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jueves, 31 de enero de 2019

EL MARQUES DE VADILLO Y LA ERMITA DE LA VIRGEN DEL PUERTO MADRID. PARTE II.

ERMITA DE LA VIRGEN DEL PUERTO DE MADRID.

IMAGEN DE LA VIRGEN DEL PUERTO.
Nada más llegar a Madrid, el marqués del Vadillo mandó hacer una copia de la Virgen del Puerto de Plasencia y la depositó en el Colegio Imperial de la Compañía de Jesús o El Colegio de San Pedro y San Pablo de la Compañía de Jesús, en la calle de Toledo. 
Tras la expulsión de los jesuitas en 1767 la iglesia se transformó en colegiata, cambiando su advocación a San Isidro, y pasando a albergar desde ese momento los restos del Patrón de Madrid  y su esposa, Santa Maria de la Cabeza.
El día 15 de mayo es nombrado Superintendente General de Hacienda. Este cargo lo ocupó hasta el año 1717.
El día 8 de octubre de 1715, es nombrado Corregidor de Madrid.
En su cargo de corregidor de Madrid, quiso embellecer la ribera izquierda del Manzanares que era un paraje en estado salvaje. Se acondicionó un largo paseo al pie del Campo de la Tela (parque de Atenas), sustituyendo al paseo alto y al paseo bajo que ya existían.  El Corregidor se puso en contacto con el  arquitecto Pedro de Ribera, el cual era discípulo de los Churriguera, para que realizase esta obra.

ERMITA Y LAVANDERAS.
Viendo el Corregidor que en este paraje era donde solían las lavanderas ejercer su oficio, pensó hacer una ermita para que pudiesen oír misa antes de empezar sus labores. Así mismo mandó hacer edificios contiguos a la ermita para que sirviesen de colegios-guarderías para los niños de las lavanderas.
Pedro de Rivera llevó a cabo las ideas de don Francisco y realizó una ermita de estilo barroco con varios edificios anexos a la misma, y rodeada de jardines.
El marqués dedicó la ermita a la advocación de la Virgen del Puerto.
El edificio se inauguró el 10 de septiembre de 1718 con el traslado en solemne procesión, de la imagen de la Virgen del Puerto desde el Colegio Imperial hasta la nueva ermita con asistencia del Cabildo, Comunidades de la Villa y su Ayuntamiento, que acordó hacer ese día festivo.

PATRONATO DE LA ERMITA.
El 8 de marzo de 1725, ante el escribano don Manuel Naranjo, don Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre, marqués del Vadillo, otorgó escritura fundacional de las capellanías y obras pías y dejó estructurado el patronato que había de regirla. A este fin dedicó el marqués ocho efectos (sisas) contra la villa de Madrid que rentaban anualmente 12.224 reales y 12 maravedíes.
(Sisa es un tipo de tributo que se paga por razón de las cosas vendidas o mantenimientos que constan de peso y medida.)
Otras fuentes dicen que dotó a su patronato con generosidad hasta el punto de nombrar a la ermita heredera de un tercio de sus bienes
La ermita tenía adosadas varias edificaciones con diversos usos. Unos sirvieron de viviendas y otros sirvieron de escuelas-guarderías para los hijos de las lavanderas que ejercían su oficio en este lugar.
Durante el reinado de Fernando VI (1746-1759) se hizo el camino Alto de la Virgen del Puerto y en él reinando ya Carlos III la escalinata doble de bajada a la ermita.
De este paseo decía Ramón de Mesonero  Romanos (1803-1882): “los apuestos galanes de la corte de los Felipes holgaban de lucir su gallardía dominando un fogoso alazán, corriendo una sortija, quebrando una lanza o rejón y tendiendo un toro a sus pies”


