Buscar este blog

lunes, 24 de septiembre de 2018

CORRALES DE COMEDIAS EN PLASENCIA



Todos los años hasta finales del siglo XIX, llegaban a Plasencia, como a tantas otras ciudades, cómicos ambulantes que durante una temporada de verano recreaban a los vecinos con representación al aire libre en los patios o corrales que, si no tan famosos  como el de ” la Pacheca” madrileño, eran suficientes para romper la monotonía de la vida provinciana.
Francisco Ricci, el pintor de los cuadros del Retablo Mayor de nuestra Catedral, había sido uno de los decoradores del teatro Regio Alcázar de Madrid para festejar el cumpleaños de la Reina D.ª Mariana de Austria a poco de celebrar su matrimonio con Felipe IV, entusiasta y decidido protector de esta clase de espectáculos que dieron tanta veces pié a las habladurías de los mentirosos de la Corte y, más de una, lugar a efectivos tropiezos del Monarca.
Pero por entonces aún no había llegado a nuestra ciudad el avance del decorado y no pudieron por ello, en ninguno de los requerimientos hechos a Ricci para la composición de los cuadros del Retablo, invitarle o lucir sus habilidades en este otro campo, a la sazón tan nuevo.
También aquí, como en tantos otro lugares, la creación de los Patios de Comedia obedeció en su principio al motivo de beneficencia pública  y durante muchos años los ingresos que tales espectáculos dejaban, deducido el beneficio de la Compañía, engrosaron los recursos del Hospital de D.ª Engracia de Monroy, ampliado después con pastoral esplendidez por el gran Obispo Laso que evoluciono al antiguo Hospital Provincial.
Uno de estos Patios o Corrales para representaciones cómicas, llevadas a cabo por profesionales “de la Lengua”, estuvo en parte de lo que es hoy la Plaza de Abasto sin que nos atrevamos asegurarlo de manera definitiva pues los documentos de la época que hemos vistos se limitan a decir que estaban enfrente de la Iglesia de San Esteban.
Era su Patrono el Ayuntamiento de la ciudad y a él se dirigían en respetuosa  instancia los autores “como entonces se llamaban” de la Compañía cómica que deseaba actuar y con el Ayuntamiento concertaban el número de representaciones, el precio de las entradas y el beneficio para el destino específico del corral o Patio de Comedias. Las representaciones comenzaban a las dos de la tarde y en las entradas se distinguían la común, la de medio Teatro, la de Teatro entero y Palcos principales.
Las frecuentes alusiones a escándalos políticos y administrativos de índole nacional y las desvergüenzas de lagunas comedias obligaron a los cuidadores de la cosa pública a exigir la previa lectura de las obras que habían de representarse y a la implacable censura de los trozos escabrosos.
Sin embargo, cómicos y cómicas se permitían improvisar chistes y ocurrencias que después degeneraron en verdaderas chocarrerías  y escandalosa obscenidades que eran replicadas con igual desenvolturas por los gamberros de la época.
A últimos del siglo XVIII la Compañía que arribó a Plasencia y que dirigía el Sr. Corcuera se encontró en la ciudad de Plasencia con un Alcalde dispuesto a que las mas recatadas damas y pudorosas doncellas pudieran asistir  a las representaciones del Patio de Comedias sin tener que ruborizarse ante los atendimientos de algún desconocido actor o alguna desvergonzada.
Concede el permiso que se solicita de treinta representaciones, pero toma enérgicas medidas para evitar los abusos.
A través del barroquismo de la literatura de aquel tiempo se deja adivinar que en más de una ocasión había burlado en sus loables previsiones al Alcalde por lo que esta vez extrema los detalles y manda fijar a la puerta del Corral, después de leído por el pregonero en las plazas de la ciudad, un Bando, del que son los párrafos siguientes:
Prohíbo seria y rigurosamente a todos los actores el que se desvíe de la letra de sus respectivos papeles usando en la expresión de caprichos arbitrarios bajo el pretexto de graciosidades mal concebidas impropias de la pieza e indecentes en un acto de tan grave circunstancias. E igualmente les prohíbo que se presenten en el foro con vestidos deshonestos”.
“Prohíbo a los espectadores la infracción del profundo silencio que debe haber en las representaciones y se prohíbe todo hecho, dicho y libertades contrarias al objeto, a la moralidad cristiana, al decoro,  modestia, decencia, gravedad y subordinación que deben reinar en las funciones públicas”.
Terminaba confirmando:”que los que quebrantasen las disposiciones “con los procedimientos correspondientes a su caso, clase y circunstancias y en general con quince días de prisión de la que saldrían  con las custodia necesaria a los trabajos públicos”
Las mismas penas se imponían a los que osaren a remover el Bando de sitio en que estaba fijado.
Posteriormente y con vida ya mas lánguida hubo otro Corral de Comedias en una Travesía de la calle Cartas y otro en el Patio del que había sido el Convento de San Francisco.
La afición al teatro, el cambio de costumbre y el deseo de poder disfrutar de espectáculos de esta índole en todas las épocas del año y en las horas de la noche llevó a la construcción en Plasencia de teatros techados como fue en su tiempo el Teatro Romero, y posterior mente el Teatro Sequeira y Alcázar.

José Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina

viernes, 31 de agosto de 2018

PLASENCIA Y SAN MIGUEL.



ERMITAS DE SAN MIGUEL

Varias ermitas hubo en Plasencia con esta advocación del Arcángel San Miguel. Una de ellas estaba en el cerro de su nombre, la cual fue destruida cuando se hizo la carretera Nacional. 630. De este cerro y ermita salieron los primeros frailes que fueron a Cuacos y fundaron lo que después sería el Monasterio de Yuste.
La primitiva ermita era tan pequeña que dicen que solamente cabía en ella un hombre de rodillas. En el año 1.741 se construyó otra nueva y el día 10 de agosto se colocó el santo en el altar. Se realizó la obra con limosnas de sus devotos. Esta ermita se la llamaba San Miguel del Puente Trujillo, para diferenciarla de la de la Cruz Dorada.

