CATEDRAL ANTIGUA
- SANTA MARÍA
La
bula papal para la creación de una “cátedra” fue expedida por Inocencio IV en
el año 1.254. Esta bula determinaba que el cabildo catedralicio estaría
compuesto de 10 canónigos y 8 racioneros, aunque luego fueron aumentando
progresivamente hasta tener 8 dignidades en el cabildo, entre las que destacan
los arcedianos de Plasencia, Béjar, Trujillo y Medellín.
En
el último tercio de este siglo XIII se empieza a construir la catedral antigua
llamada Santa María. En ese tiempo era obispo D. Domingo Jiménez (1.285 a 1.328). Y el primer arquitecto fue Maestre Remondo que terminó la capilla mayor,
la parte meridional y occidental del claustro y la fachada principal hasta la
clave de la puerta. Otro arquitecto fue Gil de Cislar. En 1.328 continúan las
obras los maestros Diego Díaz, Juan Pérez y Juan Francés.
Se
calcula que la construcción de la catedral vieja duró más de 200 años. Una prueba de ello es el
gran número de escudos de obispos que están labrados en sus paredes. La
tardanza de la construcción se debió mayoritariamente a la falta de dinero, y a
los malos tiempos que corrieron.
Por
estos años hubo mucha hambre en toda la región teniendo que vender las monjas
de San Marcos las casas que tenían fuera
de la Puerta
de Talavera para poder comer las religiosas.
En
1.380 se hicieron grandes reformas en la catedral por el maestro Juan
Francés. En 1.411 se edifico en la
catedral la capilla de S. Catalina por orden del obispo D. Vicente Arias de
Balboa, para ser enterrado el en la
misma.
La
obra de carpintería de la capilla la realizó el maestro moro Adolhasis
Sobre
el año 1.416 se hicieron obras de seguridad en la parte meridional de la
catedral, estas obras las realizó el maestro Asoyte o Aseite el cual era moro.
Por
los años 1.436 al 1.438 se realizan nuevas obras de restauración en las bóvedas
del claustro.
El
conjunto de la catedral es de estilo transición del románico al gótico.
Debido a su absorción por la catedral nueva o de la Asunción es muy poco lo
que se puede apreciar de su estructura original, pues perdió toda la
cabecera en dichas obras.
El
templo consta de tres naves, y su construcción debió pasar por varias paradas de obras debida seguramente al
agotamiento del dinero.
De
la obra primitiva se pueden ver los
medios pilares adheridos a sus muros (sin los capiteles que son posteriores).
En el siglo XIV se continúan las obras y
se levantan los pilares divisorios de sus naves. La nave central sube un poco
más que sus colaterales siendo su estilo
parecido al anglo-normando, y las naves
laterales son simples ojivas. El
conjunto es parecido al de la catedral de Poitiers.
Muy
notable de destacar es el conjunto escultórico de la Anunciación de estilo
románico, que preside la puerta de entrada a la catedral (frente al Palacio Episcopal), así como en la
parte superior se puede ver un personaje arrodillado ante la Virgen , no se sabe de
cierto a quien representa este personaje por lo cual hay dos versiones de el,
una dice que es un ángel, y la otra que sería el rey Alfonso VIII. Esta
portada de estilo románico se la conoce
con el nombre de “Puerta del Perdón”
En
esta misma fachada vemos un rosetón de cuatro metros de diámetro. El primitivo
rosetón de destruyó en el año 1.761 y se sustituyó por un ventanal en el año
1.854. En el año 1.984 se restaura la fachada y se realiza otro rosetón (el
actual) que según los técnicos en arte no ha sido muy acertada su ejecución.
Para cubrir el interior de este rosetón se pensó en una vidriera, pero al final
se cerró con unas láminas finas de alabastro.
El
día 26 de Marzo de 1.438 se acabó el claustro y se celebró la primera procesión
por sus bóvedas. Este claustro se empezó a construir en el siglo XIV, por sus
caras norte y este. Y en el siglo XV se
rematan las caras sur y oeste. De esta
tardanza es culpa de que una parte se
diferencie tanto de la otra, fueron maestros de este claustro Juan Martín y Pedro Ximenez. El estilo del
claustro es cisterciense, cuadrangular y diferente cada una de sus caras, así
una sección tiene cinco arcos, otras dos tienen tres arcos y la restante tiene
cuatro arcos. De 1416 a
1420 se renovó el ala contigua a la catedral. 16 años después se le da más
elevación a las bóvedas de las otras tres galerías.
