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jueves, 31 de enero de 2019

EL MARQUES DE VADILLO Y LA ERMITA DE LA VIRGEN DEL PUERTO MADRID. PARTE II.

ERMITA DE LA VIRGEN DEL PUERTO DE MADRID.

IMAGEN DE LA VIRGEN DEL PUERTO.
Nada más llegar a Madrid, el marqués del Vadillo mandó hacer una copia de la Virgen del Puerto de Plasencia y la depositó en el Colegio Imperial de la Compañía de Jesús o El Colegio de San Pedro y San Pablo de la Compañía de Jesús, en la calle de Toledo. 
Tras la expulsión de los jesuitas en 1767 la iglesia se transformó en colegiata, cambiando su advocación a San Isidro, y pasando a albergar desde ese momento los restos del Patrón de Madrid  y su esposa, Santa Maria de la Cabeza.
El día 15 de mayo es nombrado Superintendente General de Hacienda. Este cargo lo ocupó hasta el año 1717.
El día 8 de octubre de 1715, es nombrado Corregidor de Madrid.
En su cargo de corregidor de Madrid, quiso embellecer la ribera izquierda del Manzanares que era un paraje en estado salvaje. Se acondicionó un largo paseo al pie del Campo de la Tela (parque de Atenas), sustituyendo al paseo alto y al paseo bajo que ya existían.  El Corregidor se puso en contacto con el  arquitecto Pedro de Ribera, el cual era discípulo de los Churriguera, para que realizase esta obra.

ERMITA Y LAVANDERAS.
Viendo el Corregidor que en este paraje era donde solían las lavanderas ejercer su oficio, pensó hacer una ermita para que pudiesen oír misa antes de empezar sus labores. Así mismo mandó hacer edificios contiguos a la ermita para que sirviesen de colegios-guarderías para los niños de las lavanderas.
Pedro de Rivera llevó a cabo las ideas de don Francisco y realizó una ermita de estilo barroco con varios edificios anexos a la misma, y rodeada de jardines.
El marqués dedicó la ermita a la advocación de la Virgen del Puerto.
El edificio se inauguró el 10 de septiembre de 1718 con el traslado en solemne procesión, de la imagen de la Virgen del Puerto desde el Colegio Imperial hasta la nueva ermita con asistencia del Cabildo, Comunidades de la Villa y su Ayuntamiento, que acordó hacer ese día festivo.

PATRONATO DE LA ERMITA.
El 8 de marzo de 1725, ante el escribano don Manuel Naranjo, don Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre, marqués del Vadillo, otorgó escritura fundacional de las capellanías y obras pías y dejó estructurado el patronato que había de regirla. A este fin dedicó el marqués ocho efectos (sisas) contra la villa de Madrid que rentaban anualmente 12.224 reales y 12 maravedíes.
(Sisa es un tipo de tributo que se paga por razón de las cosas vendidas o mantenimientos que constan de peso y medida.)
Otras fuentes dicen que dotó a su patronato con generosidad hasta el punto de nombrar a la ermita heredera de un tercio de sus bienes
La ermita tenía adosadas varias edificaciones con diversos usos. Unos sirvieron de viviendas y otros sirvieron de escuelas-guarderías para los hijos de las lavanderas que ejercían su oficio en este lugar.
Durante el reinado de Fernando VI (1746-1759) se hizo el camino Alto de la Virgen del Puerto y en él reinando ya Carlos III la escalinata doble de bajada a la ermita.
De este paseo decía Ramón de Mesonero  Romanos (1803-1882): “los apuestos galanes de la corte de los Felipes holgaban de lucir su gallardía dominando un fogoso alazán, corriendo una sortija, quebrando una lanza o rejón y tendiendo un toro a sus pies”


GUERRA CIVIL.
Durante la Guerra Civil de 1936 la ermita  fue saqueada  destruyendo todos los retablos e imágenes que en ella había, entre ellas, la de la titular la Virgen del Puerto. El edificio y las construcciones anexas quedaron  muy dañados por las bombas que sobre ellos cayeron.
  En el mes de enero de 1945 todos los terrenos de la ribera izquierda del Manzanares fueron despropiados incluida la ermita del Puerto, la cual paso de la fundación  de los herederos del Marqués del Vadillo al Organismo Autónomo “Canalización del Manzanares”
En 1945 fue restaurada por el arquitecto del Organismo Autónomo “Canalización del Manzanares”, Rafael Mendoza Gimeno conjuntamente con otro arquitecto, Jenaro Cristos de la Fuente, suprimiendo las edificaciones adosadas a la ermita,
Ese mismo  año de 1945 fue declarada Monumento Nacional.
En 1951 fue abierta nuevamente al culto dependiendo del Obispado de Madrid a quien le fue cedida por el organismo “Canalización del Manzanares”.
Entre 1950 y 1980, la Dirección General de Bellas Artes llevó a cabo diversas obras de restauración y conservación bajo la dirección de José Manuel González-Valcárcel.
Este arquitecto fue el encargado de restaurar el Monasterio de Yuste entre los  años 1941-1958. En 1966 restauró el Ayuntamiento de Plasencia.
Trabajó en el mantenimiento de la catedral de Plasencia. Mas modernamente se ha vuelto a restaurar, eliminando los revocos de las fachadas y dejando a la vista la sillería y el ladrillo y devolviendo las torres sus características cubiertas de pizarra. Hoy se encuentra paisajísticamente integrada en los jardines del Madrid Rio.
La imagen primitiva de la Virgen del Puerto, al igual que los retablos y todo lo que de artístico contenía esta iglesia, quedó destruida durante la guerra civil, siendo la imagen actual una copia realizada por el imaginero talaverano Víctor González Gil. (1912-1992).
Este escultor hizo una réplica del Cristo de la Victoria de Serradilla para la Parroquia de San Millán y San Cayetano, de Madrid

VIRGEN DE SOPETRAN – PATRONA DE JARANDILLA DE LA VERA.

En el año 1963, se crea la Cofradía de la Virgen de Sopetrán, patrona de Jarandilla de la Vera, promovida por un grupo de jarandillanos residentes en Madrid


En la capilla del lado de la Epístola (a la derecha del altar según se mira) está la imagen de  Nuestra Señora de Sopetrán, patrona de Jarandilla de la Vera.
La fiesta de la patrona de Jarandilla se celebra en Jarandilla, el jueves anterior a la Ascensión del Señor, es decir, cuarenta días después del Domingo de Resurrección.
Su fiesta en Madrid se celebra posterior a la fecha de Jarandilla.




“LA MELONERA”.