Otra estaba en el antiguo barrio de San Miguel, el cual se situaría en el principio de la Avenida del Valle, saliendo desde la Puerta Talavera, esta ermita se llamó Ermita de San Miguel de la Cruz Dorada, para diferenciarla de la edificada sobre el cerro. En el año 1.810 los franceses la destruyeron. El capellán Barrio y Rufo (siglo XIX), dice que el todavía conoció al ultimo párroco de esta ermita, al que se le conocía como “señor La Serna”, aunque este capellán cuenta que en su tiempo la ermita ya no existía, y sus restos eran un establo de bueyes y en las paredes exteriores habían construido ocho o diez casas. En esta ermita estaba la cofradía de los Acernadados y limpios, la cual estaba bajo la advocación de San Miguel.
En el año 1582, el Cabildo mandó que se entregara a los religiosos de San Miguel la cruz donde fue crucificado san Dionisio. (Apuntes de B. Checa)

CONVENTO DE SAN MIGUEL

El primitivo convento de San Miguel de la Florida se fundó en el año 1.519, se emplazó en el sitio llamado de Valsoriano, a media legua de la ciudad, en la orilla izquierda del río Jerte. Se construyó con las limosnas que dieron los placentinos a los frailes franciscanos observantes. Permanecieron en este convento hasta el año 1.641.
Uno de los mecenas de este convento fue D. Fadrique de Zúñiga, nieto de D. Álvaro de Zúñiga, primer marqués de Mirabel.
Restos del antiguo convento de San Miguel de la Florida


El año 1.558 Doña Beatriz de Trejo fundó un hospital delante de la Puerta del Sol, al cual se le llamó “De la Cruz”, y se lo donó a estos frailes para su utilización. Ante la problemática de tener que ir y venir del convento al hospital y del hospital al convento, se acordó hacer un nuevo convento al lado del hospital, el cual se realizó en el año 1.641. La comunidad de frailes y donados se componía de unos 40 miembros, y el convento era casa de estudios, llegando a ser colegio para la provincia de San Gabriel (esta provincia es de los Franciscanos). De este convento solo quedan unos restos de edificaciones dentro del recinto que hoy se destina como aparcamiento privado en la plaza de San Pedro de Alcántara.
Todavía se conservan en su interior pequeños detalles de la existencia del convento.
Se representa en la religión cristiana a San Miguel en su iconografía de diferentes formas, una, con una balanza en su mano, encargado de pesar las almas de lo hombres y valorar la dimensión de sus virtudes mortales en el momento de fallecer, para ser conducidos directamente al paraíso; o bien, en su defecto, al infierno, si los pecados pesan más; la otra visión de este arcángel consiste en una estampa guerrera, con coraza y escudo con cruz florlisada y armado con lanza o espada, en combate con el Diablo al que vencerá finalmente.

En las fotos que mostramos, pertenecen a los restos del convento de San Miguel de la Cruz Dorada, y al arcángel de San Miguel que se encuentra en el lateral de la catedral Vieja.


Jose Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina.


martes, 14 de agosto de 2018

Ermita de Santa Barbara.


La historia de la ciudad, debe recordar las ermitas y conventos desaparecidos, hoy, aunque muy brevemente hacemos mención a esta ermita de Santa Bárbara.

Esta ermita estaba situada en el cerro de su mismo nombre, en el monte llamado “Calzones”. Su desaparición definitiva fue en la década de 1.980, en la cual se instalaron las antenas de radio y televisión en el terreno que ocupaba la ermita. Siempre se la tuvo gran devoción a esta santa protectora de las tormentas, no solamente en la ciudad, sino que las gentes de Malpartida de Plasencia, solían subir un día en romería a la ermita. De la imagen titular de esta ermita no se sabe su paradero en estos momentos. En el retablo de la Iglesia se San Esteban, hay una imagen de Santa Barbara, pero no creemos que fuese la primitiva de la misma
Al lado de esta ermita estaba la finca de recreo del obispo de Plasencia, la cual en la década de 1.980 se destinó para residencia de toxicómanos acogidos al Proyecto Hombre. Este “Palacio del Obispo”, lo mando construir en el año 1.594, D. Pedro González de Acevedo, el cual fue titular de la seo placentina desde el año 1594 hasta el año 1609 en que falleció.

José Antonio Pajuelo Jiménez  - Pedro Luna Reina

miércoles, 1 de agosto de 2018

MEDIA VIDA EN IMÁGENES III. IGLESIA DE SAN JUAN.

                         EL AYER Y HOY EN IMÁGENES DE LA IGLESIA DE SAN JUAN.
                            DATOS PARA LA HISTORIA DE JA IGLESIA DE SAN JUAN.





IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA  O   SAN JUAN DEL ARRABAL

Esta iglesia data del siglo XIII, su bóveda es de ladrillo y su estilo es de principios del gótico con muchos apuntes románicos. Fue fundada después de la batalla de las Navas de Tolosa y fue la parroquia de Malpartida hasta el año de  1550. Que paso a tener jurisdicción propia, que es cuando el obispo Vargas de Carvajal edificó la iglesias del pueblo, al edificarse esta, se decidió que la imagen del Santo se trasladase la imagen a lo cual se opusieron los placentinos. Los chinatos vinieron una noche a Plasencia, sacaron la imagen del santo y se la llevaron a Malpartida, una vez allí se celebró una misa delante de la imagen con lo cual tomaban posesión de ella.
         Los placentinos al enterarse, salieron detrás de los chinatos, pero estos se defendieron en el puertecillo que comunica las dos poblaciones, y en las peleas que se produjeron fue cuando se quedaron con el nombre de “ Chinatos” los habitantes de Malpartida, pues tiraban a los de Plasencia grandes piedras y les decían que eran “chinas”.