En
el centro del claustro se ve una fuente la cual está asentada sobre tres gradas
circulares de piedra. Su estilo es gótico, tiene labrado el escudo del
cardenal D. Juan de Carvajal, el cual
fue obispo de esta sede. El cuerpo de la fuente es un polígono con pilares
haciendo de estribos. El diámetro de la fuente es de unos dos metros, y en su
centro se eleva una columna con capitel en el que se apoya una taza octogonal.
El total de altura de la fuente es de 1,75 metros
aproximadamente.
El obispo que en esos tiempos gobernaba la
diócesis de Plasencia era D. Gonzalo de Santa María, el cual tenía a
orgullo su ascendencia judía, y se vanagloriaba de ser pariente de la Santísima Virgen.
Cuentan que D. Gonzalo cuando rezaba el
Ave María solía decir: “Santa María Madre de Dios y
familiar mía, ruega por nosotros pecadores...”, Utilizaba como sello la flor
de lirio que es el símbolo de la Santísima Virgen y de la iglesia.
El
padre de este D. Gonzalo era el judío converso D. Pablo de Burgos, que era uno
de los más ricos de su ciudad, el cual después de enviudar ingresó en la
iglesia llegando a ser obispo de Cartagena y de Burgos. Cuenta la tradición que
se convirtió al leer a Santo Tomás de Aquino.
Este
D. Pablo fue preceptor del rey Juan II, el cual en agradecimiento entregó a su
hijo la diócesis de Plasencia.
A
esta catedral vieja corresponden las imágenes de la Virgen de la Blanca , Virgen del Perdón,
y la más importante de todas, la
Virgen del Sagrario.
En
lo alto del muro que une la catedral con el Palacio Episcopal, se puede ver una
figura de piedra con un disco en la mano, la gente de Plasencia la suele llamar
La Panadera
del Obispo; esta figura está compuesta de dos partes, siendo la superior más
grande que la inferior (como si no fuesen de la misma figura). Según D.
Marceliano Sayans, podría ser la estatua de un guerrero celticolusitano.
En
la Puerta del
Perdón (frente a la calle Blanca) se puede apreciar en los arcos de su entrada,
el estado de construcción en que se encontraba la catedral nueva cuando se
suspendieron las obras, pues se puede ver como los canteros dejaron la piedra a
medio labrar.
El
obispo D. Domingo Jiménez, (1.295 – 1.326), viendo que las obras no se podían
acabar por falta de presupuesto decidió en una reunión de Obispos proponer la concesión de indulgencias a los fieles que realizaran
donativos para la terminación de las
obras, la propuesta fue aprobada y con el dinero que se sacó se pudo terminar
la catedral el año 1.330
CATEDRAL DE LA
ASUNCIÓN o CATEDRAL NUEVA
La
conquista de América, Méjico, Perú, etc.… da una época de esplendor a todos los
pueblos de España, pues empiezan a llegar los barcos cargados de oro,
mucho del cual a sido conquistado por
soldados extremeños.
Una
buena parte de este oro llega a la diócesis de Plasencia, la cual hace
generosas donaciones a sus parroquias e iglesias.
Viendo
este momento de esplendor, el Cabildo Placentino se plantea la posibilidad de
construir una nueva cabecera para la catedral o construir una nueva catedral,
pues la de Santa María se estaba quedando pequeña y no estaba en consonancia
con la grandeza de la diócesis.
No
se sabe con certeza cuál fue la primera idea que se aceptó, pues algunos
miembros del Cabildo no estaban de acuerdo
con el enorme gasto que se originaría al construir un edificio nuevo.
En
el año 1.498 se empieza a construir la catedral nueva, la cual se pone bajo la
advocación de Nuestra Señora de la Asunción. Como ya desde su comienzo se veía que
sería una obra muy larga y con muchas posibilidades de no poder ser concluida
por falta de dinero, se tomó la decisión de empezar por la cabecera de la nueva
iglesia, la cual estaría separada de la antigua por bastantes metros. Así mismo
se tuvo en cuenta hacer la nueva nave central con el ancho de las tres naves
antiguas, de manera que en un momento determinado quedarían unidas aun sin
terminarse la nueva obra, cosa que así sucedió.
