El 4 de junio de 1980, las Diputaciones de Badajoz y Cáceres se reunieron en el Monasterio de Guadalupe para acordar la defensa y conservación del patrimonio extremeño en sus distintas variantes. A este acuerdo se le llamó “La Declaración de Guadalupe”.
Nosotros nos adherimos a esta idea y seguimos sus acuerdos.
DECLARACIÓN DE GUADALUPE
Las Instituciones Culturales El Brocense y Pedro de Valencia de las Diputaciones Provinciales de Cáceres y Badajoz en sesión plenaria en el Real Monasterio de Guadalupe,
ENTENDIENDO, que esta sesión, independiente de su estricto carácter de trabajo en común y de programación ulterior, por ser la primera en que las dos Instituciones toman contacto plenario, y por desarrollarse en un lugar que es símbolo de la unidad extremeña,
CONSCIENTE, de que la cultura extremeña, expresión espiritual de nuestro pueblo, es fruto de su Historia, de su medio geográfico, de la rica y variada tradición popular, del pensamiento de sus intelectuales y de la creación de sus artistas y literatos.
MANTENIENDO, sobre toda consideración la unidad conceptual de esa cultura, sin tesis de fecundos valores y acervo de actitudes atesoradas en la región durante siglos, Consideran oportuno hacer la siguiente DECLARACIÓN CONJUNTA:
1.- Es obligación de todos los extremeños, la asunción, defensa y promoción de la cultura regional que por su dinamismo, constante progreso y desarrollo, necesita del trabajo urgente y sin distinción de todos, dándole cauce y elaborando los programas adecuados para su óptima evolución. Por ser esa cultura fruto de todas las aportaciones del pasado, es deber prioritario de la región la conservación, defensa y rescate de su patrimonio artístico y cultural.
2.- La defensa de la unidad cultural, que es la unidad de Extremadura, es un compromiso ineludible para todo extremeño. La idea de unidad en el desarrollo y promoción de la cultura regional debe estar siempre por encima de cualquier diferencia, sea cual sea su signo.
3.- Siendo el hombre depositario y protagonista de la cultura, aparece como especial atención la que debe prestarse a la formación de las nuevas generaciones desde el nivel escolar al universitario, desde la niñez hasta la edad adulta, mediante un trabajo de permanente atención basado en las propias y fecundas raíces de nuestra cultura.
4.- Es tarea urgente la delimitación de la identidad cultural como fuente necesaria a la ulterior conciencia regional, que es preciso extender a todos los extremeños constituyendo núcleo irreductible y duradero para llenar nuestros afanes, trabajos y quehaceres, de ilusionadas y generosas esperanzas. Encuadrada la región por límites geográficos donde la delimitación de esa identidad cultural estricta es dificultosa, deben fomentarse los estudios con las regiones españolas limítrofes y con el país lusitano para definir su sustantiva mismidad y el protagonismo de sus valores en áreas culturales supra-extremeñas.
5.- Valorando que, aun no existiendo un idioma propio y diferenciado, la región ofrece un amplio espectro de formas lingüísticas propias, de rasgos autóctonos y originales, se precisa rescatar ese rico tesoro, promover su estudio y recopilación y desarrollarlo como instrumento cultural al servicio de la comunidad.
6.- Teniendo la región extremeña un variado conjunto paisajístico, con panoramas de impar belleza natural, y con elementos peculiares tanto en su flora como en su fauna, es deber inexcusable velar por su integridad, cuidando al máximo su conservación, evitando su deterioro y regulando la acción antropógena de transformación. La imagen de nuestra región tiene fiel expresión en su paisaje, realidad del medio físico, pero también fijadora de un entorno cultural. El paisaje natural de Extremadura constituye una entrañable y valiosa parcela de su patrimonio y, como tal, los extremeños están convocados a su permanente conservación y estudio.
7.- Debiéndose la cultura a la acción del pueblo y de sus hombres se evitará toda forma de dirigismo en su desarrollo y promoción y, conforme a este criterio, desarrollarán su acción todos los que en esta empresa esté empeñados, evitando muy especialmente la posible confusión sobre su sustantividad, y valorando la auténtica y honda esencia del saber popular y la riqueza óptima de la contribución intelectual del pasado y del presente.
8.- La aportación cultural de Extremadura al conjunto hispánico, multisecular y valiosa, necesita que los extremeños exijan de los poderes públicos la atención prioritaria de sus problemas, tan explícitamente llevada a otras regiones, lavando olvidos injustos y antiguas desigualdades.
9.- Extremadura dejó en América lo más generoso de su ser, lo más luminoso y entrañable de su personalidad, por ello es también deber inexcusable de los extremeños mantener los lazos de fraternidad necesarios y velar porque en las tierras latinoamericanas se mantenga ferviente el legado de nuestros mayores, fomentando los intercambios culturales, y poniendo los medios necesarios para conservar las tradiciones extremeñas arraigadas en América, los giros de nuestras formas dialectales, la toponimia evocadora de nuestras villas y paisajes.
En base a estos principios, que no son cerrados ni exclusivistas, ni estáticos, las instituciones culturales El Brocense y Pedro de Valencia, bajo el signo de la unidad de Guadalupe, convocan a todos los extremeños, entidades culturales públicas y privadas, organismos regionales y provinciales a la entrega generosa y común, por encima de todo condicionamiento, de sus esfuerzos, para GANAR LA GRAN BATALLA DE NUESTRA CULTURA, en estos momentos decisivos del porvenir regional.
Las Instituciones culturales El Brocense y Pedro de Valencia, fieles a esta DECLARACIÓN, ofrecen a Extremadura su tarea sin descanso, desinteresada y total. Es el deber a que nos obliga la fidelidad al pasado, el compromiso con el presente y la ilusión por el futuro.
Guadalupe a 4 de junio de 1980
Jose Antonio Pajuelo Jimenez - Pedro Luna Reina
1 comentario:
enhorabuena por el aniversario, no dejéis este gran trabajo, me encanta aprender con vosotros
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