D. Diego Gómez de Almaraz, el cual se enterró en esta iglesia, dejo en el año 1.406 una dehesa, cinco casas una huerta y dos viñas, con la condición de que se cantase una misa de la Santísima Virgen todos los sábados y aniversarios de sus familiares allí enterrados.  Entre estos familiares estaban su abuelo, Juan Alfonso de Almaraz, Blasco Gómez su padre, Juan Alfonso su hermano y Esteban Fernández del Bote su tío. El enterramiento de D. Diego Gómez era un hermoso lucillo de mármol blanco sobre el que estaba la figura yacente de D. Diego con traje militar. Este monumento funerario de vendió en el siglo XIX por el precio de 1.250 pesetas.
Los encargados de celebrar la misa sabatina eran los miembros de la Universidad de Curas de Plasencia, los cuales una vez finalizada se reunían en la sacristía de la iglesia para celebrar su cabildo semanal.
En las revueltas de los comuneros, quemaron estos unas casas en lo que hoy es la Plaza de Ansano y como se extendió el fuego también quemaron la iglesia de Santa Isabel. A los incendiarios se les puso 120 ducados de multa, que fueron a parar al Cabildo de Curas con la condición que hiciesen un altar a esta Santa en la iglesia de San Juan, y así lo hicieron, colateral al de armas de los Reyes Católicos, al lado del Evangelio
 Cuando se expulsó a los moriscos  en el año 1.609 quedó casi sin feligreses. Durante la guerra de la Independencia fue quemada la cercana  iglesia de San Miguel, por lo que su feligresía fue añadida a esta parroquia de San Juan.
En las revueltas de los comuneros, quemaron estos unas casas en lo que hoy es la Plaza de Ansano y como se extendió el fuego también quemaron la iglesia de Santa Isabel. A los incendiarios se les puso 120 ducados de multa, que fueron a parar al Cabildo de Curas con la condición que hiciesen un altar a esta Santa en la iglesia de San Juan, y así lo hicieron, colateral al de armas de los Reyes Católicos, al lado del Evangelio.
 Por el año 1.860 se hundió el tejado, y el obispado en vez de arreglarlo, vendió  la iglesia. La parroquia se trasladó a la iglesia de la Encarnación y después a la de las Claras hasta su extinción el 30 de  junio del año 1.896.
Las losas  de los sepulcros que había en el suelo de esta iglesia las empleó el alcalde republicano Evaristo Pinto para enlosar la calle de Santa Ana, en el siglo XIX.
En esta iglesia tenía su sede la cofradía de Nuestra Señora de Roqueamador, la cual era la más antigua de la ciudad. Esta advocación se importó de Francia, donde era originaria esta Virgen.


Vicente Paredes dice que por 1.900 era esta iglesia un cebadero de cerdos y después fue una fábrica de cerillas. En la segunda mitad del siglo XX el Ayuntamiento permutó el terreno de esta iglesia a sus propietarios por otro terreno municipal. Después de una controvertida restauración se ha recuperado de la ruina este emblemático edificio.
         El campanario, o espadaña de esta iglesia estaba al lado izquierdo de la entrada, tenía dos campanas llamadas San Protasio y San Gervasio. Estas campanas se realizaron en el año 1.409.Estas campanas  fueron donadas al santuario del Puerto y sus nombres se cambiaron por el de Cachorra y Leona.



Jose Antonio Pajuelo Jimenez - Pedro Luna Reina.

jueves, 26 de julio de 2018

MEDIA VIDA EN IMÁGENES. II

Escalera del Convento de Santo Domingo.Hoy Parador de Plasencia.


Puerta de Coria


Puerta Berrozana


Jose Antonio Pajuelo Jimenez - Pedro Luna Reina.




domingo, 15 de julio de 2018

MEDIA VIDA EN IMAGENES. PUENTE NUEVO



EL PUENTE NUEVO: FOTOS DE AYER Y DE HOY.












José Antonio Pajuelo Jiménez- Pedro Luna Reina

sábado, 7 de julio de 2018

PLASENCIA, FERIA TAURINA 1898,

Efemérides Placentinas.
Para la Feria del año 1898 se había confeccionado el cartel taurino de la forma siguiente; el primer día Rafael Guerra (Guerrita). El As del toreo en aquella época,  y Antonio de Dios Moreno (Conejito), intimo y protegido del Goloso; para el segundo día estaban anunciadas las Cuadrillas de niñas toreras, capitaneadas por Dolores Prentel y Angelita Armegol, la animación era extraordinaria.
 Desde días antes, el Club Guerrita presidido por el buen aficionado don Julián Simón , maestro nacional, hombre simpático, elegante, buen polemista en todos los asuntos taurinos, y gran partidario de su torero Guerrita. El club estaba situado en la calle de san Idelfonso nº 1, en la que no faltaban además de una fotografía del Diestro, varios fotograbados de revistas graficas taurinas con diversos motivos, anuncios en seda, cabezas de toro, y moños hechos y regalados por las señoritas de entonces.
Bullía diariamente el Club con el entrar y salir de los socios trayendo y llevando noticias, unas veraces y otras de fantasía; para todos los gustos. Allí el jacarandoso diestro de la Ciudad, Antonio Carvajal, peinado a lo torero, con sus persianas y un tupe hombruno de ala ancha, traje corto, y ceñido cadena y dije de oro, formaba pareja con Leoncio González (Blanquillo) honrado artesano, albañil, buena figura y valiente; el taciturno Antonio Norberan, buen banderillero y mejor persona; Juanito Soroña y Silva y Ángel Delgado Gregorio,  picadores en las novilladas caseras que se celebraban frecuentemente; el diminuto Fernando Verea, simpático, dinámico, gran aficionado a la guitarra que tocaba con gusto exquisito y tantos otros… que en su recuerdo detallado en esta líneas perdure en el ánimo de los aficionados y en la historia taurina de la Ciudad.

