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miércoles, 26 de abril de 2023

CRISTO DE MEDINACELI de SANTO DOMINGO, y MARQUESADO DE MIRABEL.



CRISTO DE MEDINACELI de SANTO DOMINGO, y MARQUESADO DE MIRABEL.

Historia y leyenda de la sagrada imagen.

En la iglesia de Santo Domingo se veneraba una imagen reproducción de Nuestro Padre Jesús (Cristo de Medinaceli), cuyo original es el de Madrid, tan conocido por los devotos de España entera. Nos hemos enterado de algunos pormenores históricos de esta sagrada imagen.[i]

Historia del Cristo

La imagen original, fue llevada a Mamora (África) cerca de la ciudad de Mequinez, entre los años 1645 y 1681. Posiblemente desde Sevilla, con motivos de la evangelización de aquellas tierras. Su talla se atribuye a Juan de Mesa, y, si no fue el, si uno de los mejores discípulos. Pues existen mucha semejanza con otras imágenes del citado escultor.


El sultán de Marruecos Musley Ismael inicio una ofensiva a Mamora que se vio asediada por los musulmanes que, que , hicieron numerosos cautivos entre los cristianos y con ellos también la sagrada imagen del Cristo, que al ser rescatada por tres mil doblones, Las órdenes religiosas de Trinitarios y Mercedarios fueron nombradas para llevar a cabo el pago de los rescates tanto de los esclavos, para que pudieran regresar a la península, como de las imágenes religiosas cautivas, concretamente diecisiete, entre las que destacaba la del Nazareno de túnica morada. En señal de desprecio a la Fe católica, el sultán Muley Ismael ordenó arrastrar por las calles de la capital la imagen del Cristo que todavía no era de Medinaceli, sino Cautivo. También fue echado a los leones, simulando que lo despedazaban

El Padre Trinitario Fray Pedro de los Ángeles ofreció al sultán sumas de dinero para el rescate de los esclavos y de las imágenes religiosas. Concretamente, los musulmanes ofrecieron a los Trinitarios la talla del Nazareno si a cambio les daban su peso en oro. Milagrosamente, la balanza no pesaba lo que Muley Ismael esperaba, por lo que tuvo que conformarse con el pago indicado, que algunos lo cifran en treinta monedas. No podía faltar la leyenda en el rescate del Cristo de Medinaceli.

La imagen del Nazareno Rescatado fue entronizada en el altar mayor de la iglesia del Convento de los Trinitarios. Sin embargo, el Ducado de Medinaceli cedió en 1686 un terreno colindante al cenobio para la construcción de una capilla adyacente, siendo trasladada la talla hasta esta nueva ubicación en 1689. Es precisamente de sus benefactores de donde toma su nombre actual el Cristo de Medinaceli, que se alzaron como sus protectores. Su devoción iba en aumento y las representaciones comenzaron a extenderse por España.[ii]

Aunque el Cristo de Medinaceli ya tenía una nueva casa en la que volver a recibir a sus devotos, la alegría no fue duradera. Ante la inminente Guerra Civil, los Padres Capuchinos se vieron en la obligación de abandonar nuevamente el convento en febrero de 1936, escondiendo la talla en un cajón de madera, envuelta en sábanas, en la cripta de la iglesia. Allí fue donde el bando republicano la encontró en febrero de 1937, decidiendo entregarla a la Junta del Tesoro Artístico. Tras pasar por el Ministerio de Hacienda o por la Basílica de San Francisco El Grande, metido en un ataúd y rodeado de muertos, el Cristo de Medinaceli emprendió viaje a Valencia.

La talla del Nazareno madrileño permaneció en la Iglesia del Colegio del Patriarca, en Valencia, hasta agosto de 1937, y de allí continuó su camino hasta Cataluña, junto a otras muchas obras de arte. Los fosos del Castillo de Figueres o el Castillo de Perelada fueron algunos de los lugares en los que permaneció custodiada, hasta que finalmente el 3 de febrero de 1939 se decide su traslado, junto al resto del Tesoro Artístico, a la Sede de la Sociedad de Naciones, en Ginebra. El Cristo de Medinaceli iba en el primer camión, encabezando la comitiva que salió de España el 12 de febrero.

