un centro de proyección europeísta con la Academia Europea de Yuste.
Desde la Fundación Academia Europea de
Yuste (FAEY), creada en 1992, se pretende un acercamiento entre Europa y
Extremadura a través de la cultura y los aspectos sociales, pues se
considera que éste es el camino que asegura no sólo la participación efectiva
de los extremeños en el ámbito europeo, sino, sobre todo, el que propicia un
sentimiento de pertenencia a una historia y a un patrimonio amplio, diverso y
solidario, el europeo.
La Fundación nació con el deseo de revalorizar en el contexto europeo la estrecha vinculación del Monasterio de Yuste con la vida y muerte del emperador Carlos V. El valor simbólico del Monasterio y la significación histórica del último emperador de Europa otorgan a la Fundación una sólida dimensión extremeña, española y europea. Si el Emperador cerró en Yuste, el 21 de Septiembre de 1558, uno de los capítulos más relevantes del libro inacabado de la historia de Europa, la Fundación Académica Europea de Yuste, siglos después, aspira a revitalizar e irradiar desde Extremadura el europeísmo, el dinamismo y las expectativas que Carlos V atesoró en la paz de este monasterio extremeño.
En los últimos días, los monjes han abandonado el monasterio, y recogidos en
Segovia, pero no solo los monjes se han marchado, también una colonia de
murciélagos que durante años han encontrado entre los viejos muros el entorno
adecuado.
Parece ser que un convenio con el obispado de Plasencia permitirá incorporar
elementos originarios del monasterio algunos depositados en las iglesias de los
pueblos citados anteriormente; un ejemplo sería la casulla del siglo XVI,
cedida por la parroquia de Cuacos de Yuste.
¿ Cuál será el futuro del monasterio? La historia continuará su curso, pero los
monjes jerónimos, no volverán.
Tras la reciente marcha de los monjes
jerónimos que vivían en el cenobio verato al Monasterio del Parral, en Segovia.
Esta Orden religiosa pertenecían los religiosos que había en Yuste durante la
estancia de Carlos I, que durante 451 años permanecieron en este monasterio.
Fue en diciembre de 2009 para no volver jamás con fray Francisco de Andrés.
El 15 de febrero de 2011 ya era un hecho que los cenobitas no volverían al monasterio extremeño. Quedaba para destino turístico y sede de la Fundación Academia Europea de Yuste.
La conocida Biblioteca de Yuste, patrimonio bibliográfico compuesta por libros, además de legajos y balduques estuvo en el cenobio más de 500 años, de gran valor cultural, fue desmontada en 2002 por las obras realizadas en el monasterio verato y años después tras permanecer los libros en cajas , la orden Jerónima decidió que se quedaran definitivamente en Madrid, en la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid), allí permanecieron los 44.000 volúmenes con lo que contaba dicha Biblioteca. Desde entonces la Junta de Extremadura gestionó y formalizo que dicha biblioteca fuera devuelta al Monasterio.
Cabe señalar que entre los documentos de dicha
biblioteca se hallan 5000 volúmenes de la Colección de Vicente Cadenas y Vicens
sobre Carlos V y que fue legada por este al Monasterio donde el Emperador residió
sus últimos años o los libros propiamente monásticos: cantorales y joyas
bibliofilia como la Historiae Mundi de Cayo Plinio de 1587, la Gramática Griega
de Pedo Simón Abril o la Crónica General de España de Ambrosio Morales de 1577.Dicha
biblioteca volvió al monasterio en 2019.
En el año 2011 el obispo de Plasencia don Amadeo
invita a los hijos de San Pablo a que vengan aquí y cuiden del Monasterio. Al
principio vinieron dos, esta orden de San Pablo apoya a los hijos de San
Jerónimo.
La Comunidad Paulina u Orden Paulina u Orden de San
Pablo fue fundada en el siglo XIII en Hungría por el beato Eusebio de Estragonia.
Esta orden es la que regenta el Monasterio hoy día.
Jose Antonio Pajuelo Jiménez -
Pedro Luna reina
"CREANDO CULTURA"
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