Desde dicho Club, enfilando la calle Pedro Isidro arriba, en oleadas continuas, los socios recolaban en “La Taurina” establecimiento de bebidas y de conversación situado debajo de los portales, donde se hacían los más graciosos comentarios con motivo de una u otra cosa sucedida; la cuestión era pasar el rato.
Como todo llega, llego por fin el día de la Fiesta, pues dos o tres días antes el tiempo comenzó a ponerse turbio  y se sucedieron los chubascos terminando con claros de sol. D. Antonio Lubián, cordobés muy afable y  simpático, empresario o representante de la empresa de la corrida, sentado en la terraza del Café Romero, se jartaba, de mirar al cielo y preguntar a unos y a otros si sabían algo de cuando iba a dejar de llover, y entre chato y chato de vino ni idea y acompañado de unos cuantos buenos amigos, D. Juan Silva, D. Juan Ocaña, D. Román Mora, D. José Romero, D. Manuel Cuevas, D. Juan Barona, D. Román Jiménez Millán y Amalio Arroyo Serapio apodado “el Chato”, que formaban parte de la primera Peña Taurina de Plasencia, en fin de todos los viejos y jóvenes que acudían al popular café Romero se comentaba la inestabilidad del tiempo, si se daría o no la corrida con el disgusto consiguiente;  y la corrida se dio porque el Guerra así lo quiso; no podía suspenderse porque él tenía las fechas posteriores comprometidas y de no darse, había que matar los toros en los corrales y perderlo todo, y fueron a la plaza; después del paseo, empezó a llover fuertemente estropeando  el trabajo que se había hecho por la mañana para poner el ruedo en condiciones; el tendido se quedó desocupado, únicamente un señor con un impermeable echada la capucha, se quedó solo en la barrera debajo de la presidencia aguantando el chaparron; los toreros en la puerta de arrastre envueltos en sus capotes unos de ellos, “ El Guerra”, hablando con el señor del impermeable y con  otro señor  en el callejón.
Cesa la lluvia, pero el suelo esta imposible, unas ordenes se dieron, entonces entraron en el redondel unos cuantos obreros armados con escobas para quitar el agua, el Guerra, señala los sitios más peligroso, pero debido a la torpeza de unos de los obreros no entiende lo que se le ordenaba,  hace que Guerra  salga al redondel, coge la escoba y barre un gran charco pero al mismo tiempo salta el señor del impermeable y agarra la escoba de otro obrero, comenzando al lado del Guerra hacer la misma faena, pero hay otro señor que va junto a ellos haciendo lo mismo .
Aclara la tarde y se da la corrida que fue estupenda; ha quedado en los anales taurinos como una de las más grandes corridas que lidió el coloso cordobés, que dio prueba de sus buenos deseos y amistad a los aficionados que le ayudaron en su barrido, que fueron D. José Romero García y Rafael Torres Canals.
Terminada la corrida en la “Fonda Romero”, el empresario D. Julián que pueden imaginarse como estaría, decía a los amigos que le rodeaban, en este pueblo solo le hace falta a ustedes  el Arca, que el diluvio es de vosotros.



Datos obtenidos de la revista de feria. Junio 1959.
Jose Antonio Pajuelo Jimenez - Pedro Luna reina
Pubicado el 22 de Marzo de 2013, en el antiguo bloc de la vozdemayorga.

jueves, 28 de junio de 2018

LA CALLE DE PERO ISIDRO




Rebuscando en nuestros archivos, encontramos curiosos artículos de sabor añejo y de un gran placentinismo.  Hoy publicamos uno aparecido en el año 1956.



LA CALLE DE LOS MISTERIOS.
Es la calle Pedro Isidro. En la antigüedad este Pedro era Pero, personaje misterioso que nadie sabe quién fue. No hubo historiador ni cronista que lo dijera, ni quedó rastro de tradición en que se trasluciera un indicio… ¡nada!
Quien fuera Pero Isidro es cosa que se perdió en la nebulosa de los siglos. ¿Qué hazaña o proeza hizo el personaje en cuestión para dar nombre a una calle? No llegó hasta nosotros noticia alguna. Pero siguen los misterios de esta pequeña y céntrica calle. En 1915 publicó D. Vicente Paredes en esta ciudad un libro titulado: “Orígenes históricos de la leyenda “La Serrana de la Vera”, que no es otra cosa que un proceso criminal contra el joven Antonio de Trejo y  D. Hernando de Almaraz, cuñado del anterior, entablado por D. Diego Paniagua, por allanamiento de morada y atentado contra su honor  y el de su familia, en la persona de Mari López, en la noche del 22 de mayo de 1573, después de pasada la feria y durante las fiestas del Corpus, donde se celebraron autos sacramentales, cabalgatas, danzas, comedias y alegrías de toros.
El proceso ruidoso fue encontrado casualmente por el referido D. Vicente Paredes en la tienda de viejo de Utrilla, que existía en la Plaza Mayor, en los soportales junto a la churrería que hoy existe.
En el libro se publican a manera de preámbulo, sendas cartas dirigidas a D. Marcelino Menéndez Pelayo y a D. Vicente Barrantes, los que a la sazón investigaban los antecedentes de la “Serrana de la Vera”, cuyas cartas les envió D. Vicente acompañadas de dos ejemplares de referido libro, como miembro que era de la Academia de la Historia, para que a su juicio pudiera deducir si la protagonista del proceso pudiera ser el abominable personaje de la leyenda. El proceso es largo y curioso, y fue llevado por el Corregidor de la Ciudad, D. Pedro Gómez de Vilacencio y por Gómez de Oropesa como escribano.
Los detalles de la escena que describen los testigos en sus declaraciones son en parte impublicables, sobre todo por el realismo del lenguaje de época en que la moralidad dejaba bastante que desear.
La ciudad entonces era pequeña, encerrada dentro de sus murallas, pues la expansión urbana extramuros se reducía a alguna ermita y santuarios y cruces de término, por lo que el escándalo debió de ser grande, con la comidilla y chismorreo de los clásicos mentideros de las gradas de los templos y el cotilleo de las comadres.
En la noche de autos, los vecinos de la calle Pedro Isidro se despertaron sobresaltados por el ruido de cuchilladas y las voces del galán pidiendo auxilio a los vecinos y clemencia al hermano de Mari López, al que prometía casarse con ella, como según él era su intención.
Aporreaba la puerta de los vecinos, muchos de ellos casi en paños menores, y al no abrir, algunos fueron a buscar el cuñado del pájaro encerrado, quien acudió presuroso, siéndole por fin franqueada la entrada por un criado negro de D. Diego. Ambos fueron heridos por el enfurecido hermano, y más grave al galancete con una mano atravesada.
D. Diego Paniagua se encontraba en la Feria de Trujillo, y al llegar viendo su honor ultrajado, entabló la querella criminal cuyo proceso nos describe con todo lujo de detalle, nombres de personas que no da lugar a duda.
Según se ve por las declaraciones de los “tórtolos”, que se entendían por señas, situándose Antonio de Trejo desde la esquina del convento de San Ildefonso, siendo notorio que la Mari López, la cual tenían dieciséis años, abrió la puerta a su enamorado voluntariamente.
Por lo que se vislumbra la niña debía de ser una “pánfila” de fácil persuasión acaso por la ingenuidad de su corta edad.
Ya dijimos que el galancete se quería casar, pero su madre, Dª Catalina de Trejo, que acaso viera algo raro en la doncella en la blandura de corazón, ocultó a su hijo en Santo Domingo y más tarde lo hizo viajar poniendo tierra por medio, saliendo sigilosamente de noche hacia Galisteo y Ceclavín con la intención de que pasara a Portugal, en cuyo viaje tenía que dormir en las iglesias que, como lugares sagrados, eran entonces invulnerables, ya que era perseguido por la justicia.
Dadas las costumbres de la época, el hecho en sí no tenía más importancia que la categoría social y la alcurnia de las personas que figuran en el proceso, lo mismo los protagonistas que muchos de los testigos que declararon a favor de la reconocida honestidad de la hija de D. Diego.
D Francisco de Carvajal, pariente de los Trejo, hizo cuanto pudo por casar a los novios para apaciguar los ánimos pero no pudo reducir la voluntad de la madre, que demostró gran energía a pesar de que los Paniagua eran señores acaudalados.
Es curioso que la mayoría de los vecinos no pudiera firmar sus declaraciones por no saber, cosa corriente entonces. No se conoce la sentencia de de los procesados, ni si hubo boda más tarde.
“La Serrana de la Vera” inspiró a Lope de Vega y Carpio su famosa comedia, o bien fue el creador de la leyenda con su poética y fecunda imaginación, creando también el turbulento tipo de la feroz protagonista, por lo que no se puede asegurar que fuera Mari López, como ocurre en el caso de la “Dolores” de Echegaray, cuyo drama lo coloca en Calatayud.
Otra comedia sobre el mismo tema, de Luís Vélez de Guevara y dos autos sacramentales, uno de ellos de José Valdivieso, coinciden todos que la “Serrana de la Vera” era de Plasencia, aunque los nombres de ésta y el burlador son distintos en cada caso, así como los padres y otros personajes.
En el auto sacramental de Valdivieso aparece casada y discrepan bastante unos de otros en cuanto al argumento. Hay también romances, entre ellos el de Gabriel Acedo de la Berrueta, de 1666, en que asegura que la Serrana nació en Garganta la Olla, aunque titulaba “La Serrana de Plasencia”. No es caso de repetir aquí las fechorías truculentas de la repetida Serrana, que seguramente conoces, que tuvieron por escenario la sierra de Garganta la Olla, por venganza de un amante burlador, cosa que en verdad no fue tal, pues ya dijimos que este quería casar con Mari López.
Si es que la Serrana de la Vera existió, nadie puede asegurar que ésta fuera hija de Paniagua, ni donde nació, aunque lo diga Lope de Vega en su comedia, pues es sabido que el famoso “Fénix de los Ingenios” debió de conocer Plasencia, por el magistral poema en que describe el jardín del palacio del Duque de Alba, de la Abadía, y acaso se le ocurrió utilizar este pintoresco país en su poema escénico. ¿Dónde nació la Serrana de la Vera? Misterio. ¿Fue Mari López? No es probable dada la ingenua idiosincrasia que se observa a través del proceso.