Es
de destacar la gran defensa que siempre ha realizado Plasencia y su diócesis
del dogma de la Inmaculada, pues además de dedicarle sus catedrales mando sus
mejores embajadores a la tramitación en Roma de este dogma. El cardenal Antonio
de Trejo, y los obispos de Plasencia, Fray Francisco Guerra y Crespi de Borja
fueron a la Ciudad
Eterna para defender la limpieza de la Virgen María.
Desde
mediados del siglo XVII era obligatorio para formar parte del Cabildo, jurar
defender la
Purísima Concepción de la Virgen María. En el
año 1.661 se aprobó un acuerdo capitular por el cual “todos los predicadores
que predicaren en la
Santa Iglesia Catedral, de cualquier religión - orden
religiosa - y condición que sean, digan antes de comenzar el sermón: Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento y la pura y limpia Concepción de la Virgen Santísima
sin mancha de pecado original”. Y ordena a los Maestros de Ceremonias que se lo
adviertan así a todos los predicadores.
Se
decide hacer una catedral de estilo gótico tardío, cabecera “ochavada”, de planta salón de tres naves, y dos capillas hornacinas. Este tipo de nave
salón tuvo mucho éxito en Castilla a
partir del siglo XV, aunque este tipo de construcción es más típico de iglesias
que de catedrales.
Únicamente
se edificaron las de Zaragoza, Jaén y Plasencia. La planta salón se caracteriza
por cerrarse a la misma altura, convirtiendo la nave en una enorme sala, la
cual tiene las ventajas de no tener que necesitar arbotantes, y al eliminar el
triforio, es más barata su construcción.
Los
pilares de sustentación de la bóveda parten de una elaboradísima basa y se
elevan hacia arriba sin capiteles, abriéndose en complicadas nervaduras que le
da un aspecto de palmeras pétreas de una elegancia inigualable.
El obispo D. Gutierre Álvarez de Toledo, hijo
del primer duque de Alba era el titular de la cátedra placentina en esta época, y el primer arquitecto de la
catedral nueva fue el maestro Enrique Egas, y el cantero que le suplía y
ayudaba era el placentino Francisco González. Este cantero trabajo en la construcción de los dos puentes
(De la Isla , y
Trujillo) en la capilla mayor de San Esteban, en la de San Vicente, en la
capilla mayor de la catedral, en la gran fuente de la Plaza , en la fachada del
Ayuntamiento, etc.
Enrique
Egas era también el arquitecto de la catedral de Toledo, de Santiago, de
Valladolid, de Guadalajara, de Sevilla, de Zamora, de Salamanca, etc. con lo
cual estaba siempre viajando para comprobar el estado de las obras. Así que los
ayudantes eran los verdaderos directores.
Después
de este maestro Egas, se hizo cargo de las obras el maestro Juan de Álava. Después de estar suspendidas
las obras varios años, en el 1.513 se emprenden de nuevo, y se agrega el
maestro Francisco de Colonia para llevar
la dirección de la construcción.
Debido a los diferentes criterios que tenían los
arquitectos el Cabildo se vio en la necesidad de separar a Francisco de Colonia
de la dirección de la catedral, y dejar a Juan de Álava que se hiciera cargo el solo de todo. Esto dio
lugar a un odio entre ellos que tuvo su culminación en Salamanca, cuando el
Cabildo salmantino pide un informe a Francisco de Colonia sobre el trabajo que
estaba realizando en esa catedral Juan
de Álava, y lo da negativo, teniendo que explicarse ante el Cabildo Juan de Álava, y exponiendo
que: “Francisco de Colonia es mi enemigo capital; todo lo que el pudiera
dañarme, lo hará, aunque faga uno e dies juramentos, a causa de una obra que en
la iglesia mayor de Plasencia tenía e por saber poco le fue quitada e se me dio
a mi, e por otras causas”. Se tuvo que
llamar a Enrique Egas y a Juan de Rasines para que dictaminaran sobre la calidad
del trabajo. El dictamen fue favorable a Juan de Álava.
A
la muerte de Juan de Álava el Cabildo llamó al maestro Alonso de Covarrubias,
que solo estuvo 6 meses en la obra.