GUERRA CIVIL.
Durante la Guerra Civil de 1936 la ermita  fue saqueada  destruyendo todos los retablos e imágenes que en ella había, entre ellas, la de la titular la Virgen del Puerto. El edificio y las construcciones anexas quedaron  muy dañados por las bombas que sobre ellos cayeron.
  En el mes de enero de 1945 todos los terrenos de la ribera izquierda del Manzanares fueron despropiados incluida la ermita del Puerto, la cual paso de la fundación  de los herederos del Marqués del Vadillo al Organismo Autónomo “Canalización del Manzanares”
En 1945 fue restaurada por el arquitecto del Organismo Autónomo “Canalización del Manzanares”, Rafael Mendoza Gimeno conjuntamente con otro arquitecto, Jenaro Cristos de la Fuente, suprimiendo las edificaciones adosadas a la ermita,
Ese mismo  año de 1945 fue declarada Monumento Nacional.
En 1951 fue abierta nuevamente al culto dependiendo del Obispado de Madrid a quien le fue cedida por el organismo “Canalización del Manzanares”.
Entre 1950 y 1980, la Dirección General de Bellas Artes llevó a cabo diversas obras de restauración y conservación bajo la dirección de José Manuel González-Valcárcel.
Este arquitecto fue el encargado de restaurar el Monasterio de Yuste entre los  años 1941-1958. En 1966 restauró el Ayuntamiento de Plasencia.
Trabajó en el mantenimiento de la catedral de Plasencia. Mas modernamente se ha vuelto a restaurar, eliminando los revocos de las fachadas y dejando a la vista la sillería y el ladrillo y devolviendo las torres sus características cubiertas de pizarra. Hoy se encuentra paisajísticamente integrada en los jardines del Madrid Rio.
La imagen primitiva de la Virgen del Puerto, al igual que los retablos y todo lo que de artístico contenía esta iglesia, quedó destruida durante la guerra civil, siendo la imagen actual una copia realizada por el imaginero talaverano Víctor González Gil. (1912-1992).
Este escultor hizo una réplica del Cristo de la Victoria de Serradilla para la Parroquia de San Millán y San Cayetano, de Madrid

VIRGEN DE SOPETRAN – PATRONA DE JARANDILLA DE LA VERA.

En el año 1963, se crea la Cofradía de la Virgen de Sopetrán, patrona de Jarandilla de la Vera, promovida por un grupo de jarandillanos residentes en Madrid


En la capilla del lado de la Epístola (a la derecha del altar según se mira) está la imagen de  Nuestra Señora de Sopetrán, patrona de Jarandilla de la Vera.
La fiesta de la patrona de Jarandilla se celebra en Jarandilla, el jueves anterior a la Ascensión del Señor, es decir, cuarenta días después del Domingo de Resurrección.
Su fiesta en Madrid se celebra posterior a la fecha de Jarandilla.




“LA MELONERA”.

La festividad de la Virgen del Puerto de Madrid se celebra el 8 de septiembre, el cual está dedicado a la Natividad de la Virgen María.
La imagen de la Virgen del Puerto de Madrid es conocida con el sobrenombre de la “Melonera”, este apelativo le viene dado  por los puestos de melones de Villaconejos que se solían instalar en las cercanías de la ermita y del puente de Segovia con motivo de las romerías celebradas principalmente por inmigrantes asturianos y gallegos, que entonaban las canciones tradicionales de su tierra y celebrar bailes típicos. Estos grupos se hallaban enfrentados en dos bandos llamados los piloña  y los  pravia.
Las mujeres, por su parte, llevaban dinero a la ermita para comprar el mejor melón. La razón es que, según  cuenta una leyenda, una novia que fue plantada en el altar, recuperó a su novio por mediación de la Melonera. La chica, en agradecimiento, robó un melón y se lo llevó a la Virgen. Pero ésta lo devolvió a su sitio y le dijo -en sueños- a la joven que comprara el melón. Si lo comía con su novio tendría un buen marido. Desde entonces, las madrileñas llevaban dinero para comprar un melón para sus novios.

CUADROS DEL MARQUÉS DEL VADILLO.
Los cuadros que se conservan del Corregidor de Madrid fueron hechos por el pintor asturiano Miguel Jacinto Meléndez. El de medio cuerpo se conserva en el Museo Municipal de Madrid,Real Hospicio de San Fernando. Fue realizado en 1728.
El de cuerpo entero se puede ver en el Museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo. Se realizó entre 1729. 1730.