Si existió, acaso fuera un marimacho sin entrañas o una enferma mental, que se echó al campo viviendo de forma tan primitiva para efectuar sus sádicas inclinaciones, cuyo nacimiento sería sabe Dios dónde, viniendo a buscar refugio en la ya célebre cueva de la Sierra de Garganta la Olla, donde fue perseguida por los cuadrilleros de la Santa Hermandad. Desde luego yo no creo que fuera placentina.
Poetas y romanceros poetizaron el célebre caso y los juglares cantaron la leyenda. El famoso histrión Lope de Rueda con su farándula, representó la comedia por villas y lugares. Fue seguramente una leyenda fantástica propia del siglo de Oro, emporio de las artes y de la literatura. Pero no puedo creer que Mari López fuese tan abominable heroína de la trágica leyenda.

Jose Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina

lunes, 18 de junio de 2018

CURIOSIDADES DE LAS GÁRGOLAS DEL AYUNTAMIENTO.



LAS GÁRGOLAS DE LA FACHADA DEL AYUNTAMIENTO.

El Hombre Salvaje:
Actualmente en paradero desconocido, se encontraba en la fachada del ayuntamiento en su parte superior derecha. Pieza de Granito de 54 cm. de altura. 
Era frecuente la utilización de la figura salvaje “hombre peludo” a lo largo del siglo XV. Se le solía colocar como genio protector en las fachadas de las iglesias, de los colegios o en las Casas Consistoriales, y palacios Nobiliarios. La que nos atañe es una  figura pétrea para algunos gárgola correspondiente a las Casas del Concejo del siglo XV conocida en los escritos como “Casa de las Gradas” hoy Ayuntamiento, que está agarrando entre sus manos una flauta. Semejante iconografía, aparece en otras casas de la ciudad. Hoy conservamos la foto extraída del libro Plasencia, patrimonio documental y artístico.


Hombre salvaje
En la cornisa de la balaustrada superior de la fachada del Ayuntamiento, tenemos cuatro gárgolas, situadas, dos en línea con los dos pináculos y otras dos en la cornisa de ambas torres. Tras un breve estudio, le hemos querido dar un significado a estas figuras, pues la denominación de gárgolas, creo que no es muy adecuada al no tener este uso las de aquí estudiadas.
Estudiadas con esmero, la hemos definido por lo que creemos que representan.

El Borracho:
Presenta a un hombre cuyos rasgos muestran la embriaguez, parece que está cantando mientras apoya su cabeza en una bota u odre de vino, que lleva entre sus manos.
El borracho
El Prestidigitador:
Representa a un hombre con la cara deformada, grandes orejas separadas, ojos hundidos y enorme papada. Muestra entre su mano izquierda vuelta hacia arriba una bola. Su mano derecha destruida, se dirige hacia el vientre, quizás hacia un vaso que estaba entre sus piernas. Podría tratarse de un prestidigitador, intentando engañar a la concurrencia con sus juegos de mano.

El prestidigitador
Hombre o Mono:
Parece rascarse el pecho con los brazos, muestra sus órganos sexuales. Se le conoce como el hombre “itifálico”, símbolo de la lujuria.
El hombre mono

León y la Calavera:

Representa a un león que parece abrir sus fauces, tiene entre sus piernas una calavera símbolo de la muerte.
León y calavera.
Parece ser, que pudiera interpretarse como un aviso dado por el Ayuntamiento, contra las malas costumbres sociales, como las relacionadas con la bebida, el juego o el sexo, cuyo fatal desenlace, sería la muerte, representada por un león y la calavera.

José Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina.




jueves, 7 de junio de 2018

FERIAS Y FIESTAS DE JUNIO. DATOS PARA LA HISTORIA

FERIAS DE JUNIO

Las Ferias y Fiestas de Plasencia se remontan a los orígenes de la misma ciudad. Ya en su fundación le concede el rey Alfonso VIII el privilegio de poder tener ferias propias.
El sentido de las ferias en las poblaciones era el tener un mercado franco una o varias veces al año, y así acudían gentes de todo los lugares a vender o comprar las más diversas mercancías. Como en estos días no se pagaban ningún tipo de impuestos por las transacciones, estas aumentaban muy considerablemente, lo cual era bueno tanto para compradores como para los vendedores.
En el fuero de la ciudad se refleja que la feria de Plasencia sería desde el día 1 de septiembre hasta el 29 de este mismo mes, festividad de San Miguel.
En el año 1.326, el rey Alfonso XI y la reina Doña Constanza, en un documento firmado en Valladolid el día 30 de Junio de ese mismo año, conceden a Plasencia la facultad de celebrar cada año en el mes de mayo una Feria Franca de 15 días de duración. El documento donde se otorgaba este privilegio era un pergamino con sello de plomo, que hasta el siglo pasado estaba en el Ayuntamiento, no teniendo noticias de donde puede estar en la actualidad.
Durante el mandato de los Zúñigas se trasladó esta feria a los meses de noviembre y diciembre. Cuando los Reyes Católicos liberan a la ciudad, vuelven a dejar la feria en sus fechas anteriores, es decir, al mes de mayo.
Debido a que en esas fechas casi siempre llovía, se acordó retrasarlas al mes de Junio y así se celebran en la actualidad desde el día 7 al 10 de este mes.
Plasencia Feria de Ganado. El Cachon. 1966 y 1960.

En las ferias de Plasencia se celebraban los mercados ganaderos, en el paraje llamado “la Alameda de san Antón”, luego se pasó al llamado los “Cachones” debajo del Puente de Trujillo, y en esa zona se concentraban miles de cabezas de ganados de distintas especies, por último se realizaron en la finca “Capote, propiedad municipal, y en la actualidad no se celebra feria de ganado.


FERIA DE PLASENCIA - 1882
En los días 25,26 y 27 del mes de mayo se celebra en esta Ciudad la feria de ganado CABALLAR, MULAR, ASNAL, VACUNO, LANAR, CABRIO Y DE CERDA.

No se exigirá impuesto alguno, y los ganaderos tendrán GRATIS abundantes pastos en la Alameda de San Antón y sitios cercanos.

Si el tiempo lo permite se estrenará la magnífica PLAZA DE TOROS que se está construyendo y que hará de 7500 a 8000 personas, lidiándose seis toros cada tarde de la ganadería de D. Jacinto Tres- Palacios, vecino de Trujillo con divisa encarnada y verde y lidiados por las cuadrillas de Cara-ancha y Frascuelo.

También se preparan grandes fiestas y magníficos y sorprendentes fuegos artificiales”.
Feria de Ganado. 1918 Plasencia.
FERIA DE PLASENCIA - 1882

BANDO – D. RAMON GARCIA CEVA – Alcalde Constitucional de Plasencia –
HAGO SABER: Que debiendo comenzar el día 25 del corriente la Feria que celebra esta ciudad, he venido en decretar, para el mejor orden y arreglo de la misma, las disposiciones siguientes:
1ª Conforme a acuerdo del Municipio queda designado para la celebración de la Feria el sitio denominado “San Antón” y todas sus inmediaciones de dominio público, con pastos, fuentes, abrevaderos y lagunas que comprenden.
2ª El ganado vacuno se colocará en la Alameda, entre el paseo y el cordel; el caballar, mular y asnal en la misma Alameda, y el lanar y cabrio en el terreno o espacio llamado “Cotillo de San Antón”.
3ª Los rodeos demarcados se abrirán el día 24 a la puesta del sol, quedando antes prohibida en los mismos la entrada de ganados, los cuales serán debidamente distribuidos y sin preferencias, si bien los que llegaren con posterioridad no tendrán derecho a desalojar los ya instalados.
4ª Con el objeto de evitar atropellos o desgracias queda prohibido el tránsito de caballerías y carruajes desde la Plaza a la Feria por la calle del Rey, puerta y paseo de San Antón.
5ª La Comisión de Feria a instancias de los interesados designará los puntos de instalación para el Comercio y cualquiera otros puestos que hayan de establecerse, invitándose a todos indistintamente a que decoren sus tiendas y presenten en ellas abundante surtido.
6ª Se prohíbe las corridas de caballerías por el rodeo, excepto, si fuese necesario, para alguna transacción, participándolo antes a la Autoridad.
7ª Los puestos de vinos u otras especies de bebidas, no podrán establecerse sin permiso de la Comisión.
8ª En la tarde del 27 saldrán inmediatamente de sus respectivos rodeos todos los ganados, quedando en otro caso responsables sus dueños.
9ª Los compradores se proveerán del oportuno “Vendí” que les serán facilitados por los encargados de este servicio.
10ª En el Pabellón del Ayuntamiento se constituirá una Comisión de Autoridad con el objeto de oír y resolver las reclamaciones que se hiciesen, siempre que no correspondan al orden judicial.
11ª La infracción de las disposiciones contenidas en este bando o de cualquiera otra comprendidas en las Ordenanzas Municipales, será castigada con multa de 1 a 5 pesetas, según las circunstancias y faltas cometidas.
12ª Los agentes de mi Autoridad cuidarán de cumplir y hacer que se cumpla cuanto queda prevenido y ordenado en el presente bando de buen gobierno.
Plasencia 20 de Mayo de 1882

Fotos portadas revistas de Feria 2018

Jose Antonio Pajuelo Jimenez - Pedro Luna Reina

lunes, 28 de mayo de 2018

ARTISTAS PLACENTINOS DEL CORCHO



DON CASIANO SEVILLA
El año 1.914 visitó Plasencia el Rey Alfonso XIII, el cual venía a conocer las Hurdes, pues el doctor Marañón que era su médico de cabecera las había visitado anteriormente y quedó tan impresionado de lo que vio que se lo contó al Rey, el cual quiso verlo personalmente.
Entre los regalos que se le hicieron había una talla de corcho la cual le gustó tanto al rey que quiso saludar al artista. Este artista era Casiano Sevilla, padre de Antonio Sevilla, que también era escultor de corcho.
Al saludarlo el Rey le dijo que le pidiera algo a cambio de la talla y Casiano Sevilla le dijo al Rey: " Majestad a mí me gustaría tener el título de Don, para que la gente me llamase Don Casiano." Esto era lo que menos se podía esperar el monarca, y tanta gracia le hizo que le prometió que lo tendría. Al cabo de un tiempo recibió Casiano un certificado de la Casa Real en el que se le comunicaba que su Majestad le confería el título de Don. Y desde aquel día fue Don Casiano Sevilla.