La festividad de la Virgen del Puerto de Madrid se celebra el 8 de septiembre, el cual está dedicado a la Natividad de la Virgen María.
La imagen de la Virgen del Puerto de Madrid es conocida con el sobrenombre de la “Melonera”, este apelativo le viene dado  por los puestos de melones de Villaconejos que se solían instalar en las cercanías de la ermita y del puente de Segovia con motivo de las romerías celebradas principalmente por inmigrantes asturianos y gallegos, que entonaban las canciones tradicionales de su tierra y celebrar bailes típicos. Estos grupos se hallaban enfrentados en dos bandos llamados los piloña  y los  pravia.
Las mujeres, por su parte, llevaban dinero a la ermita para comprar el mejor melón. La razón es que, según  cuenta una leyenda, una novia que fue plantada en el altar, recuperó a su novio por mediación de la Melonera. La chica, en agradecimiento, robó un melón y se lo llevó a la Virgen. Pero ésta lo devolvió a su sitio y le dijo -en sueños- a la joven que comprara el melón. Si lo comía con su novio tendría un buen marido. Desde entonces, las madrileñas llevaban dinero para comprar un melón para sus novios.

CUADROS DEL MARQUÉS DEL VADILLO.
Los cuadros que se conservan del Corregidor de Madrid fueron hechos por el pintor asturiano Miguel Jacinto Meléndez. El de medio cuerpo se conserva en el Museo Municipal de Madrid,Real Hospicio de San Fernando. Fue realizado en 1728.
El de cuerpo entero se puede ver en el Museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo. Se realizó entre 1729. 1730.

Hace unos años apareció otro cuadro de don Francisco Antonio, desconocido hasta entonces.
Se trata de un retrato de medio cuerpo de Antonio Salcedo y Aguirre, I Marqués del Vadillo (1646-1729), en el cual el artista se ha concentrado en el rostro, que sorprende por su viveza y en el pañuelo o corbata anudada al cuello y que cae sobre el pecho.
La obra, desconocida hasta ahora, se expone por primera vez en un museo gracias a la intercesión de Elena María Santiago Páez, especialista en la obra de Miguel Jacinto Meléndez y autora de los catálogos que se editaron con motivo de sendas exposiciones dedicadas al artista en el museo asturianos y al Municipal de Madrid, en 1989 y 1990, respectivamente.
Esta obra, en la que se aprecia el busto del Marqués del Vadillo y que ha sido calificado por el consejero de "gran calidad" artística, se expone al lado de otro retrato del aristócrata de cuerpo entero de gran similitud.


                      FUNCIONES DE UN CORREGIDOR.

Un corregidor era un funcionario real cuyo oficio comprendía varios ámbitos y emplazamientos, desde el provincial hasta el municipal.
Inicialmente se restaura desde las antiguas magistratura romanas, como un comisario regio itinerante, similar a un  Justicia Mayor del Rey.
Gestionar el desarrollo económico y administrativo de los municipios, presidir los ayuntamientos, dando validez a sus decisiones, ser juez en primera o segunda instancia, etc.
Entre sus muchas funciones estaban las de promover y ejecutar todo tipo de obra pública, mantener la salubridad y la policía, procurar que los juegos fuesen eutrapélicos, garantizar los abastos de las poblaciones, establecer los precios según los criterios escolásticos de la época (precio mínimo, máximo y medio también llamado el precio Justo), verificar pesas y medidas, evitar el contrabando, las mercancías prohibidas y en general guardar los buenos usos del comercio que incluían la prohibición taxativa de las usuras, todo esto según los criterios de la nominada Escuela de Salamanca y las respectivas leyes. Entre otros, sus auxiliares eran varios tipos de alguaciles y los llamados oficiales del “fiel” (varios antiguos cargos españoles ya existían en Grecia Clasica, como los del fiel).
Las funciones eran las propias de un gobernador con competencias en justicia, policía, hacienda, guerra, comercio y obras públicas. Al corregidor competía exclusivamente la convocatoria y presidencia de los ayuntamientos, donde actuaba como moderador de los debates, reservando su voto de calidad en caso de empate o desacuerdo entre los regidores. Cuidar del cumplimiento de las ordenanzas, si fuera preciso, podía enmendarlas o realizar unas nuevas con el acuerdo del regimiento.

Justicia

Las genuinas competencias del corregidor fueron las referidas a la administración de justicia, este magistrado ejercía jurisdicción civil y criminal a nivel regio, conocían la primera instancia y apelación en todas las causas, eran propiamente dichos veedores del rey, estando obligados a visitar, al menos una vez, todos los lugares habitados de su corregimiento. Dotados del mero e mixto imperio, asumían la jurisdicción del municipio quedando los alcaldes ordinarios subordinados a su actuación.

Policía

Mantener el orden público del municipio persiguiendo los delitos, protección de la moralidad e impedir los juegos prohibidos, además de vigilar campos, caminos, ventas y bodegas tenían a su cargo la custodia de los puertos y aduanas de su corregimiento para que no se sacasen cosas vedadas, como caballos o moneda.

Hacienda

Fiscalización de la hacienda municipal frente a las apetencias de la oligarquía ciudadana. Debía tomar las cuotas de propios y los repartimientos, vigilar que los nobles no arrendaran las rentas de los propios y que los repartimientos y derramas no sobrepasaran lo permitido por las leyes del reino, a ello se añadía el control de las rentas municipales. Otra importante función era efectuar censos detallados de población:
En la nueva monarquía constitucional pasan a desempeñarlas las figuras del alcalde, el gobernador provincial y el juez de primera instancia.

José Antonio Pajuelo Jiménez- Pedro Luna Reina.

El tiempo no se encuentra, el tiempo se fabrica. Si esperas tener tiempo no lo tendrás nunca. Estanislao Bachrach.

                                             "CREANDO CULTURA".


sábado, 19 de enero de 2019

DON ANTONIO DE SALCEDO Y AGUIRRE ."EL MARQUÉS DE VADILLO".