La estancia en Suiza no fue tan larga como en otras ocasiones en las que ha permanecido fuera del camarín de su capilla. Tras la finalización de la Guerra Civil, el 14 de mayo de 1939 la villa de Madrid volvía a reencontrarse con su Señor. En una multitudinaria procesión, que hay quienes califican como del «segundo rescate», recorrió las calles desde el Monasterio de la Encarnación hasta su Basílica. Se ponía fin al exilio del Nazareno, cerrando un nuevo capítulo de su trepidante historia.

La imagen en Plasencia.

En Plasencia hubo gran devoción a esta imagen, así lo publica el periódico Regional en 1965, un articulo cuyo autor fue Juan Antonio de Cáceres Barona, posiblemente esta imagen la donara al convento Don Antonio de Zúñiga Marques de Mirabel hijo de D. Pedro de Alcántara Fernández de Córdoba XII duque de Medinaceli (1768-1789), que se casó con María Petronila Alcántara Pimentel Cernesio y Guzmán.

En el siglo XIX la vida del convento llegó a su fin tras sufrir la decadencia derivada de los avatares de la época. En 1808, durante la Guerra de la Independencia, el general Lefevre invadió Placencia y realizó un saqueo del convento de San Vicente Ferrer, al que usó como cuartel para sus tropas, lo mismo que haría posteriormente el mariscal Ney. Los religiosos pudieron regresar tras el fin de la contienda y la vuelta la normalidad de la vida religiosa, pero se encontraron con un convento intensamente deteriorado y cuyos bienes habían sido saqueados casi en su totalidad

Don Antonio de Zúñiga, sobrino carnal de María de los Ángeles del Rosario Fernández de Córdoba y Pimentel, IX marquesa de Mirabel, VI condesa de Berantevilla, por incompatibilidad de mayorazgo cedió el marquesado de Mirabel y el condado de Berantevilla a su sobrino.



D. Antonio mando construir y dorar los dos altares colaterales al altar mayor, al lado de la epístola y el evangelio lo hace en honor de sus padres, y posiblemente donara la imagen al convento. Esta cuando los servitas lo abandonaron, no se volvió a saber su ubicación.

En ellos se puede leer:
Altar lateral, lado del Evangelio (la izquierda mirando al altar mayor):

A expensas del Señor Don Antonio de Zúñiga Marqués de Mirabel, Conde de Berantevilla, Caballero del Hábito de Santiago, exento de la compañía americana, coronel actual de los exércitos

de Su Majestad, hijo de los excelentísimos señores duques de Medinaceli Don Pedro de Alcántara y Dª Petronila Pimentel & Vecino y Alférez mayor de esta Muy Noble y Leal Ciudad de



Altar lateral, lado de la Epístola (la derecha mirando al altar mayor):

Plasencia. Se hicieron, pintaron y doraron estos dos altares colaterales siendo prior el Muy Venerable Padre fray Fernando Obejero

Año de 1830.

En la localidad de Mirabel en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción que es una construcción de finales del siglo XV con numerosas modificaciones realizadas en los siglos XVI y XVII.


En el muro de la Epístola, cerca del presbiterio, se abre una capilla en la que hay tres imágenes modernas. En esta capilla está la sepultura de don Antonio María de Zúñiga Dávila, que falleció en 1845, tal y como reza en una lápida colocada en la pared: “Aquí Yace El Señor Dn. ANTONIO MARIA de ZÚÑIGA DÁVILA y Manuel FERNANDEZ DE CORDOBA PIMENTEL Y CERNECIO. Caballero que fue del hábito de Santiago, Marqués de Mirabel y Conde de Berantevilla, Coronel de Caballería y Ecsento de Guardias de Corps. Era hijo De los Excmos Don Pedro de Alcántara Fernández de Córdoba, Duque de Medinaceli, Y de Dñ. María Petronila Pimentel y Cernecio, Marquesa de Malpica y Mancera, Grandes de España por diferentes Estados. Falleció en la Ciudad de Plasencia el día 8 de Mayo de 1845. Dedicándole este recuerdo sus Testamentarios

.               José Antonio Pajuelo Jiménez – Pedro Luna Reina- José Gutiérrez Delgado

        www.lavozdemayorga.blogspot.com                                 www.lavozdeplasencia.blogspot.com

 









[i] Periódico Regional. Año de 1965.Antonio de Cáceres Barona.

[ii] Historia del Cristo de Medinaceli: el origen de una devoción madrileña de alcance mundial.

[iii] El Señorío y Marquesado de los Zúñiga. José Antonio Ramos Rubio y Oscar San Macario. Cáceres 2020


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