Se
llamó al maestro Diego de Siloé que estaba en Granada trabajando en su catedral.
Después de ver las obras dejó los planos y las ordenes de trabajo y se volvió a
marchar a Granada.
Después
se llamó a Rodrigo Gil de Ontañón el cual se hizo cargo, y como los demás se
marchó a vigilar las otras obras que tenía asignadas.
En
1547 se llama al maestro leonés Juan de
Badajoz “El Viejo” y después a Hernán Ruiz, el joven, maestro de la iglesia de
Córdoba para resolver unas desavenencias con Rodrigo Gil.
Los
verdaderos artífices de la construcción
de la catedral fueron los aparejadores o ayudantes del maestro, pues estos eran los que estaban
en la obra y los que solucionaban los problemas que se presentaban.
De
las muchas canteras de donde se sacaba la piedra, en esta época se nombran
varias de ellas como la de "Cinco
Hermanos" "La Guijosa "
"Los Alamitos" y “La del
Puerto”.
El
domingo 25 de septiembre de 1.558 se
reunió el Cabildo en el patio del enlosado para discutir donde se harían las
honras fúnebres del Emperador Carlos V. que había fallecido en Yuste. Después de debatirlo se acordó que sería en
el altar mayor de la catedral nueva.
Aunque
no estaba terminado se quitaron los andamios, y demás útiles de construcción, y
se adecentó para celebrar los actos mortuorios. Las honras se celebraron el
domingo 2 de octubre.
Por
estas fechas el maestro de obras era
Rodrigo Gil de Hontañón. Y también se terminó la fachada N. O.
o de las cadenas.
En
el año 1.521, es nombrado obispo de
Plasencia D. Gutierre Vargas, pero fue suplantado por el cardenal D. Bernardino López de Carvajal, al
cual hacía poco tiempo se le había levantado la excomunión que se le impuso en
el año 1.511 por el Papa Julio II, por haber presidido el Concilio cismático de
Pisa, siendo entonces nominado como
obispo de Plasencia por el bando comunero (los Carvajales). D. Bernardino nunca
vino a Plasencia en toda su prelatura, cosa que
favoreció a los clérigos de la diócesis. Este D. Bernardino, había
sido arcediano de Plasencia y después se
marchó a Roma donde llegó a ser Cardenal.
D.
Bernardino murió en el año 1.523 y vuelve a tomar posesión de la silla
episcopal el obispo Gutierre Vargas. El
cual murió en el año 1.559.
Aunque
hoy se ven los ventanales de la catedral con cristales transparentes, tuvo sus
vidrieras correspondientes, las cuales serían de buena calidad al igual que lo
fueron todos los materiales empleados en la construcción del templo.
Las
vidrieras fueron realizadas por el maestro Valdivieso en la década de 1.560, y
el día 12 de octubre de 1.569 el Cabildo comisiona a Luis de Morales - El Divino
– como tasador de las citadas vidrieras.
Don
Francisco González, archivero de la catedral, dice que las vidrieras fueron
encargadas a Juan de Soto.
La
inauguración de la catedral se podría datar en el día 22 de mayo de 1.578,
fecha en que se empezaron a celebrar los oficios a diario. Ya se sabe que la
obra nunca fue concluida.
Para
festejar esta inauguración se representó
un auto sacramental en la puerta de la
catedral. El auto representaba el naufragio de Jonás, para ello se construyó un
lago artificial y un barco, el cual naufragaba entre una horrible tormenta,
producida con pólvora y ruidos apropiados. Cuentan que tuvo tal realismo que
las gentes que lo presenciaban empezaron a gritar horrorizadas por el suceso
que estaban viendo.
Lo
más curioso de estos autos sacramentales, era que se traía el Santísimo en
procesión, se le colocaba en un sitio preferente, y asistía a la representación
como un espectador más.
Pedro Luna Reina - Jose Antonio Pajuelo Jiménez.
"
1 comentario:
Muy buena aportación al conocimiento de nuestras dos caterales. Un trabajo más de este interesantísimo blog que divulga de manera sencilla los valores de nuestros monumentos e historia. Felicitación tanto a Pedro como a Pepe, quienes con su esfuerzo y constancia mantien viva la llama de "SEMBRANDO INQUIETUDES" de nuestra querida ACP Pedro de trejo.-
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