 

DON FRANCISCO ANTONIO DE SALCEDO Y AGUIRRE

          SORIA, 16.X.1646 – MADRID, 24.VI.1729       

 

Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre (¿San Andres de Soria?,1646- Madrid, 1729).
No se sabe con certeza donde nació don Francisco, reclaman este hecho la ciudad de Soria, San Andrés y Bliecos.  Fue bautizado el 17 de octubre de 1646 en el lugar de San Andrés de Soria

Era hijo de Antonio Ildefonso de Salcedo y Arbizu, y de María Teresa de Aguirre y Álava Isunza. Don Antonio Ildefonso,  fue regidor de la ciudad de Soria en 1655, caballero de la Orden de Alcántara y gobernador de las tierras que tenía la Orden en el partido de la Serena. Murió en el pueblo de Campanario de la Serena el año 1689.
La familia de don Francisco poseía grandes rebaños  de ganado, principalmente de ovejas merinas, y tenían también en arrendamiento enormes  extensiones de terreno  en Extremadura debido a la trashumancia.
La familia de don  Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre pertenecía  a   “Los Doce Linajes de Soria”. Esta institución fue creada por el rey Alfonso VIII imitando a la de Los Caballeros de la Mesa  Redonda que fundara el Rey Arturo de Inglaterra.  Siglos VI-IX
Los Salcedo tenían origen vasco y se asentaron en las tierras altas de la actual provincia de Soria, así como en la capital. ​ Eran grandes propietarios ganaderos y poseían también en arrendamiento grandes extensiones en Extremadura debido a la trashumancia.

EN PLASENCIA 1689-1696.
A finales de 1689 fue nombrado por el Consejo de Castilla corregidor de Plasencia.
Tenía 43 años, y ese mismo año había muerto su padre.
Se mantuvo en el cargo de corregidor  hasta los últimos meses de 1696. 
Aquí se desarrolló su devoción por la Virgen del Puerto, patrona de la ciudad, devoción  que mantendría el resto de su vida.

Su etapa como Corregidor de Plasencia duró siete años (1689-1696) y, contó, por lo general, con el beneplácito de la mayoría de los placentinos.
Al finalizar el primer periodo de tres años al frente del corregimiento, tanto el ayuntamiento como la población solicitaron su renovación, que fue concedida por el Consejo de Castilla.
 Igualmente pidió el ayuntamiento su prórroga en 1695, pero esta vez no fue aprobada la solicitud y fue relevado finalmente a finales de 1696.

ROBO EN LA ERMITA DEL PUERTO.
Durante su mandato de Corregidor en Plasencia sucedieron algunos hechos curiosos; un grupo de forajidos asaltó y robó las joyas de  la ermita de la Virgen del Puerto y se dieron a la fuga. Fue tanto el disgusto de don Francisco que hizo la promesa de no volver a afeitarse y mudar de ropa hasta encontrar a los ladrones.
Don Francisco, acompañado de alguaciles recorrió toda la comarca sin dar con ellos llegando hasta la raya de Portugal. No sabemos por qué cruzó la frontera y  afortunadamente para todos, fueron pronto apresados en  un pueblo de Portugal, pero las joyas las habían vendido en Lisboa y no se pudieron recuperar.

PLEITO DE LA GITANA - RELOJ.
En el mes de septiembre del  año 1695, unas gitanas fueron descubiertas robando en el mercado del martes en la  plaza mayor, al verse descubiertas salieron huyendo por la calle de Trujillo camino de los cachones, seguidas por el corregidor y sus alguaciles.
Una de las gitanas, llamada Ángela de Alvarado,  sin pensárselo dos veces, al llegar a la altura de la calle Blanca, se dirige y entra en la catedral de Santa María pidiendo acogerse a sagrado. En ese momento, las doce de la mañana, se estaba celebrando misa en el altar mayor.
El Corregidor y sus alguaciles, despreciando el derecho de asilo de la iglesia, entran en ella, armados con sus varas  y,  dando grandes voces, se acercan al altar  cogiendo a la gitana la arrastran hacia la calle a pesar de la oposición  de los canónigos y público que estaban en la iglesia.
Una vez en la calle la montan en un asno, y con la espalda al aire la van azotando hasta llegar a la cárcel de la ciudad.
El cabido catedral y el obispo se reúnen y proclaman excomunión mayor reservada a su Santidad, para el corregidor Salcedo.
Don Francisco Antonio, por supuesto recurrió la sentencia del Obispado y Cabildo.
Y aquí empieza un pleito que duró siete años, de 1695 hasta  1702, y que le costó 182.318 maravedíes al Corregidor Salcedo, puesto que dicho pleito se desarrolló en Plasencia, Salamanca, Córdoba, Madrid y Roma. Con parte  del dinero del pleito se pagó un reloj que compró el cabildo para la catedral.
Algunos autores dicen que fue un reloj de sol, otros que fue el que está enfrente de la calle Blanca, nosotros no hemos encontrado documentación que nos clarifique cual fue.
Alguno de sus hijos nació en Plasencia.

NORMAS DE POLICÍA.
Podemos leer en las actas municipales del año 1696, un requerimiento a los dueños de los cerdos que vivían dentro de la ciudad, que eran muchísimos, para que empedraran las calles por su cuenta, pues estos animales al ir hozando con el hocico levantaban el suelo de la calle.
También mandó que cada vecino limpiase el trozo de calle que estaba delante de su vivienda.

FABRICA DE VIDRIO Y CRISTAL
Entre los logros del corregidor Salcedo en Plasencia se encuentran la instalación de una fábrica de vidrio y cristal en la localidad, cuya licencia concedió en 1696, la atención a los más necesitados y, sobre todo, el adecentamiento y ornato públicos: empedrado de calles, reparación de puentes y caminos. Estas acciones serían constantes en todas las poblaciones donde ejerció como corregidor.
 La ciudad le dedicó una calle en el barrio de Miralvalle.

EN SALAMANCA 1698 A 1701
En el año 1698 fue nombrado corregidor de Salamanca, donde continuo su labor social igual que lo hizo en Plasencia. En el año 1700 el rey Carlos II lo nombró Consejero Honorario de Hacienda, por las buenas gestiones realizadas en la compra de cereales para el abastecimiento de la Corte. Al morir el rey el 1 de noviembre de 1700, empieza la guerra de Sucesión Española, la cual duro hasta el año 1713, tomado don Antonio partido por Felipe V.

EN JAÉN 1701.
En esta población estuvo destinado solamente unos meses.

EN CÓRDOBA 1701 A 1712.


En julio de 1701 fue nombrado Corregidor de Córdoba, cuando finalizo el trienio, el Cabildo propuso su renovación en el Consejo de Castilla, petición que fue aceptada.Esta petición se repitió dos veces más, estando en total 11 años de Corregidor de Córdoba. Durante este mandato se reparo el puente romano, y se hizo la obra de Caballerizas Reales, formó el Regimiento de Lucena con más de 5000 soldados, que puso disposición del rey Felipe V así como otras mejoras de la ciudad.
El 4 de noviembre de 1712 el rey Felipe V, en agradecimiento, lo nombró Marqués por sus buenas gestiones a favor de la corona. Don Francisco pidió el titulo  del Vadillo, que era el nombre del pueblo donde tenían sus tierras a las orillas del río Tera en Soria.
El día 26 de Abril de 1712 la Gaceta de Madrid anuncia que su Majestad el Rey, había nombrado a don Francisco Antonio de salcedo, Grande de Castilla.

