EL BANDIDO CABRERÍN.
Durante el siglo XIX,
un pastor llamado Juan Morales González, se dedicaba al cuidado de un rebaño de
cabras en la zona extremeña de Serradilla, este hombre se vio involucrado en la
muerte de un hombre en la zona de Peñafalcón, cerca de lo que conocemos por el
nombre de Salto del Gitano, por lo que huye al monte donde se encuentra con
otros prófugos de la justicia y deciden crear una banda de salteadores.
La audacia e inteligencia,
le hizo convertirse en el jefe de los bandoleros, progresivamente fue
adueñándose de toda la zona de Monfragüe.
Por el antecedente de
haber sido cuidador de rebaños de cabras, fue apodado con el nombre de “el
Cabrerin”, consiguiendo gran fama y respeto en la zona, y supo enfrentarse
a otras bandas como los Mendozas o los Java.
Según cuenta la
leyenda, don Julián Silva, el hombre más rico de Extremadura, fue secuestrado
por unos bandidos y llevado al Puerto de la Serrana con exigencias de dinero y
amenazas de muerte. Al tener noticias de ello Cabrerín fue allí, le salvó la
vida y le puso en libertad. Se presentó a don Julián diciéndole: "yo soy
Cabrerín, el jefe de los bandidos de la sierra y usted es el dueño de muchas
tierras de la comarca y de los ganados que pastan en ellas; ambos podemos vivir
aquí, pero nos interesa ponernos de acuerdo porque los dos nos podemos ayudar y
servir mutuamente respetando ciertas condiciones. Si usted se compromete a
darme en dinero o en comida lo que yo necesite para mantener a mis hombres en
la sierra, yo le prometo que sus ganados y tierras serán respetadas por
nosotros y en nosotros encontrará usted el mejor guarda para su hacienda".
Don Julián que no
esperaba tal ofrecimiento quedó contento y conforme con el acuerdo, rubricándolo los dos con un apretón de manos. De aquí nació la sincera amistad
que mantuvieron como dos buenos amigos durante su vida. Los bandidos con el
jefe al frente, fueron a tierras andaluzas a realizar alguna de sus hazañas;
pero tuvieron mala suerte porque fueron sorprendidos y apresados por la
justicia. El Cabrerín fue enviado al penal de Ceuta a cumplir su condena.
Cuando Juan Morales González, alias "El Cabrerín", salió de la cárcel
con 79 años, volvió a su pueblo natal, Serradilla (Cáceres), se encontró sólo,
ya que sus compañeros estaban dispersos, y la gente del pueblo no confiaba en
él. Necesitaba un amigo de verdad que fuera sincero, que supiera escuchar y
aconsejar a la vez: no tenía otro mejor que don Julián Silva por la confianza y
la antigua amistad que les unía. Fue a verle al palacio que tenía en la dehesa
del "Haza de la Concepción" a orillas del río Tiétar, Don Julián le abrió
las puertas de su casa pues nunca olvidó el favor de Juan Morales “Cabrerín” que
le había hecho.
Juan Morales le contó
con detalles cómo fueron sorprendidos por la Justicia y sus aventuras en el
penal, la desilusión que se llevó al no encontrar los tesoros escondidos, le
habían robado todo, el cansancio que acusaba por su ya avanzada edad, hizo que
D. Julián para que no le faltara nada, ya que estaba agradecido por los
servicios que Cabrerín y sus compañeros le habían prestado en la vigilancia y
protección de su agencia, le facilitó el ingreso en el asilo de los ancianos de
Plasencia. En este centro benéfico pasó el resto de su vida Cabrerín, el
bandido generoso más valiente y honrado que ha tenido Extremadura. Murió en el
Asilo el día 9 de Abril de 1902 a los 89 años de edad.
CLAVES-COMENTARIO:
Historia recopilada por FERNÁNDEZ GARCÍA, Bautista. En la revista Aires
Chinatos, nº 26.
Jose Antonio Pajuelo Jiménez- Pedro Luna Reina.
"SEMBRANDO CULTURA"
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