Hace unos años apareció otro cuadro de don Francisco Antonio, desconocido hasta entonces.
Se trata de un retrato de medio cuerpo de Antonio Salcedo y Aguirre, I Marqués del Vadillo (1646-1729), en el cual el artista se ha concentrado en el rostro, que sorprende por su viveza y en el pañuelo o corbata anudada al cuello y que cae sobre el pecho.
La obra, desconocida hasta ahora, se expone por primera vez en un museo gracias a la intercesión de Elena María Santiago Páez, especialista en la obra de Miguel Jacinto Meléndez y autora de los catálogos que se editaron con motivo de sendas exposiciones dedicadas al artista en el museo asturianos y al Municipal de Madrid, en 1989 y 1990, respectivamente.
Esta obra, en la que se aprecia el busto del Marqués del Vadillo y que ha sido calificado por el consejero de "gran calidad" artística, se expone al lado de otro retrato del aristócrata de cuerpo entero de gran similitud.


                      FUNCIONES DE UN CORREGIDOR.

Un corregidor era un funcionario real cuyo oficio comprendía varios ámbitos y emplazamientos, desde el provincial hasta el municipal.
Inicialmente se restaura desde las antiguas magistratura romanas, como un comisario regio itinerante, similar a un  Justicia Mayor del Rey.
Gestionar el desarrollo económico y administrativo de los municipios, presidir los ayuntamientos, dando validez a sus decisiones, ser juez en primera o segunda instancia, etc.
Entre sus muchas funciones estaban las de promover y ejecutar todo tipo de obra pública, mantener la salubridad y la policía, procurar que los juegos fuesen eutrapélicos, garantizar los abastos de las poblaciones, establecer los precios según los criterios escolásticos de la época (precio mínimo, máximo y medio también llamado el precio Justo), verificar pesas y medidas, evitar el contrabando, las mercancías prohibidas y en general guardar los buenos usos del comercio que incluían la prohibición taxativa de las usuras, todo esto según los criterios de la nominada Escuela de Salamanca y las respectivas leyes. Entre otros, sus auxiliares eran varios tipos de alguaciles y los llamados oficiales del “fiel” (varios antiguos cargos españoles ya existían en Grecia Clasica, como los del fiel).
Las funciones eran las propias de un gobernador con competencias en justicia, policía, hacienda, guerra, comercio y obras públicas. Al corregidor competía exclusivamente la convocatoria y presidencia de los ayuntamientos, donde actuaba como moderador de los debates, reservando su voto de calidad en caso de empate o desacuerdo entre los regidores. Cuidar del cumplimiento de las ordenanzas, si fuera preciso, podía enmendarlas o realizar unas nuevas con el acuerdo del regimiento.

Justicia

Las genuinas competencias del corregidor fueron las referidas a la administración de justicia, este magistrado ejercía jurisdicción civil y criminal a nivel regio, conocían la primera instancia y apelación en todas las causas, eran propiamente dichos veedores del rey, estando obligados a visitar, al menos una vez, todos los lugares habitados de su corregimiento. Dotados del mero e mixto imperio, asumían la jurisdicción del municipio quedando los alcaldes ordinarios subordinados a su actuación.

Policía

Mantener el orden público del municipio persiguiendo los delitos, protección de la moralidad e impedir los juegos prohibidos, además de vigilar campos, caminos, ventas y bodegas tenían a su cargo la custodia de los puertos y aduanas de su corregimiento para que no se sacasen cosas vedadas, como caballos o moneda.

Hacienda

Fiscalización de la hacienda municipal frente a las apetencias de la oligarquía ciudadana. Debía tomar las cuotas de propios y los repartimientos, vigilar que los nobles no arrendaran las rentas de los propios y que los repartimientos y derramas no sobrepasaran lo permitido por las leyes del reino, a ello se añadía el control de las rentas municipales. Otra importante función era efectuar censos detallados de población:
En la nueva monarquía constitucional pasan a desempeñarlas las figuras del alcalde, el gobernador provincial y el juez de primera instancia.

José Antonio Pajuelo Jiménez- Pedro Luna Reina.

El tiempo no se encuentra, el tiempo se fabrica. Si esperas tener tiempo no lo tendrás nunca. Estanislao Bachrach.

                                             "CREANDO CULTURA".


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