EN SEVILLA 1712 a 1715.

En el año 1712,fué trasladado a Sevilla con cargo de Superintendente General de Rentas del Reino de Sevilla, y una plaza en el Consejo de Indias de Sevilla.
Siguiendo su trayectoria, realizó reparaciones de puentes y caminos, asi como obras sociales a favor de los necesitados.

EN MADRID, 1715 a 1729.

En enero de 1715, es trasladado a Madrid. Su esposa muere el día 1 de febrero de este mismo año.
El 15 de Mayo, es nombrado Superintendente General de Hacienda, cargo que ocuparía hasta el año 1717. 
El día 8 de octubre de 1715, es nombrado Corregidor de Madrid; en este cargo estuvo hasta su muerte en 1729.

Durante este gobierno se realizaron la construcción del nuevo Cuartel de Guardias de Corps, la remodelación del Hospicio y la reconstrucción definitiva del puente de Toledo, mejora del abastecimiento de agua, arreglos de caminos y empedrado de las calles.
También se preocupó de la seguridad pública, ordenando que la ciudad se iluminase de noche mediante faroles separados cien pies uno del otro e instalados y encendidos por los propios vecinos.

CONTINUARA....

José Antonio Pajuelo Jiménez- Pedro Luna Reina.

No permitas que te mire un niño sin que vea una sonrisa en tu cara. Jose luis Cuesta.

                                        "CREANDO CULTURA".


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jueves, 3 de enero de 2019

LA CASA DE LA CARNICERÍA Y LA FUENTE EN LA PLAZA MAYOR.

LA CASA DE LA CARNICERÍA.

   La Plaza Mayor, ha sido siempre y sigue siendo el corazón de la Ciudad, existen varias descripciones de ella en diversas épocas que seria curioso transcribir. Escenarios de actos públicos, proclamaciones de Reyes, esponsales reales, mercados, representaciones teatrales, festejos taurinos, ejecuciones, festejos populares, casetas de ferias, cucañas, algaradas, etc., en ellas destacaban tres monumentos principales, el Ayuntamiento,  restaurado muchas veces y que el solo necesita un extenso trabajo del que hablaremos en otra ocasión.
   La desaparecida monumental fuente y la Casa  de la Carnicería, de estos dos vamos a dedicarnos hoy.




   La Casa de la Plaza de España, donde hace años se ubicaba el Banco Hispano Americano, fue la antigua casa de la Carnicería. Todas la ciudades de importancia, incluso Madrid, tenían en tiempos pasados una casa de la carnicería, done se concentraban los puestos de esta clase de abastecimientos. Había instalaciones para otras clases de abastecimientos, como aquí en Plasencia existía la casa del peso de la harina en la calle Trujillo, antigua vivienda de la viuda de Modesto Durán,  es la casa que esta frente a la antigua posada, hoy entrada a al complejo Cultural las Claras y el arca del pescado en el Barrio de San Juan, que fue propiedad municipal, hasta que se vendieron sus terrenos para la construcciones de viviendas, estaba situada muy cerca de los hornos de alfarerías, que se encontraban en este barrio, enfrente del hogar del pensionista  de este barrio. 
  La Casa de la Carnicería de Plasencia, funcionó hasta que a finales del  pasado siglo XIX, en que se construyó la primera Plaza de Abasto en parte del solar que ocupa la actual, construida en 1933. La carnicería siguió siendo propiedad del Excmo. Ayuntamiento, hasta que en 1920, que  paso a ser propiedad de Don Jesús Roco Jarones, por permuta y acuerdos entre ambos.
 Este edificio se debió construir a finales del siglo XV ó principios del siglo XVI, porque en 1523 en unas de las sesiones celebradas por el Excmo. Ayuntamiento en la Parroquia de San Miguel, extramuros, para determinar como iba a ser construida la nueva casa consistorial, cuyas obras comenzaron entonces, se habla de la Casa Carnicería , como ya edificada en la Plaza, citándola como ejemplo de construcción del Ayuntamiento y acuerda que se levante sobre unas casas de  la calle del Rey y en parte de los corrales de la casa del Ayuntamiento que daban a la calle de  los Toros;  hay varios vecinos que se opusieron a ello diciendo que se debía construir en  un sitio más apartado, en la parte baja de la Ciudad,  porque en el centro estaban dos edificios tan importante como el Ayuntamiento y la Carnicería, y que no parecía adecuado  para que la cárcel estuviera cerca de ellos.
El edificio viejo de  la Carnicería, consta de planta baja, con dos arcos en medio punto, con complicadas molduras y, entre ello un bello escudo de la Ciudad, de un entresuelo también de cantería con dos ventanas a dinteladas y de una planta noble en la que únicamente son de cantería  dos hermosos y clásicos balcones, estando   el resto de la fachada enjalbegada. Creemos es fundamental que en cualquier reforma se conserve  íntegros estos elementos arquitectónicos  por ser monumentales, típicos, dentro del carácter de la ciudad y ser el único edificio notable, a parte del Ayuntamiento, que posee nuestra anodina Plaza Mayor.
           Sobre el 1934 se le añadió una nueva planta y se imitó con cemento la sillería de las plantas antiguas, así mismo se le añadió una casa colindante que había sido del  ebanista Núñez y entonces el arco de  los soportales de esta pequeña casa, que era de medio punto, pasó a ser cuadrado y se le hicieron unos antiestéticos y desproporcionados balcones desde la fachada de esta pequeña casa a la lateral de la carnicería. Posteriormente los dueños de las casas adquirieron la contigua de la familia Codón, residentes en Madrid y se unió a las anteriores, si bien al exterior no se hizo ninguna modificación, ni se apreció en absoluto esta unión. La Carnicería dio nombre algún tiempo a las calle de las Vinagras a donde dan sus traseras.
            
LA FUENTE DE LA PLAZA MAYOR.

El día 15 de mayo de 1878, se derrumbó la monumental fuente  que había   en el centro de la Plaza Mayor.
           