ANTONIO SEVILLA GONZALEZ.
En el día 25 de Agosto del año 1983, día de la Asunción de la Virgen se nos fue para siempre Antonio Sevilla, uno de los mejores artistas que ha tenido Plasencia y único en la muy difícil técnica de tallar el corcho, materia tan fácil como engañosa que él supo elevar a la categoría de talla artística, logrando hacer retratos, caricaturas, cuadros etc.de un realismo y belleza increíbles. Sus fabulosos Quijotes y Sanchos, su conde de Romanones, Manolete ( repetido más de cien veces), Marañón, Benavente y mil personas más de la vida pública de España. También personajes populares y pintorescos de la vida local realizados en maravillosas tallas; Pilouto, Martin Carona, Polo Taravillo, Palomero etc…
Las grandes estrecheces económicas, las mil y una enfermedades que le acecharon durante toda su vida le obligaron a dejar a la edad temprana su oficio de albañil y seguir los pasos de su padre (Cayetano Sevilla, notable tallador del corcho, de vida bohémica, artista que murió joven)
Su mujer María Lorenzo que fue una maravillosa compañera que nunca se quejo y supo estar apoyando a Antonio, en todo momento y circunstancias, pese al genio que en alguna ocasión sacaba el artista y al apoyo que le prestó su numerosa prole, que también desde muy pequeños ayudaban a sus padre en la elaboración de tapones, industria que era el principal ingreso de la familia, pues la venta de las tallas era escasa y mal pagada y en aquella época poco comprendida.
Los afanes de sus ansias de darse a conocer y ser apreciado, como que era y se sentía un Artista.
A continuación , reproducimos la entrevista del periódico “El Regional” del 9 de junio de 1970:Con motivo de la exposición de algunas de sus obras en el Círculo Placentino, de que dimos cuenta en nuestro número del 26 pasado, hemos charlado brevemente con este artista amigo y transcribimos algo de los que nos dijo.
Cuenta 65 años y es natural de Plasencia. Tiene seis hijos. Su padre, de quien heredó la vocación artística y la maestría, se llamó don Casiano Sevilla Bodeguero. Le preguntamos.
- ¿Hay en España alguien conocido que se dedique a este arte de las figuras en corcho?
- Ninguno; así categóricamente.
- ¿Cómo se explica esta vocación suya?
- Por recibida de mi padre, mi único maestro y único y original artista en este género.
- ¿Tiene Ud. discípulos?
- Ni siquiera mis hijos, solamente una hija tenía decidida vocación y actitud, pero ella, como los demás, tuvieron que trabajar para ayudar a la familia desde muy temprana edad; ésta además se vio precisada a prestar asiduos y penosos cuidados a su madre atacada de parálisis incurable y luego contrajo matrimonio y las obligaciones de su nuevo estado la impidieron ya definitivamente cultivar este arte del corcho.
- ¿Por qué siendo Ud. a nuestro juicio, único y original artista en este género no le vemos sobresalir nacional e internacionalmente?
- Por que he vivido en una situación constante de completo desamparo, falto de estímulos y medios económicos, todo lo cual me ha impedido una dedicación completa a mi arte y consiguientemente, el darme a conocer. Me he visto siempre obligado a trabajar en otras cosas para ganar el necesario sustento de toda mi familia.
- ¿Cuál es la situación actual de su producción artística?
- Más favorable, pero he de decir que esta producción es colocada mayormente entre extranjeros que directamente me lo solicitan, haciendo gran estima de mis trabajos, lo que en pocos casos sucede entre los nacionales.
- ¿No tuvo nunca algún mecenas o protector?
- Nunca en los tiempos pasados. En estos últimos años sólo la Caja de Ahorros me otorgó un donativo de ayuda para unas exposiciones que realicé en Valladolid y Toledo, donde obtuve franco éxito artístico y realicé algunas ventas estimulantes; y así es como me voy defendiendo.
-¿No trabaja más que el corcho?
- También la madera y escayola, pero estas materias las tengo abandonadas.
- ¿Por qué no abre Ud. una academia para dejar discípulos que aun pudieran aventajarle en este arte original?
- Lo haría con gran placer y sería la mayor satisfacción de mi vida, pero sigo sin medios para poder realizar esta idea, truncada ya en muchas ocasiones. Debo lamentar que cuando yo desaparezca este arte mío sufrirá un largo eclipse, porque pienso que a muy pocos puede seducir el mismo con su humilde apariencia, aunque entraña una exigencia de vocación y genio, como los demás y tiene su especial manifestación de belleza.
Terminamos con un fuerte apretón de manos y deseándole a nuestro buen amigo y gran artista Sevilla, que alcance a ver la realización de sus mejores aspiraciones.

Jose Antonio Pajuelo Jimenez - Pedro Luna reina





martes, 22 de mayo de 2018

LAS CAMPANAS DE LA CATEDRAL.

CAMPANAS DE LA CATEDRAL DE PLASENCIA,
DATOS PARA LA HISTORIA.

El día 16 de Abril de 1.409, en el arrabal de San Juan,  se fundió la  campana llamada Alta Clara, la cual estaba quebrada, de ella se sacaron dos campanas llamadas San Gervasio y San Protasio,  y se le colocaron asas nuevas a la llamada Camacha. Costó 4.000 mrs., la catedral costeó el gasto de los operarios y seis pares de  fuelles de ferrero.
Mientras se fundían estas campanas, todas las campanas de la ciudad estaban repicando y  se cantaba el “Veni Creador Spiritus”,  y el “Ave Maris Stella”. Una vez terminada la fundición se entonó el “Te Deum laudamus” como acción de gracias.

