Lorenzo Galíndez de Carvajal, gran personalidad en la historia nacional, recordar su nombre es una deuda de gratitud y de justicia a este placentino, nacido en nuestra ciudad en el 23 de Diciembre de 1472, su madre pertenecía a una distinguida estirpe de Cáceres, de ella tomo su primer apellido. En mas elevada alcurnia se encontraba su padre Don Diego González de Carvajal, arcediano de Trujillo y posteriormente de Coria.
Caso con doña Beatriz Défila, hija de don Pedro Dávila, señor de las Navas
Fue jurista y cronista de Castilla, Catedrático de Prima de Leyes de la Universidad de Salamanca, y en 1499 fue nombrado a los 26 años por los reyes Oidor de la Chancillería de Valladolid y posteriormente antes de los treinta años fue elevado a Consejero de la Corona de los Reyes Católicos
( año de 1502). Según Baltasar Cuart Monet, nos dice que había un linaje oculto, y para alcanzar esta posición, tuvo que manipular sus orígenes familiares, siendo como era hijo de un arcediano y de una moza de servicio de una posada. Las manipulaciones de D. Lorenzo tuvieron el éxito apetecido, sin embargo treinta años después de su muerte las informaciones realizadas por un nieto suyo que quería ingresar en el Colegio Mayor de Oviedo, de Salamanca, sacarían a la luz toda la estrategia familiar que tuvo que poner en marcha su abuelo para alcanzar la posición a la que llego.
Se distinguió más como jurista, catedrático de Salamanca donde obtuvo el doctorado en 1503 y Presidente del Consejo Real, pero su obra literaria e histórica fue realmente destacada. Fundamentalmente aportó una crónica de notable importancia Anales breves de los Reyes Católicos, pero también escribió un “Memorial o registro breve de los lugares donde el rey y la reina Católicos estuvieron cada año, desde 1468 en adelante, hasta que fallecieron, lo llevó de indiscutible interés, junto con otros escritos y sus obras jurídicas, se le encargo recopilar tantas leyes y pragmáticas reales, pues los Reyes le eligieron para la confección de un cuerpo legal único, del que se encarga y cuya recopilación se perdió.
Con paso firme creció el prestigio del ilustre placentino y la fama de su saber fue reconocida por los más profundos juristas. Sus opiniones eran antología, hoy diríamos que sentaban jurisprudencia,
Fue requerido para el ordenamiento y promulgación de las Leyes de Toro.
Con el Licenciado Zapata, confeccionó y firmo el Privilegio para la casa de Contratación sobre jurisdicción civil y criminal. Schafer especialista moderno lo califica como uno de los mejores informados y perito en temas jurídicos de las Indias
Los más altos Consejos reclamaban su presencia, su doctrina y su honradez. El Emperador no prescindía de sus dictámenes en los casos difíciles.
Herido de muerte el rey don Fernando llamó al Dr. Galíndez y otros más para tomar su postrera y trascendental decisión sobre la elección de quienes le sucediesen en el trono. Y ocurrido el óbito de regio, el Dr. Galíndez de Carvajal con el Lic. Vargas, padre del futuro obispo de Plasencia, don Gutierre de Vargas y Carvajal, fueron como embajadores ante el Cardenal Adriano, luego Papa para notificarle la muerte del rey y los últimos deseos fernandinos sobre su nieto don Carlos, en cuyo nombre gobernaba el Cardenal.
Cuando Cisneros, con los Prelados y los Grandes, discutían si don Carlos, antes del juramento en las Cortes, debía titularse rey o no, citaron como árbitro definitivo y supremo al Dr. Galíndez de Carvajal. La disertación del eminente jurista de Plasencia, ganó el asentimiento de la altísima asamblea, y don Carlos fue llamado desde entonces rey de España.
Perteneció a la Orden de Calatrava. Fue regidor perpetuo de Plasencia, Tenerife y Sagunto, Escribano Mayor de Sacras, Puertos y Aduanas, Cronista de los Reyes Católicos y en parte del augusto Carlos I de España.
Sus trabajos también fueron destacados en el campo de la Historia y en las indagaciones sobre linajes y genealogías de muchas familias, Reyes Católicos, Crónica de Enrique III y Juan II, pero su obra más importante es la Crónica de Enrique IV, linajes de Fabián Pérez de Guzmán y Carlos V. Fue nombrado Correo Mayor de India, privilegio concedido por la reina Juana de Castilla y a su vez por cedula firmada por el Rey Fernando el día 14 de Mayo de 1514, para organizar un sistema de organización seguro entre la península Ibérica y el Nuevo Mundo, y ratificado en su cargo por Carlos V, el 27 de octubre de 1525, Este cargo fue concedido a perpetuidad para Carvajal y sus sucesores con el carácter de monopolio, y desde este momento solo podían ser despachados los correos por él o en quien delegara, y si no fuera así seria multado con diez mil maravedíes, quien contraviniese la orden. Este privilegio duro hasta mediados del siglo XVIII.
Como curiosidad citaré, que en 1526, Carlos V, reunió a la junta de prelados para encontrar soluciones al problema planteado por la minoría morisca, el Dr. Galíndez redacto un dictamen bajo el epígrafe “ Padecer” proponiendo diversas medidas, para alcanzar la máxima asimilación de los moriscos a las costumbres del reino, subrayo la necesidad del que el cura vigilase a los que cayeran enfermos, el objetivo era evitar cualquier contacto del moribundo con el alfaquí, y el segundo evitar que los musulmanes cumplieran con su rito ( Aptitudes ante la muerte en la Granada del Siglo XVI, Pág. 538 de Amalia García Pedrazas)
A la edad aproximada de los 56 años se retiró a descansar a Plasencia. Acaso víctima de alguna enfermedad, ya que su vida no había llegado a la longevidad ordinaria para juzgarle jubilado forzoso. De las menguadas noticias que se conservan, no puede deducirse como vivió en la última etapa de su vida, ni siquiera la fecha exacta de su muerte. Solo sabemos que no llegó a ser sexagenario porque en 1528, su propio hijo, habla de su difunto padre. Falleció en 1527.
Unos treinta manuscritos se conservan en bibliotecas españolas esperando que alguien los estudie y los publique con entusiasmo para gloria de su autor y culta satisfacción de sus admiradores y placentinos de hoy.
No es explicable el silencio histórico de la inmensa y meritísima obra histórica y jurídica del célebre placentino, estimado y respetado por los sabios de su tiempo.
Esperamos que la colosal figura del Dr. Galíndez de Carvajal, salga del silencioso olvido y ocupe en la historia de Plasencia y en la masa popular el renombre que por justicia corresponde a su saber, a sus escritos y a sus méritos de inmortalidad.
Agradecemos la documentación aportada por Teodoro Fernández.
José Antonio Pajuelo Jiménez- Pedro Luna Reina.
"CREANDO CULTURA"
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