     Había sido construida en el año 1494 y era monumental y artística, más que la de la plaza de la Catedral. Don Vicente Paredes la describe así: “ cortaron por medio , entre el pezón y la corona, el corte, le dieron al pilón o recipiente, que era circular, simbolizando con ella a la ciudad de este nombre conquistada por los reyes y ultimo baluarte conquistado a los moros, en su centro elevaron una columna estriada con granadas intercaladas sustentando el peso de la taza, con cuya pose figuraban domada o aplastada la columna en  forma salomónica, retorciéndose las estrías, que representaban el poder agareno, bajo la pesadumbre de una semiesfera que afectaba a la taza, en la que estaban alternadas las armas de Plasencia, con las cifras y armas de los reyes; simbolizando el medio mundo hasta entonces conocido, a España y Plasencia vencedoras de la morisca gente de Granada. Del centro de esta semiesfera, o sea, España, se elevaba una esfera completa de dorado bronce, representando la redondez del mundo descubierto por Colón, del cual surgía el caudal de agua, por seis caños, en representación de las riquezas que esperaban del nuevo mundo, cayendo sobre la España, representada en la taza, y de esta a los cantaros de las placentinas y al pilón que figuraba la Granada”. Su autor fue el aparejador placentino Francisco González, hijo del también aparejador  Pedro González.


José Antonio Pajuelo Jiménez- Pedro Luna Reina.

Ninguna encina cae al primer hachazo, pero una gotera perfora la roca más dura. José Ortega y Gasset.

                                        "CREANDO CULTURA".

martes, 18 de diciembre de 2018

CINES Y TEATROS DE PLASENCIA. DATOS PARA LA HISTORIA.




En el siglo XVI hay en la ciudad tres teatros o corralas estables, uno estaba enfrente de la iglesia de San Esteban, otro en la calle de Cartas (quizás en la esquina con la calle del Borrego), y el otro en el patio del convento de San Francisco
EL CINE ROMERO

El solar donde se asentaría el cine Romero fue en sus principios el primer ayuntamiento de la ciudad estaba al lado de la iglesia de San Pedro, en el solar que fue el Teatro Romero, y en la actualidad es un centro de la Compañía Telefónica. A este Ayuntamiento se le conoció con el nombre de “Casa y Corral del Concejo”.
El día 21 de mayo de 1.893 se inaugura en Plasencia el Teatro Romero, estaba situado al lado de la iglesia de San Pedro, en el solar que hoy ocupa la Telefónica, aunque sus propietarios quisieron construirle en el solar que había delante de la iglesia de san Esteban, hoy ocupado por la plaza de abastos, pero el ayuntamiento se lo denegó.
 Era todo de madera y fue uno de los primeros teatros que tuvo luz eléctrica en España. La instalación de la luz eléctrica corrió a cargo del ingeniero don Gastón Bertier, persona muy unida a esta ciudad. Las pruebas de iluminación se hicieron el día 11 de mayo a las once de la mañana, y el teatro estaba lleno de placentinos para ver este evento, fue un éxito de funcionamiento y el propietario del teatro invitó a los presentes con bebidas y dulces.
 Este teatro se llamó así por uno de sus dueños que se llamaba José Romero, el otro propietario era el industrial placentino don Julián Serrano. Anteriormente fue conocido como Teatro Maravillas, de Madrid, aunque en la Patria Chica (periódico local) se decía que era el Teatro Tívoli.
         Al ponerlo en venta D. José Romero lo compro, y se presentó a desarmarlo con su socio Julián Serrano, el cual era carpintero, lo cual lleno de asombro  a sus anteriores propietarios pues creían que no serían capaces luego de armarlo, lo cual no fue verdad pues se montó en la ciudad sin ningún contratiempo.
El teatro tenía once metros por quince, en forma de herradura, con 276 butacas y doce plateas o palcos, seis a cada lado, en la planta baja.
En la planta alta, eran catorce los palcos, más el “paraíso” o “gallinero”
La función de inauguración fue el día 21 de mayo, con la obra titulada “La Tempestad”
         Muchísimas son las anécdotas que sucedieron en este local en el breve tiempo de existencia que tuvo, pues en 1.956 dejó de funcionar.
         Se solía rifar con el número de la entrada un regalo, al cual se le llamaba " La Dormida". Consistía el tal regalo en una prostituta contratada para la ocasión y a quien le tocaba tenía que subir al escenario a por ella y llevársela con el consiguiente cachondeo del público asistente.


   Este teatro duró muy poco tiempo, pues en el año 36 se destinó como cuartel de las tropas Regulares, y cuando terminó la guerra  fue manteniéndose malamente, hasta que el gran huracán del 41 (que devastó media España) se llevó el tejado del teatro y lo quedó arruinado. Los propietarios lo dedicaron a cine de verano y se derribó en el año 1.956.
         Por el año 1.930 se edificó otro teatro en la ciudad, este se montó en el parque de San Antón, donde hoy está la Cruz de los Caídos. Su propietario se llamaba Domenech de apellido, y el teatro también se llamó así. Duró muy poco tiempo. En el año 1.923 una familia de la ciudad, de apellido Sequeira montó en el antiguo convento de San Francisco un teatro, y como es natural se llamó Teatro Sequeira. También se hacían películas de cine mudo que era lo que había entonces, y para animar la función se contrataba un músico que se pasaba la película tocando canciones de la época. A partir del 1.954 se reforma y se convierte en cine sonoro.
Fueron muchas las obras de teatro, zarzuelas, mítines políticos (José Antonio Primo de Rivera estuvo allí), carnavales, fiestas etc. que se celebraron en este local. Durante la guerra civil, sirvió de cárcel para prisioneros de guerra.
Se cerró definitivamente por los años 70, del siglo XX.

REQUIEN POR UN TEATRO.
EL TEATRO ROMERO

El día 30 de mayo de 1892, quedó instalado en nuestra Ciudad, el teatro Romero, antiguo Tivoli de la Capital del España. Fue adquirido por Don José Romero y Don Julián Serrano Herrero, tomando el nombre del apellido del primero que conservó hasta su total demolición.

Era todo de madera, por eso se pudo trasplantar integro, tenía forma de herradura con dos pisos y capacidad de aforo muy a tono con las necesidades de nuestra Ciudad en aquel entonces. Vino provisto de extensos decorados y un riquísimo archivo impreso en tela de las famosas zarzuelas de aquellos líricos tiempos. Se inauguró el día 30 del florido mes de mayo de 1892, con la gran zarzuela “ La Tempestad”, a la que siguió dentro de la línea lírica, el “Anillo de Hierro”, “ El Rey que Rabió” etc. De los primitivos dueños, pasó a poder del Sr. Cuevas, quién a su vez, lo vendió a un triunvirato formado por Arturo Gamonal, Don Luis Díaz y D. Valeriano Mateos, pasando de estos señores, posteriormente a varios dueños más. Fue muy popular en su explotación por el propietario Sr. Domenech, que por 1930 montó un “teatro Romero” de verano en donde está ahora la Cruz de los Caídos.

