LOS OCHO SIGLOS DE LA COFRADÍA DE LA VERA CRUZ DE PLASENCIA.
Es de todos conocida la tradición de que el Seráfico
san Francisco visitó la ciudad a principios del siglo XIII para reunirse en
ella con el rey fundador Alfonso VIII, alojándose en la pequeña ermita de santa
Catalina del Arenal.
Esta entrevista no pudo realizarse, pues cuando se dirigía a Plasencia el rey fundador, murió en el pueblo de Gutierre-Muñoz (AV), el día de 5 de octubre de 1214.
San Francisco se volvió a Italia, dejando algunos de
sus frailes en la ciudad para que edificaran un convento junto a la ermita de
santa Catalina del Arenal, cosa que así cumplieron.
Por lo tanto, podríamos considerar que el primer
convento de san Francisco se fundó en el año 1215.
Una de las costumbres que tenían los franciscanos
cuando fundaban un convento, era crear algunas cofradías, como la Vera Cruz, la
Orden Tercera de san Francisco, y algunas más.
Estas fundaciones hacían que el pueblo tuviese más
relación con los frailes, lo cual era muy provechoso para ellos por las muchas
actividades que se realizaban en la iglesia del convento. Entre estas podíamos
destacar: misas, enterramientos, capellanías, donaciones, etc.
Por supuesto, de esta fundación no tenemos
documentos que lo acrediten, pero si existe un documento del año 1233 el cual
es un pleito de los frailes franciscanos contra las monjas de san Bernardo las
cuales habían fundado un convento al lado del de los franciscanos, con lo cual
se oían los cantos de las monjas desde el de san Francisco distrayendo a los
frailes.
Con este pleito sabemos que, en el año 1233, ya llevaban
tiempo los frailes en su convento.
En aquellos momentos el obispo de
Plasencia era don Adán, el cual no tuvo muy buenas relaciones con la clerecía diocesana, de
hecho se tiene noticias de graves enfrentamientos con el deán don Martín de
Pedro y con los franciscanos, por el favor que otorgó a la fundación cisterciense
del monasterio de San Leonardo, posteriormente de San Marcos, cercano a San
Francisco de Plasencia, a cuya erección se oponían los primeros al considerar
que la cercanía de las monjas era un peligro para su estabilidad emocional.
El poder del obispo y el patrocinio de
los Carvajales, uno de los grandes linajes que se asentó en Plasencia en época
de Fernando III, lograron vencer el contencioso puesto por los franciscanos
ante Gregorio IX que sentenció en su favor, con lo cual las hijas de San Bernardo
se pudieron instalar en la ciudad.
Doña Engracia de Monroy, fundó dos capellanías en
Santa Catalina del Arenal, en el día 27 de mayo de 1338, haciendo una donación
de 200 maravedíes a los frailes.
Es a finales de este año cuando un incendio destruye
el convento de San Francisco, y en el codicilo que otorgó Dª. Engracia en enero de 1339, hace una donación
de 400 maravedíes para continuar las obras del nuevo convento, ya comenzadas, y
nombró entre sus testamentarios a Fr.
Pastor, custodio del cenobio, además de “una cáliz de plata” según se documenta
en el testamento de la misma.
Entre los nobles placentinos que en el siglo XIV
ampliaron la iglesia y el convento, debe hacerse mención al militar Alfonso
Ferrandes del Bote; que siguió el ejemplo de sus abuelos Juan Pérez y Dña.
María, y de sus padres Ferrant Pérez del Bote y Dª. Teresa hija de don Yagüe,
que en la centuria anterior, habían dispensado la más amplia protección a la
nueva iglesia y espacioso convento. Alfonso Pérez edificó la capilla de San Francisco
y en ella se mando enterrar, según consta en el testamento que este otorgó el
26 de agosto de 1329.
Seguramente en una de estas ampliaciones, la Vera
Cruz compró y realizó, debajo del coro, la primera capilla “De la Sangre”, así
llamada por ser el lugar donde se flagelaban los cofrades de la misma.
A principios del siglo XVIII, las relaciones de la Cofradía de la Vera Cruz y los frailes del convento no pasaban por su mejor momento, hasta el punto de que la cofradía no realizaba ningún acto en el mismo.
Ante esta situación, el Guardián del convento, fray
Pedro de Henao, se reunió, en el año 1708, con los miembros de la cofradía para intentar
solucionar esta situación tan anómala.
En esta reunión, fray Pedro, reconocía que la
presencia de la Vera Cruz en el convento databa desde la fundación del mismo y
que ya en el siglo XV, tenía su propia “Capilla de la Sangre”. Y que el día 28 de abril del año 1575, se
habían realizado escrituras para dar a la cofradía una nueva capilla con más
amplitud, donde se pudieran enterrar los cofrades de la misma, esta nueva
capilla fue donada por el convento, no costándole nada a la cofradía.
En esta reunión se acordó hacer unas nuevas
Ordenanzas, nombrando una comisión para llevarlo a cabo. El día 2 de abril de
ese mismo año de 1708, se empezaron a redactar las mismas, terminándose, y
siendo aprobadas, el 15 de febrero del año 1709.
Presidieron la firma de las Ordenanzas: por el convento,
el padre fray Juan Arras, Custodio de la provincia de san Miguel, y por parte
de la cofradía, su Alcalde, don Miguel Fernández de Lizarca.
Muchos años después, llegó la llamada Desamortización de Mendizábal (1836-1837), con la
cual fueron expulsados los últimos frailes del convento, y nuestra cofradía, al
igual que las allí existentes, tuvieron que abandonarlo.
La
Vera Cruz, con sus pasos y enseres, se refugió en la iglesia de san Esteban,
estableciendo en ella su Sede Canónica.
Con
esta desamortización desaparecieron casi todas las cofradías de la ciudad,
quedando solo la nuestra como receptora de los cofrades de ellas.
No
es hasta el siglo veinte cuando empiezan a resurgir nuevas cofradías, muchas de
ellas desgajándose de la Vera Cruz.
A
principios del siglo XX, se perdieron los antiguos documentos de nuestra
cofradía.
Tengamos
la esperanza de que alguien los guardara y un día vuelvan a aparecer.
Como
hemos visto, no sabemos la fecha fija en que se fundó la cofradía de la Vera
Cruz, pero sí que se realizó en el siglo XIII.
Por
lo tanto, podemos enorgullecernos de tener ocho siglos años de existencia.
Los
que hoy formamos parte de esta centenaria cofradía, sentimos el orgullo y la
responsabilidad de mantener y mejorar la Muy Antigua, Franciscana y Venerable
Hermandad de la Santa y Vera Cruz de la ciudad de Plasencia. Paz y Bien.
SANTA CRUZ, SÍMBOLO DE
NUESTRA FE.
Pedro Luna Reina - José Antonio
Pajuelo Jiménez
Hermanos Cofrades de la Santa y Vera
Cruz de Plasencia.
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