En 1.485 se fundió la campana mayor llamada Santa María. Tiene el escudo del obispo don Rodrigo Dávila. Popularmente se llama a esta campana María de la O. Dice una tonada popular:
María de la O me llamo / cien quintales peso /  quien no me crea / que me coja en peso / de una vuelta a la ciudad / y me vuelva a colocar / en el mismo lugar. Esta campana es la más grande de todas, está orientada hacia el río. La campana María de la “O” se rompió en el año 1894, en un toque de rebato.
"Sermonera"
En 1.509 el maestro Claude fundió una campana que pesó 51 quintales, por la cual el Cabildo le pago  315 mrs. por quintal. 
En 1.544 se fundieron dos campanas de la catedral que estaban rotas, se llamaban "de la Obra" y  "la Sermonera", una vez fundidas se llamaron "San   Blas"  y  "San Gregorio"
El 27 de febrero de 1.567 se mandó fundir la campana grande de la catedral (voz de contrabajo) aumentando el metal necesario para que quedase el mismo peso que tenía antes.
El maestrescuela Juan Correa y Roldán dice que las tres campanas mayores de la torre de la catedral (hay seis) se llamaban, Doña María, Santa Eulalia y Altaclara, y sus sonidos eran de  alto, bajo  y  tenor. Esta campana Altaclara se rompió y fue fundida para sacar otras de ella, en su lugar se colocó la campana llamada Santa Bárbara.
Esta orientada  mirando al río la llamada  Doña María o Maria de la O,  Santa Barbara mira hacia el puente de Trujillo y Santa Eulalia de Mérida está orientada hacia la Puerta de Talavera.
Dice Pascual Calvete en su libro Historia de  las Campanas (1.991),   que la campana María de la O, la mandó hacer el obispo D. Rodrigo Dávila, siendo mayordomo Juan Tostado, según dice la inscripción que lleva.  Aunque la copla dice que pesa 100 quintales (4.600 kilos), la verdad es que debe de pesar mucho más, pues la Sermonera (Santa Bárbara) pesa 240 (11.000 kilos) y es más pequeña que esta.
"Maria de la O y Sermonera"

La campana Santa Eulalia de Mérida pesa 200 arrobas  (2.300 kilos), y la mandó construir el obispo Casa y Souto.

La llamada de Santa Bárbara, el pueblo la conoce como “La Sermonera” porque anunciaba que al día siguiente  había sermón solemne.  Fue hecha por Gaminio Hernández, siendo mayordomo Fernando Egido. Pesa 240 quintales (11.000 kilos).
Un quintal pesa 46 kilos y una arroba 11.5 kilos
Era costumbre ungir las campanas con  el Santo Óleo  o Crisma, para que su sonido fuese santo incitando a los cristianos a la oración y aborreciendo a los demonios. Se ungían con óleo por fuera, haciendo siete cruces, y por dentro se hacían cuatro cruces con el crisma.
 Así mismo se decía que el sonido de las campanas tenía el poder de alejar las tempestades, adelgazar el aire, y deshacer los nublados.
Cuando no se sabía si una campana estaba  bendecida, se procedía a bendecirla de nuevo y ha partir de entonces se la solía llamar “Campana jurdana” por el bautizo del río Jordán. Esto pasó mucho en la época de la reconquista, en la cual no se sabía que campanas eran árabes y cuáles eran cristianas de antes de la invasión.
"Santa Eulalia"
La palabra campana viene de la región italiana de La Campania, de la cual era natural San Paulino de Nola, el cual empezó a usarlas  por los años 410 a 430, para llamar a los fieles a las iglesias. En su honor a las campanas pequeñas se las llamó durante muchos años "Nolas" y a las grandes "Campanas".
Las campanas están compuestas de tres partes, El Jubo o brazos, la Copa o cuerpo y el Badajo.
El jubo suele ser de madera (también los hay de hierro), lleva unos tirantes sujetos con tuercas y en cada extremo de dicho jubo se hallan los ejes, los cuales terminan en unos cojinetes, el exterior de madera y el interior de metal. Estos cojinetes van apoyados en el campanario.
La Copa o cuerpo es de bronce con varias aleaciones, las cuales le dan la sonoridad a la campana.
El badajo puede ser  todo de hierro, o bien de madera con la coronilla de hierro.
Como curiosidad diremos que la campana más grande de la iglesia católica está en la catedral de Colonia y pesa 27.000 kilos.
Pero la más grande del mundo es la llamada Tzar Kolocol, la cual está en el Kremlin (Moscú) que pesa la friolera de 180.184 kilos. Tiene una circunferencia de 20,53 metros,  más de 6 metros y medio de diámetro, una altura de 5 metros y un espesor de 0,61 metros. Esta campana se rompió hace tiempo y solo está expuesta como atracción turística.
La campana del reloj de la catedral se considera la más antigua de la ciudad, se cree que es del tiempo del rey fundador Alfonso VIII.
La torre de las  campanas es del siglo XIII o XIV, hoy está adosada  a la catedral nueva por el sur, a la altura de la sacristía-cerería, ocupa el lugar de un cubo de la muralla. No se sabe bien qué relación de proximidad tenía con la catedral vieja. La torre tiene una altura de 29,5 metros. El primer cuerpo macizo de 8,15 metros sobre el enlosado. El campanario está cubierto por una bóveda de crucería con nervios a las esquinas, que está ocupado en el centro por dos grandes mochones de piedra.
A la altura del segundo piso se ven unas ventanas  ojivales que miran hacia la muralla, estas ventanas servían como puertas para el paso de la ronda cuando la muralla estaba adosada a esta torre.
Aunque hoy se ve la torre pegada a la catedral, en sus principios no lo estaba, ya que la  cabecera de la catedral antigua  llegaba hasta los púlpitos de la nueva.
 Estas torres separadas de las iglesias  solían tener dos funciones; una, la de avisar de los oficios religiosos, los cuales servían de reloj a la población, y la otra función sería la de toques civiles, es decir, llamadas a la población para avisos de eventos extraordinarios como incendios, asaltos, tormentas, etc.…

Pedro Luna Reina - Jose Antonio Pajuelo Jiménez.