Estaba enclavado en la calle de San Pedro contiguo a la iglesia que da nombre a toda esa geografía urbana placentina. Sus aledaños fueron el campo de deportes, experimentos luchas e intrigas muchacheras de muchas generaciones. En su minúsculas plazueleta abigarrada de mozalbetes, estaba la escalerilla pétrea, hoy desaparecida de la iglesia, que servía de asiento a la chiquillerías los días del carnaval, cuando entonaban el monocorde de ¡Ea!,!Ea!, con que saludaban a las máscaras que iban al teatro.

En el centro se hicieron los primeros ensayos espaciales, consistentes en elevar artefactos al cielo; en este caso eran botes de hojalata impulsados por la energía concentrada que tenía el carburo al producirse el estado de ebullición al contacto con el agua. Estos experimentos, hasta producían sus precauciones entre los asistentes y no era raro ver tumbados en el suelo a todos los Von Braum en ciernes.. También partían de aquí, las “razias” que los lunes por la noche hacían con los sacos de patatas situados en la parte sur de la Plaza Mayor. El botín al igual que los antiguos bucaneros, era depositado a los pies de los “capitanes” que ordenaban su destino. Este solía ser el asador del producto y después repartirlo, no con mucha equidad, pero si siendo todo los partícipes. El combustible se lo proporcionaba el viejo corralón de D. Ángel Lucio (Hoy correos y Telégrafos) lleno de cajones de envases de madera.
 De aquí salían las “partidas” que combatían con otras de la ciudad, en las famosas peloteas que tenían como escenario el Berrocal. En una de ellas un chiquillo llamado “Chiquino”, hizo un disparo con una vieja pistola, lo que origino el rápido abandono del campo de lucha.

Tenía también la mencionada plazoleta una fila de losas que iban por el centro y morían en la cancela de la verja del teatro. Estas losas servían para jugar a pídola y el número de ellas indicaba la capacidad del salto de cada jugador. La cancela a la que nos referíamos antes servía de entrada al teatro en tiempo bueno; cuando era desagradable, se situaba en la puerta principal. Junto a la cancela estaban las taquillas, que luego se ubicaron horadando el desnivel que había entre jardín y la calle. Lo primero que se encontraban era naturalmente a los porteros, uno de ellos era el Sr. Modesto padre de una generación bastante abultada y que heredaron de él su color moreno, por eso todos los hijos llevaban este sobrenombre, “Manolo el negro”, “Mercedes la Negra”, etc. Era menudo y magro siempre tocando la gorra y a falta de un trozo  de dedo gordo de la mano derecha, era curioso ver como repartía los anuncios.

El frontis de la fachada tenía varias ventanas en el piso primero y segundo. La puerta principal a traspasarse daba de cara a la cabina, situada al mismo nivel y que descubría en tiempos caluroso, las “misteriosas” del Sr. Teodoro, “Pichichi” personajes polifacéticos de gran importancia en la empresa. A ambos lados del edificio, había sendos pasillos; el de la derecha conducía al ambigú y mediante una escalera, se subía a las localidades del piso superior llamadas pomposamente “paraíso”. El de la izquierda, llevaba a los almacenes y a los camerinos. La sala era de forma de herradura y consistía en plateas, patio de butacas y anfiteatro, en la planta baja.

La superior constaba de palcos, bancos corridos y el “paraíso”. Esta gran variedad de localidades plasmaba la gran variedad de clases sociales de entonces; poderosos, ricos, medianeros, profesionales y obreros. Era como la gran familia que se reunía jueves y domingos, para alegrar un poco el espíritu, unas veces con espectáculos de gran sencillez y otras de fondo malsano; se lloraba, se reían y se preocupaban todos a la vez, exteriorizaban colectivamente sus sentimientos menos lo de la gran clase que guardaban siempre las formas. Lo que más proliferaba era el cine mudo con aquellas películas seriadas que tenían al espectador en vilo toda la semana y como prólogo eran precedidas por cortometrajes de risas; en ellos se vieron desfilar a “Tomasin”,”Maciste”, Buster Keaton, “Pamplinas”, Chalot, “la Pandilla” y otros muchos. En los largos desfilaron por la pantalla los nombres de Rodolfo Valentino en el Hijo del Cid, Douglas Fairbans en el Pirata Negro, Pola Negri la de los ojos profundos, Tom Mix…


Después, en las pantallas las Talkies, eran los años 30, lo de la aparición del charlestón con sus aditamentos coreográficos del inseparable sombrero de paja a lo Chevalier y el flexible bastón de bambú, época de la cabaña del Tio Tom, el exterminio de la raza de los pieles rojas por los yanquis, el Yoyó y el Diábolo.

En la proyección de los Tres Mosqueteros, se agitaba toda la población infantil de Plasencia. El Sr. Teodoro y dos más recorrían las calles de la ciudad vestidos como los personajes de la novela de Dumas, con tizona y todo, cabalgando unos jamelgos muy vistosos. La escolta chiquilleril no es para describirla y la afición a la espada duraba entre ellos bastante tiempo.
El cine sonoro se inició con el sistema de discos, proyectándose la  película de terror “La mano del muerto”.

Los prolegómenos, intermedios y finales de la función, eran amenizados, según rezaban los anuncios por una orquesta. Era el Maestro Valdés, Manolo Mateos, Espada y Doña Querubina. Estos eran los encargados de que entre la juventud de entonces conociesen a dedillo las zarzuelas de la época, e incluso piezas clásicas, como el momento musical de Schubert. Una anécdota que sucedió un día a uno de los maestros citados, fue en el “varietés” de unas de dichas funciones con la actuación de un conjunto gaucho muy típico, con sus grandes chambergos colgados a la espalda, ancha blusa, pañuelos de vivos colores, y pantalón negro rematado en bota alta, que tenía como final espuela plateada. Pues bien, terminada su actuación de pericones y tangos, hubieron de saludar al público y cuál fue la sorpresa al ver que el pianista era el Sr. Espada.

En estas actuaciones, vieron verdaderas figuras de “varietés” de la época., Lupe Rivas Cacho, la gran mejicana Irusta, Fugazoz y Demare que trajeron los aires melancólicos de la Pampa, el gran. Stela, famoso imitador de artistas de todo género, desde la “Goya” hasta la “Argentinita”, e infinidad de artistas, entre ellas una famosa cupletista placentina: La Zá Zá” Teresa Maraval Torres.

Hubo una época en que el teatro aficionado tuvo gran relieve en nuestra ciudad, e incluso acometieron la interpretación de obras tales como “Don Juan Tenorio”. En ella aconteció un caso muy gracioso. Uno de los “extras”, que hacía de estatua en el cementerio, se conoce que bebió más de la cuenta. Con el calor de la luz de los focos, sentiría revolverse en su interior, lo cierto en que en un momento crucial, hubo de decir en alta voz; “Aparta Morgao que me gomito”, a D, José Morgado que hacía de “Don Juan” y reclamaba delante de la estatua. En otro año, Morgado no fue capaz de hacer disparar la pistola de D. Juan, pero ya el Comendador se había tirado al suelo, D. José salvo la situación diciendo muy sereno. “Ha muerto del susto”. Por la segunda década de siglo actuaba una compañía de aficionados que puso en escena bastante obras de categoría y en la que destacaban D. Juan Jiménez Gamonal, D. José Diez García, D. Valentín Macias y las señoritas María Torres y Pilar Gallego; también se dedicaron al género lírico, y muchos aficionados recuerdan el dúo de la “Marcha de Cádiz” cantado por D. Godofredo Monge y la señorita Pilar Gallego. Otra compañía de aficionado más modesta estaba encabezada por D. José Morgado y Francisco Mirón.

Una Sociedad Municipal Placentina organizó por la misma época varios conciertos en lo que destacó como pianista la profesora D.ª Sagrario Dueñas, esposa del placentino D. José García Sevilla que entonces era comandante en la Caja de Reclutas de nuestra ciudad.

En Junio de 1922 sirvió el teatro de marco a los magníficos juegos florales organizados por el Ayuntamiento con motivo de las ferias de junio, en las que fue mantenedor D. José Ortega Munilla, ilustre periodista padre de D. José Ortega y Gasset, el cual vino por gestiones de su primo el farmacéutico e historiador  D. Joaquín Rosado Munilla- Gano la flor natural un poeta placentino, D. José Neria, por su poesía el “Espectro”.
En aquellos tiempos de feria la actividad del teatro adquiría su punto álgido. Aquí se daban cita los mejores conjuntos líricos de España y las compañías de comedias de mejor prestigio. La que llevo siempre la mejor admiración del público, sin duda alguna, fue la eximia actriz María Gamez. El regusto de su exquisito arte, era comentado con gran delectación aún después de la marcha por todos los aficionados.

Otras de las efemérides grandes del simpático coliseo, eran los Carnavales. Agobiantes y multitudinarios,” con humo, polvo y sofoquina” en grado superlativo y que deparaban unas estupendas “garrasperas”, que hacían necesario usar en grado masivo de “juanolas”. Había que ir necesariamente vestido de algo, lo que imponían ese rito casi ortodoxo de la juerga, y para eso estaba en la calle del Sol, la tienda de la Gumersinda- Allí por unos reales salían de frac, almirante, Pierrot, Alerquin…y ellas no digamos desde cocineras a María Antonieta, pasando por Maritornes.

El cansancio  acompañado del fingimiento  que hacía variar la voz, invadía a todos los asistentes enseguida, pero había una especie de motor absurdo que impulsaba a los seres a seguir a seguir… produciendo una alegría ficticia. Estas carnestolendas que precedían al miércoles de ceniza tenían una pausa en que la gente aprovechaba para descansar. Este respiro orgiástico, tenía muy mala fama por ser el día de los “resabiados”. Era una función de baile  de asistencia reducida a la que solo asistían las mujeres de dudosa catadura moral y los antedichos varones. Los papelitos, serpentinas y tapones, producían trabajo extra a los basureros de entonces.

También se celebraban jornadas boxísticas en las que tomaban parte los aficionados locales. Una de ellas suscitó una expectación inusitada, nada menos iban a contender en la pelea de  fondo de Sebastián “El Colombia” y Máximo “Bocanegra”. El primero venía precedido del país hermano de América de gran fama deportiva, su personalidad muy polifacética, dominaba algunos deportes entre ellos el boxeo; Máximo era el típico hombre fuerte de gran pegada pero poco iniciado en los secretos de la boxe. El final fue rápido y contundente. Un descuido de Máximo dio en la lona con él. Fue un K.o. espectacular que dio fama al Colombia.

Durante la guerra civil española, también sirvió este teatro de albergue a las fuerzas que venían a descansar u organizarse en esta bella tierra. Batallones canarios, Tabores de Regulares, Intendencia, etc. Fueron sus moradores y finalmente estuvo alojada en él mucho tiempo la recuperación del grupo de Regulares de Melilla a cargo del Capitán Rodríguez.

Después de la guerra civil fue desmantelado por el huracán que asolo nuestra ciudad en febrero de 1941, no quedando nada más que las cuatro paredes y utilizándose posteriormente como cine de verano. En una de estas funciones al aire libre hubo una anécdota curiosa. Fue en la película Hamlet, en la escena en que madre e hijo muy amorosamente en una alcoba, ambos se besaron, con tal ardor, a juicio de un asistente general, que le hizo exclamar; “no pues ese no es un beso de un hijo a una madre” …a lo que otro “chusco” respondió; “no, ese es un beso de padre y muy señor mío”.
Muchas más anécdotas se podrían contar de este Teatro, pero harían interminables estas líneas amén de herir alguna las buenas formas de sociabilidad.
Fue inmolado en aras del progreso y la velocidad. Seguro que los cincuentañeros de la época deberían haber sentido una gran nostalgia con la definitiva desaparición de este popularismo coliseo, que llenó casi setenta años, la vida alegre, cultural, deportiva, pintoresca y artística de nuestra querida Ciudad.

José Antonio Pajuelo Jiménez - Pedro Luna Reina.


Del pasado, fijémonos en la llama, no en las cenizas. Jéan Jaures.


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martes, 4 de diciembre de 2018

ALTAR DE LAS RELIQUIAS: CURIOSIDADES.

ALTAR DE LAS RELIQUIAS

A mano izquierda, según se entra en la catedral por la puerta de las cadenas, nos encontramos con un altar de estilo churrigueresco, aunque menos ostentoso que el de La Asunción. Este Altar de las Reliquias se construyo entre los años 1.742 y 1.747 y fue el maestro Carlos Simón el encargado de su elaboración. Esta formado por tres cuerpos y coronamiento.


 En este coronamiento se ve el escudo del obispo Fray Plácido Bayle Padilla, el cual fue el que lo costeó. En el centro del retablo hay una apoteosis de San Agustín, el cual tiene en la mano una torre que es la representación de la ciudad de Dios, y a sus pies se ven las herejías representadas por una mujer con los pechos al aire.

El primer cuerpo se destina a expositor de diversas reliquias (de ahi su nombre), de diversos santos y mártires. Entre ellas destacaremos las de “un pedacito de la Cruz de Cristo”, “dos espinas de su corona”, una de estas espinas la adquirió la catedral a los jesuitas cuando fueron expulsados de España, la otra con un dedo de San Roque fue regalo del obispo Fray Enrique Enríquez. Así mismo se guardan reliquias de San Fulgencio, de Santa Florentina, Santiago, San Hermenegildo, y otras muchas más.


Detrás de este retablo existe una puerta prácticamente desconocida, se la denomina “Puerta de San Agustín”. No se sabe que finalidad puede tener esta puerta, ya que tras ella solo esta una de las escaleras para subir al andito o balcón interior, pero para esta misma finalidad existe otra escalera en la sacristía de mejor elaboración que es la que se usa. Podría ser que esta portada y escalera de San Agustín se realizasen primero y luego se hiciese la escalera de la sacristía, con lo cual quedo la primera sin uso. Para aprovechar el hueco de la portada se realizaría el Altar y Retablo de las Reliquias, con lo cual quedó tapada para siempre la citada portada.
Santiago Apostol. Fotografia de Jesus Manuel López Martin


La portada es de estilo muy semejante a la portada de la sacristía, y se piensa que puede datar entre los años 1.513 y 1.522. Sobre su dintel campea una venera y dentro de ella se ve la figura de Santiago El Mayor, con abundante barba y cabello, cubriendo este con un sombrero de ala.


Por estar presidida esta portada por el Patrón de España, y no teniendo nada que ver el altar y retablo que posteriormente se colocaron delante de ella (1.747), tapando así su contemplación, no parece justo que se la denomine “Portada de San Agustín”, sino que debería de llamarse Portada o Puerta de Santiago El Mayor.




Jose Antonio Pajuelo Jiménez- Pedro Luna Reina.  
Fotografias: José Gutierrez Delgado.
           
                                         
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sábado, 10 de noviembre de 2018

JUAN DE LA CONCHA CASTAÑEDA

 JUAN DE LA CONCHA CASTAÑEDA.

Al cumplirse los 200 años de su nacimiento.



Para bosquejar la biografía de D. Juan de la Concha Castañeda, ofreceremos los interesantes datos del hermoso discurso leído ante la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas por el Excmo. Sr. D. José García Barzanallana, en la recepción pública de la misma Sr. Concha Castañeda.

Este distinguido hombre público nació en nuestra querida ciudad del Jerte, el  29 de Agosto de 1818,hijo de José de la Concha también natural de Plasencia, y de María Perez de Aldegüela del Barrio, falleció en Madrid el 30 de Agosto de 1903. Abogado, político, y fue Ministro de Hacienda durante la regencia de María Cristina de Habsburgo y Lorena.
Estudio derecho en la Universidad de Salamanca y Madrid, hasta recibir los últimos grados académicos después de brillantes ejercicios literarios y por voto unánime de los jueces; En 1841 a la edad de veintitrés años, incorporose al Colegio de Abogados  de Madrid.
En 1844 ingreso en la carreras  jurídica y administrativas, ejerciendo sucesivamente los cargos de juez de primera instancia de Pastrana, consejero provincial y gobernador interino de Guadalajara, y luego oficial del Ministerio de Gobernación.
Al triunfar los progresista en el año 1854 dejo su carrera administrativa y tras participar en la elecciones en 1863 obtuvo su primera acta de diputado por la circunscripción de la provincia de Cáceres, tomando parte activa en las discusiones de los asuntos relacionados con los presupuestos del Estado, “demostrando vastos conocimientos económicos, gran prudencia y exquisito punto de vista para decidirse por las resoluciones más oportunas y propias de los verdaderos hombres de gobierno”.
En 1866, a propuesta del Marques de Barzanallana, ocupó la Dirección General de Propiedades  del Ministerio de Hacienda; publicando cuando cesó en 1868, una Memoria en la que narra su gestión en la misma; y de nuevo le eligieron sus paisanos para representar en el Congreso a la provincia de Cáceres., en todas las legislaturas, hasta la de 1867 a 1868.
Con la revolución de 1868, y durante el periodo conocido como Sexenio Revolucionario se aparta de la política activa e incluso de la administración, permaneciendo fiel a sus ideas monárquicas y dinásticas; y después de la Restauración, desempeño por segunda vez en cargo de Director General de Propiedades y Derecho del Estado, Presidente de la Sección de Hacienda y de lo contencioso del mismo Cuerpo consultivo, y Fiscal del Tribunal Supremo de Justicia.
Fue elegido en 1876, ya como militante del recién creado partido conservador, senador  del Reino ya por la provincia de Cáceres hasta 1886, en la que resultaría elegido en representación de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, perteneciendo a la alta Cámara  a la Comisión General de presupuestos y a casi todas las referentes a asuntos de Hacienda, y tomando parte muy activa en los debates.            
Fue el 23 de noviembre de 1891 cuando en el Gobierno presidido por Canovas, es nombrado Ministro de Hacienda, sustituyendo al Sr. Cos-Gayón, donde  permanecería hasta el 11 de Diciembre de 1892. Hasta 1898 fue Senador, pero en 1899 se alejo de todo cargo público renunciando al cargo de Gobernador del Banco de España que se le había ofrecido.
El Sr. De la Concha y Castañeda, tenía ganada honrosa prez de notable escritor jurídico; hacia 1848 publicó el manual de de Procuradores y por espacio de muchos años fue redactor constante del famoso periódico de jurisprudencia y legislación titulado El Faro Nacional, cuyas columnas figuraba las firmas de los primeros jurisconsultos contemporáneos. Entre otras obras figura la “Colección de Sentencias del Tribunal Supremo de Justicia”.”Memoria elevada en la solemne apertura de los Tribunales”.Quintas. Leyes y reglamentos para el remplazo del Ejercito..
Fue condecorado con la  gran cruz de Isabel la Católica  el 16 de Febrero de 1877, y con la encomienda de número de Carlos III.

Estos datos han sido obtenidos de la Ilustración Española y Americana, del 22 de Diciembre de 1891, Año XXXV, Numero XLVII. En la pagina 388 se presenta el grabado del Sr. D. Juan de la Concha Castañeda (según la fotografía del Sr. Huerta),

 Jose Antonio Pajuelo Jiménez- Pedro Luna Reina.             
                                         
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